Pide AMLO a los empresarios "no dejarse seducir con falsas promesas"

Alonso Urrutia
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de diciembre de 2013, p. 8 

En carta dirigida a los empresarios mexicanos, Andrés Manuel López Obrador los conminó a no dejarse seducir con las falsas promesas de que la industria nacional participará en la privatización de la producción petrolera, porque lo cierto es que no les tocarán ni migajas. Por el contrario, ustedes pagarán más por todos los insumos que requieren sus compañías y la corrupción seguirá ahondando la desighualdad, los conflictos sociales y el estancamiento económico.
López Obrador hizo un recuento de fracasos de los procesos privatizadores que se han realizado en décadas recientes; por ejemplo, en el sector telecomunicaciones, el cual arrojó un monopolio privado que a la fecha mantiene elevadas tarifas y pobre calidad de servicio; los bancos, que en poder de empresarios mexicanos quebraron rápidamente y actualmente son operados por la banca internacional a elevados costos, y los ferrocarriles, que desde que fueron entregados a la iniciativa privada no han crecido.
Describió la actual corrupción que opera en Petróleos Mexicanos (Pemex), la cual se pretende perpetuar con la reforma energética. Subrayó que parte sustancial del presupuesto se canaliza a la exploración y perforación de pozos petroleros, con lo que 70 por ciento de esos fondos se otorgan a las corporaciones extranjeras Bechtel, Halliburton y Schlumberger.
La cadena no termina ahí, porque la colocación en el mercado del petróleo mexicano se realiza “a través de una entelequia llamada PMI (Pemex Internacional) que opera en completa opacidad, fuera de la supervisión de las instituciones y entrega el crudo a intermediarios, mejor conocidos como brokers, los cuales cobran jugosas comisiones sobre un crudo pesado que justifica cualquier fluctuación en su precio, sobre todo hacia abajo”. Las ganancias por esas variaciones son en favor de los intermediarios.
Destacó el mal estado de la refinación en México, pues gran parte del crudo se envía a Texas, porque las mexicanas no tienen ni la mitad de la capacidad para refinar lo que México necesita en combustibles. En los pasados 30 años los gobiernos han sido incapaces de ampliar la capacidad de refinación, mientras que Estados Unidos triplicó su infraestructura en los últimos 10 años. Por ello, las ganancias de la producción de gasolina mexicana son para compañías texanas.
López Obrador denunció la corrupción e influyentismo que involucra a ex directores de Pemex y al hijo de un ex secretario de Hacienda, lo cual ha favorecido un auge de nuevas corporaciones petroleras, como Oro Negro, en la que estarían asociados esos ex funcionarios. Ésta es una empresa naciente que ya ordenó 10 plataformas petroleras en Singapur, cabildeadas por el actual director de Pemex, para que estén listas cuando se autorice la reforma.
Advirtió que dicha modificación no corregirá ninguno de esos abusos. Por el contrario, lo que se busca es perpetuar esos negocios en favor de particulares. “Ello explica también por qué están interesados en la llegada de corporaciones extranjeras con más dinero, influencias y más poder. Lo que buscan es crear un blindaje para los privilegios”.
Mediante los contratos de utilidad compartida no se busca aprovechar las ventajas competitivas ni reducir los costos de los energéticos para industrializar el país. Es ilógico pensar que con la entrega de las ganancias del crudo a las corporaciones extranjeras vendrán el crecimiento económico, la generación de empleos y la reducción de las tarifas de energía eléctrica y gas. Desgraciadamente, va a ser lo opuesto.
Por ello, ya se aprobaron la reforma fiscal, el aumento de impuestos y el mayor déficit fiscal, porque saben que obtendrán menos recursos de lo presupuestado cuando se compartan las ganancias con los extranjeros. No repitamos los errores, subrayó.

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