Gobierno de Calderón firma contrato, Peña lo ratifica y… Pemex paga multas por más de dos mil mdp
La planta de Etileno XXI es operada por el consorcio formado por las empresas Braskem e Idesa; la primera es una filial de la empresa brasileña Odebrecht, envuelta en un escándalo internacional por pago de sobornos en varios países –México incluido–, mientras que la segunda pertenece a la familia política de Javier Jiménez Espriú, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
El contrato fue utilizado como aval para que el gobierno mexicano, a través de Bancomext, participe en la construcción de Etileno XXI –que representó una inversión de 5 mil 100 millones de dólares– con una línea de crédito de 120 millones de dólares; Nacional Financiera, por su parte, estableció tres líneas de crédito por 620 millones de dólares entre 2012 y 2016 para que Braskem-Idesa pudiera financiar Etileno XXI.
En un informe sobre la producción y venta de gas por parte de Pemex Exploración y Producción (PEP), la ASF recordó que “existe el riesgo de que, en caso de incumplir el contrato de suministro de etano, Pemex tendría que adquirir la planta del Complejo Etileno XXI en 2026”.
En ese documento, la ASF observó que la producción de gas se derrumbó 26.5% entre 2014 y 2018, lo que a su vez afectó las capacidades de Pemex Fertilizantes y Pemex Etileno, y redujo la oferta nacional de gas en México.
El desastre inducido por el contrato con Etileno XXI era previsible, como lo documentaron Proceso y la alianza Méxicoleaks en junio de 2018: durante una sesión del Consejo de Administración de Pemex celebrada en abril de 2011 –y presidida por José Antonio Meade Kuribreña, el fracasado candidato del PRI a la Presidencia de la República–, dos consejeros de la petrolera advirtieron sobre los evidentes riesgos del proyecto.
Rogelio Gasca Neri sostuvo que “Pemex va a estar importando gas y crudo para venderlos con 20% o 30% de descuento” y sugirió que “dadas las inevitables consecuencias, se debe de suspender el proyecto”.
El consejero Héctor Moreira Rodríguez, por su parte, preguntó cómo se habían determinado “los escenarios de disponibilidad de gas y cuáles serían las previsiones para no caer en los supuestos relativos a las posibles sanciones económicas en el contrato”, pues señaló que “simplemente, si no existe el etano en PEP, por las razones que se quieran, entre ellas el no descubrimiento de reservas, Pemex tiene la obligación de importarlo o bien pagar una penalización importante”.
Dicho y hecho: Pemex no tuvo ni el gas ni el etano suficientes, y según la ASF, desde la puesta en operación de Etileno XXI, perdió 6 mil 455 millones de pesos a favor de Braskem-Idesa.
Este texto se publicó el 3 de noviembre de 2019 en la edición 2244 de la revista Proceso
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