Abarca estaba cansado de esconderse
5 de noviembre de 2014
Destacado
El exalcalde de Iguala,
José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, en medio, la
supuesta cómplice Noemí Berumen Rodríguez. Foto: Especial |
MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- El expresidente municipal de
Iguala, Guerrero, José Luis Abarca confesó a los agentes de la Policía
Federal que lo detuvieron que se sentía cansado de esconderse, “que ya
no aguantaba”.
De acuerdo con la versión de la Policía Federal, Abarca no opuso resistencia a su detención y únicamente se mostró pensativo.
En cambio, la esposa del edil depuesto, María de los Ángeles Pineda, fue altanera y espetó a los policías: “¡Ya déjenme, qué se creen!”.
Ambos entraron en pánico al ser detenidos. “Estaban pálidos y asustados. Él dijo que ya estaba cansado de estarse escondiendo, que ya no aguantaba”, cita una nota publicada hoy por el periódico La Jornada basada en entrevistas con funcionarios de la Policía Federal.
Según la versión oficial, la pareja se resguardaba en el número 50 de la calle Cedro de la colonia Tenorios, en la delegación Iztapalapa.
Los vidrios de la puerta principal estaban cubiertos de papeles, los ventanales fueron tapados con mantas, bolsas de plástico y papel aluminio.
El operativo para detenerlos ocurrió la madrugada de ayer y duró alrededor de veinte minutos, de acuerdo con la versión de la Policía Federal.
Fuente
De acuerdo con la versión de la Policía Federal, Abarca no opuso resistencia a su detención y únicamente se mostró pensativo.
En cambio, la esposa del edil depuesto, María de los Ángeles Pineda, fue altanera y espetó a los policías: “¡Ya déjenme, qué se creen!”.
Ambos entraron en pánico al ser detenidos. “Estaban pálidos y asustados. Él dijo que ya estaba cansado de estarse escondiendo, que ya no aguantaba”, cita una nota publicada hoy por el periódico La Jornada basada en entrevistas con funcionarios de la Policía Federal.
Según la versión oficial, la pareja se resguardaba en el número 50 de la calle Cedro de la colonia Tenorios, en la delegación Iztapalapa.
Los vidrios de la puerta principal estaban cubiertos de papeles, los ventanales fueron tapados con mantas, bolsas de plástico y papel aluminio.
El operativo para detenerlos ocurrió la madrugada de ayer y duró alrededor de veinte minutos, de acuerdo con la versión de la Policía Federal.
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