"España está al borde de la emergencia total", advierte el ex presidente Felipe González

Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 31 de mayo de 2012, p. 23
Madrid, 30 de mayo. La prima de riesgo de la deuda pública en un máximo histórico de 540 puntos; el mercado bursátil en caída libre, arrastrado por la degradación de los principales bancos, sobre todo Bankia, en quiebra contable y con un fondo de rescate de más de 23 mil 500 millones de euros; previsiones de que la economía estará en recesión hasta finales de 2013 y nervios, muchos nervios en un gobierno desbordado e inquieto ante la posible necesidad de un rescate, como ocurrió con Grecia, Portugal e Irlanda. En palabras del ex presidente del gobierno Felipe González, España está al borde la emergencia total.
Todas las noticias malas son aún peores en la economía española. Y todos los síntomas que emiten las instituciones europeas y el gobierno del conservador Mariano Rajoy alimentan la posibilidad de un rescate de España ante la quiebra de sus finanzas públicas, de su sistema financiero y, en resumen, de la viabilidad de su modelo de Estado.
Los tres hechos que confirman la emergencia total de España son el ataque de los mercados o especuladores internacionales a la cartera española de renta fija y variable; el segundo, la oposición de Alemania y de las autoridades europeas a que se recapitalice la banca con fondos europeos, defendiendo como única opción asumible la utilización del Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria (FROB), y la tercera, las recomendaciones emitidas desde la Comisión Europea para que el gobierno español adopte recortes más duros para que se autorice una prórroga en la fecha límite para cumplir con el déficit público. Es decir, el mismo camino que se trazó en Grecia antes de la intervención.
A este escenario, ya de por sí complicado, se suman además una serie de hechos que dificultan más una hipotética salida: el máximo órgano regulador, el Banco de España, opera con un gobernador en funciones, después de que ayer dimitió Miguel Ángel Fernández Ordóñez tras su enésimo desencuentro con el gobierno de Rajoy. A esto se agregan los reclamos ciudadanos, cada vez más enérgicos y numerosos, para que se abra una comisión de investigación que aclare la quiebra de Bankia (antes Caja Madrid) y el supuesto fraude contable que permitió que hace sólo un año saliera a bolsa y con ello defraudara a miles de pequeños y medianos accionistas, además de poner en riesgo al conjunto del sistema bancario.
En una nueva jornada de infarto en el mercado bursátil español, la prima de riesgo alcanzó un nuevo máximo desde 1995, los 540 puntos, mientras el índice de referencia, el Ibex 35, perdió 2.58 por ciento, situándose en 6 mil 90 puntos, su nivel más bajo desde el comienzo de la crisis en 2008.
Una de las principales causas del nuevo retroceso del mercado bursátil, arrastrado por los bancos y Repsol –en caída libre desde la expropiación de YPF por el gobierno de Argentina– es precisamente el vacío legal al que se quiso agarrar el mandatario español para financiar a la banca española afectada con productos tóxicos procedentes de la burbuja inmobiliaria –la mayoría–, directamente a través del FROB, sin pasar por el gobierno o el Estado de cada país, que es el que al final funge como deudor y garantía de los préstamos.
El mecanismo define que cada país necesitado deberá pedir los fondos, y una vez autorizados distribuirlos entre las entidades financieras que lo requieran.

De hecho, la cotización de Bankia –que en teoría está a punto de recibir una inyección de capital de más 19 mil millones de euros– se volvió a hundir, al perder 8.6 por ciento, mientras el Banco Santander cayó 1.1; BBVA, 1.4; Popular, 0.7; Sabadell, 0.9. y Caixabank subió 0.8 por ciento. Estas cifras, en teoría no tan negativas, sí lo son si se suman las pérdidas acumuladas en la semana, que suponen caídas en torno a 10 por ciento para el sector.
Al pánico bursátil por la falta de financiamiento de la banca española y la pérdida de valor de Repsol, el gobierno de Rajoy recibió una dura reprobación de la Comisión Europea, que criticó los planes anunciados por Rajoy, al sostener en un informe hecho público que hay falta de información sobre las medidas de consolidación fiscal anticipadas a partir de 2013, que aún no han sido especificadas.
Concluye que es indispensable cumplir con los objetivos de déficit a todos los niveles de las administraciones.
Anuncia que de conceder la prórroga de un año para cumplir con el déficit público, Rajoy deberá aplicar más recortes, como la consolidación fiscal en las Comunidades Autónomas, subir el IVA y ampliar la base de los impuestos indirectos, así como el retraso de la edad de jubilación, mayor ajuste de los precios de la vivienda y reducir la exposición de la banca al ladrillo. Además sugieren que todavía hay margen para aumentar los impuestos a los carburantes y el transporte público.
Más polémica en el Banco de España
Posiblemente en el peor momento para el país, el gobierno de Rajoy cuestionó y se enfrentó abiertamente con el gobernador del Banco de España, al que obligó a dimitir y al que ha señalado como uno de los principales responsables de no evitar la quiebra de Bankia.
Fernández Ordóñez aseguró hoy que no voy a dar la versión sobre la crisis de Bankia que desembocó en su nacionalización porque el gobierno quiere que permanezca en silencio, a pesar de que eso me impide desmontar la campaña de desprestigio. Añadió que la desconfianza es tan grande sobre España, que ahora hay que apoyar al gobierno. Nada sería más grato para mí que explicar la versión del Banco de España, pero creo que en este momento uno no debe hacer eso.
Las declaraciones sembraron más dudas sobre las finanzas y la gestión del banco intervenido, que hasta hace unas semanas estaba presidido por Rodrigo Rato, ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex vicepresidente del gobierno de José María Aznar.
Un panorama político e institucional degradado y en caos, que definió con claridad el ex presidente Felipe González, quien declaró que en estos momentos existe la necesidad de consenso entre las principales fuerzas políticas del país. Es hora de recorrer el camino para anteponer los intereses de España a los intereses partidistas o de grupo.
La razón es, según Felipe González, fácil de ver: en España nos acercamos a una situación de emergencia total. Y por eso tenemos que sacar al país adelante entre todos. No digo que la situación de emergencia sea de hoy, hace cuatro años lo vengo diciendo, pero cuando la emergencia no se asume como tal, cada vez se acerca más a una situación delicada de emergencia total. Es decir, de una eventual intervención o rescate.

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