Explosión en subestación de Nonoalco; fue por impericia de CFE, acusa el SME
Los primeros en correr fueron los policías federales: vecinos
Cerca hay líneas de gas natural
Niega Comisión Federal que haya heridos
Al menos un descalabrado, reporta el GDF
Ayer se registró una explosión en la subestación denominada kilómetro cero de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ubicada en Nonoalco, Distrito Federal, que interrumpió el fluido durante 25 minutos a miles de habitantes de las delegaciones Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, y afectó a otras seis subestaciones. La empresa señaló que fue "una falla normal" en un interruptor, mientras el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) acusó que fue consecuencia de la impericia y la falta de mantenimiento.
La CFE desestimó cualquier sabotaje en ese "incidente" y rechazó que hubiera lesionados. Sin embargo, vecinos del lugar e integrantes del SME señalaron que al menos tres personas resultaron heridas. No se pudo confirmar la versión, dado el hermetismo impuesto en la instalación, ubicada en la colonia Nonoalco y resguardada por la Policía Federal (PF). Ni siquiera se permitió el acceso de elementos de Protección Civil, bomberos y unidades de la Cruz Roja Mexicana.
Según la versión oficial, la falla en un interruptor de 230 mil voltios, que ocasionó afectaciones a las subestaciones Naucalpan, Cuauhtémoc, Nonoalco, Tacuba, Insurgentes y Pensador Mexicano, ocurrió a las 15:35 horas, lo que movilizó "de inmediato" a cuadrillas de trabajadores de la CFE para iniciar la reparación de la infraestructura afectada y, 25 minutos después del incidente, a las 16 horas, se corrigió el desperfecto.
Pero el dirigente del SME, Martín Esparza, refutó esa versión. "Falló un transformador y hubo una explosión fuerte. Esta subestación la tenemos considerada como una cuyos equipos funcionan desde hace más de 40 años y necesitan remplazo. Esto es una cadenita, porque todo está interconectado y por la impericia y la falta de mantenimiento [hechos como éste] se darán de manera repetida."
La CFE rechazó que hubiera lesionados, pero Norberto López Rodríguez y Enrique Rivera, integrantes del sindicato, aseguraron que por la entrada de avenida Flores Magón sacaron a dos personas heridas, con la cabeza cubierta, en un automóvil. Alfredo Arenas, representante propietario sindical, señaló que había versiones de que otro herido estaba en de la subestación.
Como ex trabajador de esa subestación, explicó que el estallido ocurrió porque "es equipo de alta tensión, y cuando se hace una mala maniobra hay una explosión; quiere decir que hubo un problema grave. Y sí, debió haber heridos. Siempre hay por lo menos tres personas atendiendo los transformadores; (donde hay interruptores) es muy fácil que les pueda tocar una descarga".
Vecinos aseguraron que fue una gran explosión, "se escuchó muy fuerte y causó una gran columna de humo", explicó Víctor Joel Ortiz. Los policías federales (que resguardan el lugar desde que se emitió el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, LFC) fueron los primeros en salir corriendo”. Otra señora dijo que edificios de la unidad habitacional Estrella se cimbraron y advirtió sobre el riesgo de que fallas como ésa puedan alcanzar la línea de gas natural que colinda con paredes de la subestación.
El titular de la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal, Elías Miguel Moreno, informó más tarde que con el argumento de que se trataba de un asunto federal, la PF no permitió que elementos a su cargo ingresaran a controlar la explosión.
Señaló que en breve hablarán con autoridades de la CFE, pues este incidente, que dejó sin energía eléctrica a por lo menos ocho colonias, "pudo ser mayor" y "no se debe restringir el paso para intervenir en casos de emergencia".
Afortunadamente, dijo, los elementos federales controlaron el fuego con unos extintores y sólo una persona resultó descalabrada con un ladrillo que salió volando con el estallido pero, por muy leve que haya sido, la PF debe tener en cuenta que la integridad de los capitalinos está por encima de las órdenes que tengan de resguardar los edificios de LFC para evitar conflictos con el SME.
Desde el pasado 11 de octubre, cuando se publicó el decreto de extinción de LFC, la CFE ha rechazado que las fallas en el suministro de energía deriven de actos de sabotaje en la infraestructura eléctrica y los ha atribuido a fallas técnicas o actos vandálicos.
LFC: conflicto y afectaciones persistentes
Acasi tres meses de la extinción, por decreto presidencial, del organismo público descentralizado Luz y Fuerza del Centro (LFC), distintos puntos de la capital del país y de los estados de México, Puebla, Hidalgo y Morelos, han padecido la proliferación de apagones y fallas de diversa amplitud y duración en el suministro eléctrico. Ayer, la explosión de un transformador de la subestación Kilómetro Cero de LFC, en la delegación Cuauhtémoc, dejó sin electricidad a por lo menos nueve colonias en la zona centro de esta capital, lo que afectó a unos 400 mil usuarios y provocó fallas en el servicio del tren suburbano.
Lo anterior no hace sino confirmar las advertencias formuladas a lo largo de las pasadas 12 semanas por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y su entorno social de apoyo: el gobierno federal no cuenta con capacidad para suplir a los ex trabajadores de LFC en la totalidad de sus funciones, y las fallas del personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) –que se encuentra operando las instalaciones de LFC desde el 11 de octubre pasado– son un colofón lógico e inevitable al designio gubernamental de privar a la desaparecida entidad pública de los recursos necesarios para invertir en la modernización de sus instalaciones y equipos. Dicho designio, por cierto, no parece haberse revertido en los casi 90 días transcurridos desde el asalto policiaco de las instalaciones de LFC, y hoy la población no se encuentra menos expuesta que hace tres meses a las fallas del suministro eléctrico, pero sí es más vulnerable a las afectaciones derivadas de éstas, dada la falta de pericia y de conocimiento, por parte del personal de CFE, de la vasta y compleja red que abastece de luz a la zona centro del país.
Por otro lado, los alegatos gubernamentales en torno a la supuesta eficiencia de la paraestatal encabezada por Alfredo Elías Ayub colisionan con el elevado número de quejas de usuarios expresadas en contra de esa compañía a escala nacional: entre enero y noviembre de 2009, la empresa acumuló más de 6 mil casos en su contra ante la Procuraduría Federal del Consumidor, es decir, unas 18 quejas diarias en promedio.
Al día de hoy, las repetidas y prolongadas interrupciones en el flujo de electricidad en la zona centro del país constituyen un lastre adicional para la reactivación económica a escala nacional –sobre todo si se considera el peso específico de esta área geográfica en términos económicos–, así como un factor de profundización del deterioro de la calidad de vida de los habitantes de la capital y el área metropolitana.
En la circunstancia presente, es deseable y necesario que el gobierno federal reconsidere la viabilidad de una medida que no sólo acentúa el clima de polarización política y ha desatado un conflicto social que crece día con día en profundidad y encono, sino ha introducido elementos que agudizan los efectos de la crisis económica y extienden el desasosiego de la sociedad. Si el calderonismo no puede garantizar que la CFE revertirá al corto plazo los problemas de abasto eléctrico, lo prudente sería dejar sin efecto el decreto de extinción de LFC, o bien emprender un proceso de recontratación colectiva de los trabajadores del SME, que contemple el reconocimiento de la existencia de ese sindicato y de la vigencia del contrato colectivo con LFC. Hay, en suma, alternativas viables y decorosas para dar marcha atrás en este conflicto, y corresponde a las autoridades demostrar voluntad política para adoptarlas.
Fuente
Cerca hay líneas de gas natural
Niega Comisión Federal que haya heridos
Al menos un descalabrado, reporta el GDF
Ayer se registró una explosión en la subestación denominada kilómetro cero de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ubicada en Nonoalco, Distrito Federal, que interrumpió el fluido durante 25 minutos a miles de habitantes de las delegaciones Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, y afectó a otras seis subestaciones. La empresa señaló que fue "una falla normal" en un interruptor, mientras el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) acusó que fue consecuencia de la impericia y la falta de mantenimiento.
La CFE desestimó cualquier sabotaje en ese "incidente" y rechazó que hubiera lesionados. Sin embargo, vecinos del lugar e integrantes del SME señalaron que al menos tres personas resultaron heridas. No se pudo confirmar la versión, dado el hermetismo impuesto en la instalación, ubicada en la colonia Nonoalco y resguardada por la Policía Federal (PF). Ni siquiera se permitió el acceso de elementos de Protección Civil, bomberos y unidades de la Cruz Roja Mexicana.
Según la versión oficial, la falla en un interruptor de 230 mil voltios, que ocasionó afectaciones a las subestaciones Naucalpan, Cuauhtémoc, Nonoalco, Tacuba, Insurgentes y Pensador Mexicano, ocurrió a las 15:35 horas, lo que movilizó "de inmediato" a cuadrillas de trabajadores de la CFE para iniciar la reparación de la infraestructura afectada y, 25 minutos después del incidente, a las 16 horas, se corrigió el desperfecto.
Pero el dirigente del SME, Martín Esparza, refutó esa versión. "Falló un transformador y hubo una explosión fuerte. Esta subestación la tenemos considerada como una cuyos equipos funcionan desde hace más de 40 años y necesitan remplazo. Esto es una cadenita, porque todo está interconectado y por la impericia y la falta de mantenimiento [hechos como éste] se darán de manera repetida."
La CFE rechazó que hubiera lesionados, pero Norberto López Rodríguez y Enrique Rivera, integrantes del sindicato, aseguraron que por la entrada de avenida Flores Magón sacaron a dos personas heridas, con la cabeza cubierta, en un automóvil. Alfredo Arenas, representante propietario sindical, señaló que había versiones de que otro herido estaba en de la subestación.
Como ex trabajador de esa subestación, explicó que el estallido ocurrió porque "es equipo de alta tensión, y cuando se hace una mala maniobra hay una explosión; quiere decir que hubo un problema grave. Y sí, debió haber heridos. Siempre hay por lo menos tres personas atendiendo los transformadores; (donde hay interruptores) es muy fácil que les pueda tocar una descarga".
Vecinos aseguraron que fue una gran explosión, "se escuchó muy fuerte y causó una gran columna de humo", explicó Víctor Joel Ortiz. Los policías federales (que resguardan el lugar desde que se emitió el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, LFC) fueron los primeros en salir corriendo”. Otra señora dijo que edificios de la unidad habitacional Estrella se cimbraron y advirtió sobre el riesgo de que fallas como ésa puedan alcanzar la línea de gas natural que colinda con paredes de la subestación.
El titular de la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal, Elías Miguel Moreno, informó más tarde que con el argumento de que se trataba de un asunto federal, la PF no permitió que elementos a su cargo ingresaran a controlar la explosión.
Señaló que en breve hablarán con autoridades de la CFE, pues este incidente, que dejó sin energía eléctrica a por lo menos ocho colonias, "pudo ser mayor" y "no se debe restringir el paso para intervenir en casos de emergencia".
Afortunadamente, dijo, los elementos federales controlaron el fuego con unos extintores y sólo una persona resultó descalabrada con un ladrillo que salió volando con el estallido pero, por muy leve que haya sido, la PF debe tener en cuenta que la integridad de los capitalinos está por encima de las órdenes que tengan de resguardar los edificios de LFC para evitar conflictos con el SME.
Desde el pasado 11 de octubre, cuando se publicó el decreto de extinción de LFC, la CFE ha rechazado que las fallas en el suministro de energía deriven de actos de sabotaje en la infraestructura eléctrica y los ha atribuido a fallas técnicas o actos vandálicos.
LFC: conflicto y afectaciones persistentes
Acasi tres meses de la extinción, por decreto presidencial, del organismo público descentralizado Luz y Fuerza del Centro (LFC), distintos puntos de la capital del país y de los estados de México, Puebla, Hidalgo y Morelos, han padecido la proliferación de apagones y fallas de diversa amplitud y duración en el suministro eléctrico. Ayer, la explosión de un transformador de la subestación Kilómetro Cero de LFC, en la delegación Cuauhtémoc, dejó sin electricidad a por lo menos nueve colonias en la zona centro de esta capital, lo que afectó a unos 400 mil usuarios y provocó fallas en el servicio del tren suburbano.
Lo anterior no hace sino confirmar las advertencias formuladas a lo largo de las pasadas 12 semanas por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y su entorno social de apoyo: el gobierno federal no cuenta con capacidad para suplir a los ex trabajadores de LFC en la totalidad de sus funciones, y las fallas del personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) –que se encuentra operando las instalaciones de LFC desde el 11 de octubre pasado– son un colofón lógico e inevitable al designio gubernamental de privar a la desaparecida entidad pública de los recursos necesarios para invertir en la modernización de sus instalaciones y equipos. Dicho designio, por cierto, no parece haberse revertido en los casi 90 días transcurridos desde el asalto policiaco de las instalaciones de LFC, y hoy la población no se encuentra menos expuesta que hace tres meses a las fallas del suministro eléctrico, pero sí es más vulnerable a las afectaciones derivadas de éstas, dada la falta de pericia y de conocimiento, por parte del personal de CFE, de la vasta y compleja red que abastece de luz a la zona centro del país.
Por otro lado, los alegatos gubernamentales en torno a la supuesta eficiencia de la paraestatal encabezada por Alfredo Elías Ayub colisionan con el elevado número de quejas de usuarios expresadas en contra de esa compañía a escala nacional: entre enero y noviembre de 2009, la empresa acumuló más de 6 mil casos en su contra ante la Procuraduría Federal del Consumidor, es decir, unas 18 quejas diarias en promedio.
Al día de hoy, las repetidas y prolongadas interrupciones en el flujo de electricidad en la zona centro del país constituyen un lastre adicional para la reactivación económica a escala nacional –sobre todo si se considera el peso específico de esta área geográfica en términos económicos–, así como un factor de profundización del deterioro de la calidad de vida de los habitantes de la capital y el área metropolitana.
En la circunstancia presente, es deseable y necesario que el gobierno federal reconsidere la viabilidad de una medida que no sólo acentúa el clima de polarización política y ha desatado un conflicto social que crece día con día en profundidad y encono, sino ha introducido elementos que agudizan los efectos de la crisis económica y extienden el desasosiego de la sociedad. Si el calderonismo no puede garantizar que la CFE revertirá al corto plazo los problemas de abasto eléctrico, lo prudente sería dejar sin efecto el decreto de extinción de LFC, o bien emprender un proceso de recontratación colectiva de los trabajadores del SME, que contemple el reconocimiento de la existencia de ese sindicato y de la vigencia del contrato colectivo con LFC. Hay, en suma, alternativas viables y decorosas para dar marcha atrás en este conflicto, y corresponde a las autoridades demostrar voluntad política para adoptarlas.
Fuente
Comentarios