Calderón acumula sarta de mentiras para enfrentar acusaciones de crímenes de guerra

Calderón acumula sarta de mentiras para enfrentar acusaciones de crímenes de  guerra
Calderón acusa que son “la complicidad y corrupción en algunas regiones del país - aunque no menciona la corrupción en sus propias filas de la administración pública federal- las que provocaron que la expansión de los grupos criminales

Revista EMET

Felipe Calderón empezó a delinear los argumentos que habrá de esgrimir en los próximos meses para hacer frente a las acusaciones de crímenes de guerra y lessa humanidad derivados de su estrategia de combate a los cárteles de las drogas. En sus respuestas a las 38 preguntas que le hicieron senadores de la República con motivo de la glosa del Sexto Informe de Gobierno, el michoacano intenta lavarse las manos de los adversos resultados de su “guerra” a los cárteles de las drogas que arroja más de 90 mil muertos, más de 10 mil desaparecidos y más de 300 mil desplazados.

Calderón acusa que son “la complicidad y corrupción en algunas regiones del país - aunque no menciona la corrupción en sus propias filas de la administración pública federal- las que provocaron que la expansión de los grupos criminales se acelerara y se apoderaran del control de pueblos y ciudades sin encontrar resistencia”. Señala que “en algunos de los estados más afectados por la delincuencia, las instituciones policíacas, ministeriales y probablemente las judiciales, se encuentran severamente vulneradas por la intimidación o la corrupción creada por los propios delincuentes.

Se dice inocente de las decenas de miles de homicidios a lo largo de su sexenio, cuando sostiene que “no son producto de las acciones para contener y debilitar a los criminales”. Intenta defender su administración señalando que la violencia que afecta “a los mexicanos no es provocada por las acciones del Gobierno Federal y las Fuerzas armadas”. En relación a los excesos cometidos por las fuerzas armadas federales, Calderón justifica que “en los casos excepcionales en donde han fallecido personas ajenas a los hechos en algún enfrentamiento con agresores o donde han participado las fuerzas armadas, se han investigado rigurosamente los hechos y fincado las responsabilidades correspondientes”, lo que es completamente falso como lo han demostrado una y otra vez las organizaciones defensoras de derechos humanos en el país y los reportes de observadores internacionales como Amnistía Internacional.

Estos argumentos los estaremos viendo los próximos días por parte del todavía inquilino de Los Pinos, un residente que habrá de enfrentar cuestionamientos, denuncias y acusaciones muy serias por parte de organismos civiles de México, organizaciones defensoras de derechos humanos, de madres de miles de desaparecidos, de padres y familiares de víctimas inocentes de la violencia, y en fin de un pueblo que fue agredido y  reprimido a lo largo de seis años por el mandatario más repudiado de los últimos tiempos. El juicio histórico en contra de Felipe Calderón, quien hasta el final intenta convencer que su estrategia fue la correcta, apenas se está escribiendo y aún falta el juicio penal internacional del que con triquiñuelas plantea evadirse.

Calderón miente descaradamente cuando señala que después de seis años de gobierno, México superó la “descomposición brutal, acelerada de las instituciones públicas  en materia de seguridad y justicia” y el fortalecimiento “constante y amenazante de las organizaciones criminales”. Falta totalmente a la verdad cuando aseguró, ante los representantes de la comunidad libanesa en el país,  que “hoy vemos el proceso inverso en ambas cosas”.

Enrique Peña Nieto sin duda habrá de hacer fuertes ajustes a la estrategia seguida durante el calderonismo, aunque no variará el enfoque fundamental belicista aplicado a lo largo de los últimos seis años. Según el vicecoordinador de la estrategia de seguridad del equipo de transición del mexiquense, Jorge Carlos Ramírez Marín, “el nuevo plan de seguridad” para reducir la criminalidad, la violencia y la inseguridad,  tendrá como puntos clave la prevención del delito y la coordinación policíaca entre los tres niveles de gobierno, puntos que no logró concretar la gestión calderonista. A su vez, Miguel Osorio Chong, coordinador de Política y Seguridad, adelantó que se confrontará al crimen organizado atacando sus finanzas y limitando su campo de acción. Por ahora, no son más que declaraciones de proyectos de gobierno, habremos de ver que tal son aterrizados en la compleja realidad que enfrenta el país en la materia.
Lilia Arellano - Revista EMET
 

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