Trabajadores, sin defensa frente a la reforma laboral

Jesús Estrada Cortes
Milenio
Guadalajara 4/Ene/2010
Aunque 2009 será recordado por un retroceso en los derechos laborales, debido a los recortes de personal sin pagos de indemnizaciones, a reducciones de prestaciones sociales y al aumento de cargas de trabajo, entre otras cosas, analistas advierten de que el año 2010 será aún peor para la clase trabajadora, que enfrentará sin ninguna representación u opción de resistencia la probable aprobación de una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que demeritará más las condiciones laborales de los empleados.

“Creo que cada vez es más inminente una reforma a la LFT en el sentido que deteriorará más a los derechos laborales con mayor flexibilidad, inestabilidad en el empleo, menos seguridad del salario. El panorama para los trabajadores es negativo en cuanto a derechos laborales, va a haber un retroceso y creo que es inminente”, proyectó Jorge Barajas, coordinador del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), ONG que este año ha documentado centenares de violaciones a derechos laborales en el país por el abuso de industrias que utilizaron a la crisis económica como excusa para retroceder las condiciones de trabajo.

Barajas reconoció que “2010 va a ser el año de la reforma laboral”, pero el problema es que la clase trabajadora no va a poder ser representada en la discusión y aprobación de esa reforma laboral, y tampoco tendrá muchas opciones para resistirse a estas modificaciones “de corte empresarial”, ya que Barajas comentó que los grandes sindicatos tradicionales “son inactivos, y las facciones en el Congreso mayoritariamente apoyan” a las propuestas de cambios surgidas de las cúpulas empresariales y que apoya el gobierno federal.

Barajas señaló que “no hay manera de frenar a la reforma laboral, pero sí de aminorar su impacto”, y ello dependerá de las pequeñas corrientes internas dentro del propio PAN, el PRI y el PRD “que sí abogan por los derechos laborales, aunque no se puede esperar mucho” de ellos, y también de que cada vez más empresas adopten esquemas de responsabilidad sociales para amortiguar el efecto de los cambios legales en las condiciones de trabajo.

Uno de los principales bastiones de defensa de los derechos laborales frente a la reforma deberían ser las centrales independientes, pero Barajas dijo que estas “están muy golpeadas, hay que ser sinceros y decir que prácticamente los mayores sindicatos independientes de México están casi despareciendo, aquí hace años desapareció el de Euzkadi, a escala nacional casi desapareció el Sindicato Mexicano de Electricistas [SME] y la gente de los maestros a perdido mucho terreno frente a Elba Esther Gordillo, hay que aceptar que no van a poder” resistir la aprobación de los cambios legales.

Por separado, Jesús Torres Nuño, ex dirigente del Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de Euzkadi, reconoció que 2010 “va a ser bastante complicado en materia de derechos laborales”, y dijo que “dependiendo de cómo salga librado el conflicto del SME será la fuerza con la que llegará la propuesta de reforma laboral al Congreso”.

Señaló que “es fundamental” la figura del SME en la defensa de los derechos laborales frente a la reforma porque es uno de los últimos grandes sindicatos independientes del país, que ha sido reducido desde que el gobierno ordenó la extinción de Luz y Fuerza del Centro en 2009. En este sentido, recordó que las grandes centrales tradicionales están “vendidas” al empresariado y que el PRI ha “traicionado” a lo largo de la historia a la clase trabajadora, mientras que el PAN “responde a los intereses de la iniciativa privada”.

Torres Nuño, actual secretario de la cooperativa Trabajadores Democráticos de Occidente, dijo que es “contradictorio” que muchos empleados y trabajadores mexicanos compartan las críticas contra el SME emanadas desde el gobierno y una buena parte de la prensa porque al desarticular esta central se nulifican las defensas de sus propios derechos laborales frente a la reforma que se planteará.

Opinó que desde 2009 el gobierno federal desplegó “una campaña tan impresionante para desacreditar al SME” con la intención de “preparar a la opinión pública ante la reforma laboral”.

Por todo esto, Jorge Barajas comentó que una buena respuesta independiente de trabajadores frente a la reforma que se planteará puede provenir del surgimiento de movimientos espontáneos, como la Coalición Nacional de Trabajadores de la Industria Electrónica y otras asociaciones surgidas de las maquiladoras del Norte del país. Pero Torres Nuño opinó que para configurar una resistencia amplia pasará “un proceso más largo” porque en estos momentos a los empleados “les doran la píldora con publicidad, y los que tienen empleo estable no le entran por proteger su chamba”.

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