Abstencionismo, denominador común en Edomex

De la Redacción

Periódico La Jornada
Martes 5 de julio de 2011, p. 3

Aunque el PRI obtuvo victorias con amplio margen de ventaja en las tres elecciones para gobernador efectuadas el pasado domingo (estado de México, Coahuila y Nayarit), la participación ciudadana fue sustancialmente distinta. De los resultados en esas entidades se desprende que en el estado de México la apatía ciudadana predominó, pues se registró un abstencionismo de casi 56.5 por ciento; en contraste, en Coahuila fue sólo de 38.5 por ciento, y en Nayarit de 44 por ciento.

En el estado de México el abstencionismo ha sido elevado históricamente en las elecciones locales, según se desprende de los tres comicios recientes para gobernador.

Este domingo se reportó una abstención de 56.5 por ciento, ligeramente menor que el 57.3 por ciento registrado en 2005. En 1999, cuando se eligió a Arturo Montiel como gobernador, esta variable alcanzó 53.1 por ciento.

Del seguimiento de los porcentajes de participación en el estado de México, en un comparativo entre las elecciones federales y locales se desprende que hay mayor interés por votar en los comicios presidenciales que cuando se elige al mandatario estatal.

De hecho en las dos elecciones presidenciales recientes la entidad se ubicó entre las más altas en votación en el país: octavo lugar en 2000, cuando sufragó 67.9 por ciento, arriba de la media nacional, de 63.9 por ciento.

En 2006 la votación en el territorio mexiquense fue la quinta a escala nacional, con 62 por ciento, también por arriba del promedio en el país, que fue de 58.55.

Comparando los comicios presidenciales más recientes con la elección del domingo, en términos absolutos sufragaron más mexiquenses en 2006. A pesar de que el padrón creció en 1.5 millones de ciudadanos entre 2006 y 2011, en aquel año votaron 5 millones 701 mil 320 mexiquenses, y el domingo lo hicieron 4 millones 576 mil 54, es decir, un millón 125 mil ciudadanos menos.

Al referirse a la baja participación en la entidad, para el ex consejero Bernardo Barranco, de la organización Dictamen Ciudadano, la explicación radica en: la baja calidad de las campañas, que no despertaron el interés del electorado; el elevado costo de los comicios –sólo en el estado de México se estima que fue superior a 3 mil 600 millones de pesos– y el derroche de recursos de los candidatos, especialmente del PRI, y la poca credibilidad de los institutos electorales.

"Como nunca, los candidatos accedieron a los medios de comunicación con miles de promocionales en radio y televisión, al igual que la autoridad electoral, pero ninguno fue capaz de enganchar a la gente."

Sostuvo que hay un desencuentro entre la clase política y el ciudadano, que en algunos casos llega a ser un desprecio. Recordó que el PRD en el estado de México dio la espalda a los ciudadanos que participaron en una consulta para definir si era viable o no una alianza opositora: "No puedes despreciar la opinión de 250 mil ciudadanos que participaron en esta consulta. Eso desmotivó la participación", indicó.

Mejoría en Coahuila y Nayarit

Las tendencias mexiquenses son contrarias a las que registran Coahuila y Nayarit, donde hay mayor interés por las elecciones para gobernador que por las federales. La evolución de la participación ciudadana en Coahuila en los tres comicios recientes para gobernador revelan que la participación ha ido en aumento, al paralelo con reformas electorales aplicadas que han reducido el tiempo de campaña.

En 1999 sufragó 49.25 por ciento de los electores, en tanto para 2005, en la elección del primero de los Moreira (Humberto), se incrementó la participación ligeramente, para ubicarse en 52.59 por ciento, y en esta ocasión repuntó a 61.14.

Comparativamente, de los porcentajes de participación entre elecciones estatales y federales, la votación registrada el domingo, en la que se eligió al priísta Ruben Moreira, está por arriba del 53 por ciento de ciudadanos que sufragaron en las presidenciales de 2006 y el 58.6 por ciento que lo hicieron en las federales de 2000, donde se eligió a Vicente Fox.

En cuanto a Nayarit, la participación ciudadana en un comparativo entre elecciones para gobernador ha sido muy irregular: si en 1999 se registró 64 por ciento de votación, para 2005 se redujo sustancialmente, al ubicarse en 51.5 por ciento, y el pasado domingo repuntó a 57 por ciento.

Sin embargo, en un comparativo entre las elecciones locales y federales, hay un comportamiento más homogéneo entre ambos tipos de comicios, pues la participación en 2006 fue de 55 por ciento, y en 2000, de 62 por ciento.


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