AMLO marca la agenda de gobierno y de ‘chuchos’

Regresa AMLO al Zócalo en mitin contra reforma energética y alza de impuestos. Foto: Eduardo Miranda
Regresa AMLO al Zócalo en mitin contra reforma energética y alza de impuestos.
Foto: Eduardo Miranda 


MÉXICO, D.F. (apro).- Hace dos meses el gobierno de Enrique Peña Nieto esperó la concurrencia a la convocatoria de Andrés Manuel López Obrador contra el IVA en alimentos y medicinas para pronunciarse al respecto.
Del éxito del tabasqueño –es decir, la participación de los asistentes a la concentración, que se elevó a por lo menos 40 mil– dependía qué proyecto entregaría el Ejecutivo federal a la Cámara de Diputados. Y así lo publicó Proceso, debido a que así lo detallaron quienes hoy forman parte del gobierno.
La asistencia a la convocatoria del excandidato presidencial obligó al gobierno a presentar el documento “B”, al que días antes hizo referencia el propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray. “Tenemos dos documentos, el plan A y el B”, puntualizó.
Y, así, Videgaray hizo entrega de una Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos sin IVA.
Casi tres meses después, la situación se asemeja.
El PAN condicionó sus votos a la reforma energética de Peña Nieto –en la que, según la prensa norteamericana, se incluyen “permisos” en materia de hidrocarburos para empresa extranjeras– a cambio de que primero se apruebe la ley electoral, que además debe incluir la creación de un Instituto Nacional de Elecciones; elevar a cinco el umbral de votos para mantener el registro; el rebase de tope de campaña como motivo para retirar una candidatura (incluida la presidencial), así como la presentación de gastos y la autorización de éstos por parte del nuevo órgano electoral.
No sólo eso, también propuso que se incluyera la consulta popular, para que una vez aprobada una ley a la Constitución, o bien una ley secundaria, la medida se someta a la población. Si la norma es rechazada, entonces iría para atrás.
A ello le apostaba el PRD de los chuchos, pues en caso de que la reforma energética sea aprobada sin sus votos, su idea es someterla a consulta… y echarla para atrás.
La Constitución ya contempla la consulta popular, pero aún no esta reglamentada. El pasado jueves 21, el diputado perredista José Luis Esquivel Zalpa presentó ante el pleno una ley que reglamentaría la nueva modalidad, pero fue enviada a comisiones.
De los borradores que empezaron a filtrarse la semana pasada a la prensa, se eliminó la consulta popular. Eso, según los dichos de los chuchos y su dirigente nacional, Jesús Zambrano, motivó la inclusión de los “permisos” en materia energética, y el jueves 28 anunciaron el retiro de el Pacto por México.
Hablaron de falta de respeto al Legislativo al hacer una ley entre PRI y PAN, a cambio de una ley energética, pero olvidaron que ellos hicieron lo mismo al participar en el Pacto por México sin consultarlo a sus bases.
Hoy dicen que se salen, cuando el daño a la nación ya está hecho, y el haberse aliado con el PRI les dejó una marca indeleble. Los chuchos alegan que su salida se debe a que se “pactó” entre PAN y PRI, e incluso dicen: no nos salimos, “nos salieron”. O sea que no los tomaron en cuenta, pero también olvidaron su alianza con el PRI y el rechazo del PAN a la nueva reforma hacendaria.
El Senado de la República debía aprobar este viernes el dictamen de la reforma política, pero finalmente se pospuso, quizá esperando ver cuánta gente acude a la concentración del próximo domingo convocada por López Obrador en rechazo a la reforma energética.
De la misma manera que sucedió con el aumento al IVA, cuando Videgaray esperó hasta el último momento para presentar la reforma hacendaria, dependiendo del rechazo de la gente en el mitin del tabasqueño, quizá hoy el gobierno federal esperará y ordenará a sus senadores priistas que avalen la reforma política hasta que se sepa qué ocurre en la concentración del domingo.
Y ahora los chuchos se quieren trepar en la concentración del exjefe de Gobierno del Distrito Federal, y con su salida del Pacto por México buscan disminuir el repudio que se han ganado entre sus propias bases.
Total que en tiempos de canallas priistas, perredistas y panistas, disfrazados de “pactos”, quien dicta la agenda sigue siendo aquel a quien tanto temían y al que acusaban de ser “un peligro para México”: Andrés Manuel López Obrador.
Los priistas tomarán una decisión después de la concentración del domingo. Los chuchos, hoy tan cercanos al PRI, han reculado y también esperan el resultado de ese día para sumar en los próximos días a Marcelo Ebrard y Cuauhtémoc Cárdenas, y juntos lograr una convocatoria del tamaño de la del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Veremos qué pasa el 1 de diciembre. Por lo pronto, lo único que se desea es que al cumplirse el primer año de Peña Nieto en el poder, grupos de agitadores no enrarezcan el clima ni den motivos a los granaderos de Miguel Mancera –tan cercano al mexiquense– para actuar. Ojalá no generen violencia en el Zócalo, donde por cierto no sólo estará gente de López Obrador, también habrá maestros de la CNTE, del SME y hasta lo que resta del movimiento #YoSoy132.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
Twitter: @jesusaproceso 

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