CIUDAD
DE MÉXICO (apro).- Entre canastas de maíz, papalotes, flores blancas y
música oaxaqueña, este viernes se montó una ofrenda en el Palacio de
Bellas Artes para despedir al artista y promotor cultural Francisco
Toledo, quien falleció la noche de ayer, a los 79 años de edad.
En la ciudad de Oaxaca, miles de personas dan el último adiós al
juchiteco, que por doquier recibe homenajes. Y en la capital mexicana
también se le recuerda con cariño y admiración. Para ello, autoridades
culturales anunciaron tres sedes, el Centro Cultural Los Pinos, el Museo
Nacional de Culturas Populares y el “palacio de mármol”, donde el
pueblo podrá dar su adiós al filántropo y activista.
En Bellas Artes los trabajos iniciaron desde muy temprano: se realizó
un camino con canastas de maíz, símbolo de la lucha de Toledo contra el
mijo transgénico, y se colocaron papalotes de colores en las
escalinatas, entre ellos tres piezas realizadas por el artista plástico,
además de siete obras:
Los aguafuertes “El asno en la piel del León” (2013) y “Noche y
pájaro” (1973); los óleos sobre telas mixtas “Laberinto para llegar a
Laxichopa”, “La función del mago” (1973) y “Flores Marinas” (1968); el
cartel “Oaxaca, no a los transgénicos”, el libro “Alma en boca, huesos
de cristal” y una fotografía tomada por Gabriela Iturbide. Al final, un
libro para dejar una despedida.
Tras la interpretación de varias piezas, algunas en náhuatl, por
parte del Coro de los Madrigalistas, alrededor de las 13:35 se hicieron
presentes bandas oaxaqueñas en el Palacio de Bellas Artes. Y retumbaron
con fuerza para recordar al artista.
Los asistentes dejaron mensajes de despedida en libros colocados en
la salida del recinto cultural, como éste: “Maestro, te fuiste como
viviste ¡Buenamente! Si el país tuviera 135 millones de Toledos, otro
presente tendríamos ¡Hasta luego! Atentamente Cirheli”.
La oaxaqueña Ana Lilia Morales, psicóloga, de 40 años de edad, quien
radica en la capital mexicana desde hace 20 años y fue una de las
primeras en llegar a Bellas Artes, con un ramo de girasoles amarillos,
expresó a Apro, ente lágrimas contenidas:
“Para Oaxaca y el país es una pérdida importante Sin el
trabajo del maestro hace mucho que Oaxaca se hubiera convertido en un
prostíbulo y hubiera quedado en manos de empresarios. Se habría
convertido en lugar de hoteles”.
Añadió: “El trabajo del maestro nos dio acceso a arte, bibliotecas,
libros, cine, y gracias a él Oaxaca se convirtió en un elemento
cultural. En cuanto supe que se iba a abrir aquí (en Bellas Artes) un
espacio para despedirlo, ya que no puedo ir a Oaxaca, decidí venir, es
una manera de consolarme, de consolarnos, pero también de dar las
gracias por lo que brindó a mi estado, su estado”.
Carmen Gaitán, titular del Museo Nacional de Arte, dijo que la muerte
de Toledo es “una pérdida universal”. Subrayó: “Cuando una figura de
esta envergadura nos deja, hay un vacío. Creo que estamos tristes desde
la noche de ayer. Es una perdida para la familia de Toledo, pero también
un pésame para el pueblo de México.
“Fue un hombre de la sensibilidad, de un genio, con una
voz íntegra que nos representa a todos, pero también con este erotismo y
esa magia. Que fortuna que seamos contemporáneos, que lo pudimos
conocer. Y sin duda fue un artista partícipe de la sociedad y del
momento que le tocó vivir”.
Finalizó: “Oaxaca es un hito cultural por todos los centros
culturales que dejó (Toledo), aun rodeado de esa especie de timidez muy
particular que tenía, un hombre de silencio que maquinaba cosas
grandiosas. Por donde pasó dejó huella. Un magnífico mexicano como
quisiéramos que hubiera más”.
La despedida a Toledo en Bellas Artes se extenderá hasta las 20 horas de este viernes.
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