La izquierda ya no se lee libros, pero está más informada con periódicos, TV e Internet
La izquierda ya no se lee libros, pero está más informada con periódicos, TV e Internet
Pedro Echeverría V.
1. Pienso (puedo estar equivocado) que el diario La Jornada, el semanario Proceso y el Internet –dotados de muy ricos y buenos materiales- monopolizan hoy las lecturas de la gente de izquierda. Nuestros conocimientos son más extensos, tenemos mucha más información, pero nuestra formación es pragmática y menos profunda. En las décadas de los años sesenta y setenta la gente de izquierda en México leía fundamentalmente a Marx, Lenin, Mao, Trotsky y Fidel Castro; incluso en las universidades se impartían “seminarios de El Capital” y en los cursos se recomendaban libros de interpretaciones marxistas; además fuera de las aulas se registraban miles de círculos de estudios marxistas. Como producto de las lecturas y las discusiones se producían decenas de publicaciones en forma de revistas y periódicos que también eran muy comentados.
2. Mi cuarto de trabajo está de cabeza entre libros, revistas, 100 carpetas de recortes de periódicos y mil cables de computadoras y extensiones de alumbrado. A pesar de ello se donde están las cosas principales, además tengo confianza en que antes de arder dentro de ella, quizá me enloquezca más. Revisando me he encontrado con varias publicaciones: más de 100 números de la vieja revista Política publicada de 1960 a 1967 por Marcué Pardiñas, la colección completa de la revista Proceso (1976-2012) que ha llegado a mil 879, muchas colecciones de por lo menos 10 suplementos de La Jornada (incluso la colección en revista de La Jornada Semanal y el Masiosare) dirigida por Carlos Pallán. Libros ya no se leen o muy poco, en parte, por el desplome del bloque de la URSS y el “marxismo”.
3. Me he encontrado además en los rincones, con publicaciones casi completas del PCM: “Oposición” que de 1970 a 1973 fue revista semanal para luego convertirse en periódico tamaño tabloide de 1974 a 1978, dirigido dos años por Martínez Verdugo, un año por Gerardo Unzueta y cinco años por Marcos Leonel Posadas. La revista Acción Proletaria y Autogestión que publicamos de 1972 a 1978, así como los periódicos del trotskismo mexicano: Bandera Roja, El Socialista, Clave, Rojo, Bandera socialista en ese mismo periodo. Lo que sucedió es que en todos los actos políticos, así como en la UNAM, compraba revistas que leía y coleccionada; además he reunido una colección de El periodista y los periódicos del PT de los últimos 10 años.
4. Pienso que la gente de izquierda en México está leyendo extremadamente menos que antes porque ya no existe la militancia política comprometida, porque hay que trabajar salarialmente muchas más horas y porque “basta” con la información televisiva y radial para que la gente se sienta informada. La izquierda nunca ha vivido enajenada con el deporte, las novelas o la televisión, pero parece haberse alejado de la lectura de obras políticas, por no decir del pensamiento marxista. En tanto que en los sesenta y setenta era una obligación partidaria que todo militante tuviera que leer, escribir notas, para luego discutir o exponer, hoy la militancia no existe y la lectura se reduce a la información. Hoy hablar de círculos para formación política resulta extraño.
5. Leer o discutir los tres gruesos tomos del El Capital era una tarea de economistas, pero era obligación de todo militante conocer dos o tres largos capítulos de aquella obra. Lo mismo sucedía con las Obras Escogidas de Lenin, los trabajos de Engels, de Mao o los principales discursos de Castro. ¿Qué círculo de estudios podría hacerse si de inicio no se discutía el Manifiesto, Trabajo Asalariado y Capital, el 18 Brumario, el Antidhuring, Materialismo y empiriocriticismo y el Qué hacer? Se estuvo siempre convencido de que cualquier interpretación de la historia, la economía, la filosofía y la política, sólo se podía hacer teniendo como base los principios del marxismo. Pero esto parece haberse acabado en México cuando la burguesía legalizó en 1977 a los partidos.
6. Eric Hobsbawm, historiador marxista que falleció hace un mes, escribió que el redescubrimiento de Marx en este periodo de crisis capitalista se debe a que predijo bastante más del mundo moderno que ninguna otra persona en 1848. Es lo que llamado la atención de una serie de observadores nuevos de su obra, y paradójicamente, primero entre gente de negocios y comentaristas económicos antes que entre la izquierda. Me acuerdo de que me di cuenta, justo en el momento que se celebraba el 150 aniversario de la publicación del Manifiesto Comunista, de que no se hacían muchos planes para conmemorarlo en la izquierda. Algo más tarde, almorzando con (el financiero) George Soros, me preguntó él: “¿Qué piensa usted de Marx?” Aunque no hay mucho en lo que estemos de acuerdo, me dijo: “Decididamente, algo tiene este hombre”.
7. Pienso que el 99 por ciento de los grandes políticos de hoy están muy informados, pero con la ideología dominante y, como no tienen tiempo para formarse con obras más profundas (Chomsky, Petras, Wallerstein, Amín, Saramago) y privilegian siempre la información. La producción de obras y las ventas de librerías pueden informarnos de la caída en la venta de obras políticas y literarias. Creo que para los políticos y la mayoría de la gente es más fácil y menos aburrido ver las noticias televisivas y de otros medios de información que leer a filósofos, historiadores, economistas y políticos. Parece que hoy todo es pragmatismo y la búsqueda de resultados concretos. Quizá sea uno de los problemas que están evitando las soluciones inteligentes y de fondo; quizá sea una de las tareas urgentes a analizar. (4/XI/12)
Consulta el blog: http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx
Fuente
Pedro Echeverría V.
1. Pienso (puedo estar equivocado) que el diario La Jornada, el semanario Proceso y el Internet –dotados de muy ricos y buenos materiales- monopolizan hoy las lecturas de la gente de izquierda. Nuestros conocimientos son más extensos, tenemos mucha más información, pero nuestra formación es pragmática y menos profunda. En las décadas de los años sesenta y setenta la gente de izquierda en México leía fundamentalmente a Marx, Lenin, Mao, Trotsky y Fidel Castro; incluso en las universidades se impartían “seminarios de El Capital” y en los cursos se recomendaban libros de interpretaciones marxistas; además fuera de las aulas se registraban miles de círculos de estudios marxistas. Como producto de las lecturas y las discusiones se producían decenas de publicaciones en forma de revistas y periódicos que también eran muy comentados.
2. Mi cuarto de trabajo está de cabeza entre libros, revistas, 100 carpetas de recortes de periódicos y mil cables de computadoras y extensiones de alumbrado. A pesar de ello se donde están las cosas principales, además tengo confianza en que antes de arder dentro de ella, quizá me enloquezca más. Revisando me he encontrado con varias publicaciones: más de 100 números de la vieja revista Política publicada de 1960 a 1967 por Marcué Pardiñas, la colección completa de la revista Proceso (1976-2012) que ha llegado a mil 879, muchas colecciones de por lo menos 10 suplementos de La Jornada (incluso la colección en revista de La Jornada Semanal y el Masiosare) dirigida por Carlos Pallán. Libros ya no se leen o muy poco, en parte, por el desplome del bloque de la URSS y el “marxismo”.
3. Me he encontrado además en los rincones, con publicaciones casi completas del PCM: “Oposición” que de 1970 a 1973 fue revista semanal para luego convertirse en periódico tamaño tabloide de 1974 a 1978, dirigido dos años por Martínez Verdugo, un año por Gerardo Unzueta y cinco años por Marcos Leonel Posadas. La revista Acción Proletaria y Autogestión que publicamos de 1972 a 1978, así como los periódicos del trotskismo mexicano: Bandera Roja, El Socialista, Clave, Rojo, Bandera socialista en ese mismo periodo. Lo que sucedió es que en todos los actos políticos, así como en la UNAM, compraba revistas que leía y coleccionada; además he reunido una colección de El periodista y los periódicos del PT de los últimos 10 años.
4. Pienso que la gente de izquierda en México está leyendo extremadamente menos que antes porque ya no existe la militancia política comprometida, porque hay que trabajar salarialmente muchas más horas y porque “basta” con la información televisiva y radial para que la gente se sienta informada. La izquierda nunca ha vivido enajenada con el deporte, las novelas o la televisión, pero parece haberse alejado de la lectura de obras políticas, por no decir del pensamiento marxista. En tanto que en los sesenta y setenta era una obligación partidaria que todo militante tuviera que leer, escribir notas, para luego discutir o exponer, hoy la militancia no existe y la lectura se reduce a la información. Hoy hablar de círculos para formación política resulta extraño.
5. Leer o discutir los tres gruesos tomos del El Capital era una tarea de economistas, pero era obligación de todo militante conocer dos o tres largos capítulos de aquella obra. Lo mismo sucedía con las Obras Escogidas de Lenin, los trabajos de Engels, de Mao o los principales discursos de Castro. ¿Qué círculo de estudios podría hacerse si de inicio no se discutía el Manifiesto, Trabajo Asalariado y Capital, el 18 Brumario, el Antidhuring, Materialismo y empiriocriticismo y el Qué hacer? Se estuvo siempre convencido de que cualquier interpretación de la historia, la economía, la filosofía y la política, sólo se podía hacer teniendo como base los principios del marxismo. Pero esto parece haberse acabado en México cuando la burguesía legalizó en 1977 a los partidos.
6. Eric Hobsbawm, historiador marxista que falleció hace un mes, escribió que el redescubrimiento de Marx en este periodo de crisis capitalista se debe a que predijo bastante más del mundo moderno que ninguna otra persona en 1848. Es lo que llamado la atención de una serie de observadores nuevos de su obra, y paradójicamente, primero entre gente de negocios y comentaristas económicos antes que entre la izquierda. Me acuerdo de que me di cuenta, justo en el momento que se celebraba el 150 aniversario de la publicación del Manifiesto Comunista, de que no se hacían muchos planes para conmemorarlo en la izquierda. Algo más tarde, almorzando con (el financiero) George Soros, me preguntó él: “¿Qué piensa usted de Marx?” Aunque no hay mucho en lo que estemos de acuerdo, me dijo: “Decididamente, algo tiene este hombre”.
7. Pienso que el 99 por ciento de los grandes políticos de hoy están muy informados, pero con la ideología dominante y, como no tienen tiempo para formarse con obras más profundas (Chomsky, Petras, Wallerstein, Amín, Saramago) y privilegian siempre la información. La producción de obras y las ventas de librerías pueden informarnos de la caída en la venta de obras políticas y literarias. Creo que para los políticos y la mayoría de la gente es más fácil y menos aburrido ver las noticias televisivas y de otros medios de información que leer a filósofos, historiadores, economistas y políticos. Parece que hoy todo es pragmatismo y la búsqueda de resultados concretos. Quizá sea uno de los problemas que están evitando las soluciones inteligentes y de fondo; quizá sea una de las tareas urgentes a analizar. (4/XI/12)
Consulta el blog: http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx
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