Cientos de miles de estudiantes demandan reformas a la educación pública en Chile
Enrique Gutiérrez
Corresponsal, y agencias
Periódico La Jornada
Viernes 1º de julio de 2011, p. 23
Santiago, 30 de junio. Alrededor de 200 mil estudiantes chilenos se manifestaron hoy frente al palacio presidencial de La Moneda en reclamo de reformas a la educación pública y en rechazo a su privatización, en una de las mayores movilizaciones de los últimos 20 años, que culminó con enfrentamientos aislados con la policía y al menos 38 detenidos y dos decenas de uniformados heridos, y la advertencia del presidente, el empresario Sebastián Piñera, de que con paros y manifestaciones no se mejorará la educación.
"Un pueblo educado jamás será engañado", "Queremos educación pública gratuita y de calidad", gritaban los estudiantes, entre los que había escolares de secundaria, universitarios y profesores. "Queremos que el gobierno entienda que este es un movimiento político, que lo que estamos peleando es una mejor educación", aseveró la dirigente estudiantil Camila Vallejos.
"Y va a caer, y va a caer... la educación de Pinochet", era otra de las consignas. Destacaban carteles con las figuras de Augusto Pinochet, pues durante la dictadura se impuso el actual sistema educativo, y de la ex presidenta socialista Michelle Bachelet, quien durante su gobierno dejó sin resolver este problema, que heredó el derechista Sebastián Piñera, quien registra la menor popularidad desde que asumió hace 16 meses (36 por ciento), según encuestas.
"Esto ha sido histórico, desde la vuelta a la democracia (en 1990) no se había visto algo así", comentó Giorgio Jackson, uno de los líderes estudiantiles.
"Esperamos que las autoridades estén a la altura del desafío que implica hoy en día recuperar un sistema público de educación. Hasta ahora no hemos visto alguna medida transformadora de este sistema y por lo tanto va a seguir la presión ciudadana", agregó el dirigente.
En la protesta participaron estudiantes y profesores de colegios y universidades públicas y privadas, que unieron su voz para exigir un mayor aporte fiscal a la educación, que hoy alcanza 4 por ciento del PIB contra 7 por ciento recomendado por el Fondo de Naciones Unidas para la Educación.
Ante las protestas, que se extendieron a otras ciudades, Piñera aseveró que "los paros, las manifestaciones son legítimas, pero la educación no se mejora con paros ni manifestaciones; se mejora con trabajo, con estudios con responsabilidad, con compromiso". Afirmó que en breve, cuando haya serenidad, presentará su plan de educación superior que incorporará propuestas de los estudiantes.
Una propuesta anterior del gobierno fue rechazada ya por los estudiantes y el Consejo de Rectores, por ser considerada insuficiente.
El ministro de Educación, Joaquín Lavín, uno de los más criticados por estudiantes y diputados opositores por su incapacidad para iniciar un diálogo, acusó al movimiento estudiantil de haberse "politizado", de hacer un tema "más ideológico", al afirmar que también participan en las protestas otros gremios, como el de los trabajadores estatales y de la salud.
Los incidentes de violencia estallaron al final de la multitudinaria manifestación, cuando grupos de jóvenes intentaban saquear algunos comercios y se acercaron a la embajada de Brasil, frente al Ministerio de Educación. La policía militarizada arremetió con chorros de agua, gases lacrimógenos y el uso de caballos para dispersar a los manifestantes.
Chile tiene 3.5 millones de escolares y un millón de estudiantes de educación superior. Los créditos privados con que se financian los estudios superiores tienen altos intereses y hacen que al final de su educación los universitarios arrastren deudas similares a las de una hipoteca.
El conflicto se arrastra ya por más de tres semanas, con más de 200 colegios y una treintena de universidades ocupadas por sus alumnos.
Fuente
Corresponsal, y agencias
Periódico La Jornada
Viernes 1º de julio de 2011, p. 23
Santiago, 30 de junio. Alrededor de 200 mil estudiantes chilenos se manifestaron hoy frente al palacio presidencial de La Moneda en reclamo de reformas a la educación pública y en rechazo a su privatización, en una de las mayores movilizaciones de los últimos 20 años, que culminó con enfrentamientos aislados con la policía y al menos 38 detenidos y dos decenas de uniformados heridos, y la advertencia del presidente, el empresario Sebastián Piñera, de que con paros y manifestaciones no se mejorará la educación.
"Un pueblo educado jamás será engañado", "Queremos educación pública gratuita y de calidad", gritaban los estudiantes, entre los que había escolares de secundaria, universitarios y profesores. "Queremos que el gobierno entienda que este es un movimiento político, que lo que estamos peleando es una mejor educación", aseveró la dirigente estudiantil Camila Vallejos.
"Y va a caer, y va a caer... la educación de Pinochet", era otra de las consignas. Destacaban carteles con las figuras de Augusto Pinochet, pues durante la dictadura se impuso el actual sistema educativo, y de la ex presidenta socialista Michelle Bachelet, quien durante su gobierno dejó sin resolver este problema, que heredó el derechista Sebastián Piñera, quien registra la menor popularidad desde que asumió hace 16 meses (36 por ciento), según encuestas.
"Esto ha sido histórico, desde la vuelta a la democracia (en 1990) no se había visto algo así", comentó Giorgio Jackson, uno de los líderes estudiantiles.
"Esperamos que las autoridades estén a la altura del desafío que implica hoy en día recuperar un sistema público de educación. Hasta ahora no hemos visto alguna medida transformadora de este sistema y por lo tanto va a seguir la presión ciudadana", agregó el dirigente.
En la protesta participaron estudiantes y profesores de colegios y universidades públicas y privadas, que unieron su voz para exigir un mayor aporte fiscal a la educación, que hoy alcanza 4 por ciento del PIB contra 7 por ciento recomendado por el Fondo de Naciones Unidas para la Educación.
Ante las protestas, que se extendieron a otras ciudades, Piñera aseveró que "los paros, las manifestaciones son legítimas, pero la educación no se mejora con paros ni manifestaciones; se mejora con trabajo, con estudios con responsabilidad, con compromiso". Afirmó que en breve, cuando haya serenidad, presentará su plan de educación superior que incorporará propuestas de los estudiantes.
Una propuesta anterior del gobierno fue rechazada ya por los estudiantes y el Consejo de Rectores, por ser considerada insuficiente.
El ministro de Educación, Joaquín Lavín, uno de los más criticados por estudiantes y diputados opositores por su incapacidad para iniciar un diálogo, acusó al movimiento estudiantil de haberse "politizado", de hacer un tema "más ideológico", al afirmar que también participan en las protestas otros gremios, como el de los trabajadores estatales y de la salud.
Los incidentes de violencia estallaron al final de la multitudinaria manifestación, cuando grupos de jóvenes intentaban saquear algunos comercios y se acercaron a la embajada de Brasil, frente al Ministerio de Educación. La policía militarizada arremetió con chorros de agua, gases lacrimógenos y el uso de caballos para dispersar a los manifestantes.
Chile tiene 3.5 millones de escolares y un millón de estudiantes de educación superior. Los créditos privados con que se financian los estudios superiores tienen altos intereses y hacen que al final de su educación los universitarios arrastren deudas similares a las de una hipoteca.
El conflicto se arrastra ya por más de tres semanas, con más de 200 colegios y una treintena de universidades ocupadas por sus alumnos.
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