Rechaza el Movimiento por la Paz cambio de formato para encuentro con Calderón

Alonso Urrutia

Periódico La Jornada
Viernes 30 de septiembre de 2011, p. 7

Luego de conocerse la propuesta gubernamental que modifica los términos de una próxima reunión entre el presidente Felipe Calderón Hinojosa y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, para realizarla en conjunto con otras organizaciones civiles, el grupo que encabeza el poeta Javier Sicilia demandó que se honre el compromiso presidencial y el encuentro se efectúe bajo los términos originalmente pactados.

Agregó que en principio la reunión con el titular del Ejecutivo federal sería sólo con el movimiento para evaluar los avances efectuados en estos tres meses, por lo que emplazó a que el encuentro se efectúe el próximo 7 de octubre en el Alcázar de Chapultepec.

Al rechazar la nueva propuesta para la reunión, pues se reduce a una participación de sólo dos integrantes del Movimiento por la Paz, Javier Sicilia y el ex ombudsman capitalino Emilio Álvarez Icaza convocaron a una conferencia de prensa donde acusaron al gobierno federal de pretender diluir al movimiento, faltar a la palabra empeñada por el Presidente y con ello evidenciar que aún no se asume realmente la gravedad de la emergencia nacional que se está enfrentando.

Enseguida, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad dio a conocer a los medios de comunicación el oficio emitido por la Secretaría de Gobernación, en el que se subraya que las evaluaciones de los avances se harían en el contexto de "una reunión más amplia en la que participarían otras organizaciones sociales". Ante ello, Sicilia consideró que "el movimiento está honrando la palabra, la que habla verdad; con este comunicado no se honra la palabra, se está traicionando".

Una de las diferencias que motivó el cambio gubernamental fue la insistencia del movimiento de Sicilia para que el nuevo encuentro con Calderón se realizara en las mismas condiciones que el anterior, es decir, abierto a los medios de comunicación.

Al descalificar la postura oficial, el poeta adelantó que el grupo que encabeza estará el próximo 7 de octubre en el Castillo de Chapultepec y pidió "que el presidente Calderón no se comporte como siempre se ha comportado la clase política: traicionando su palabra y con ello a la nación".

Álvarez Icaza, por su parte, precisó que no existe diferencia con otras organizaciones y eventualmente participarían en algunas reuniones que convoque el gobierno con esos grupos, pero no a costa de un compromiso previamente pactado.

Ambos señalaron que si bien hay agendas paralelas, también está claro que hay también diferencias importantes, por ejemplo, en cuanto a la iniciativa de reforma a la Ley de Seguridad Nacional. Aunado a ello, mencionaron que en estos tres meses el Movimiento por la Paz trabajó temas y una agenda con el gobierno federal en donde no participó el resto de las organizaciones sociales, de ahí la extrañeza de que se quiera involucrarlas precisamente ahora en un asunto en el que no han participado.

En este contexto, Sicilia cuestionó la pretensión de diluir la fuerza moral del movimiento, al subrayar que el gobierno mantiene su lógica de ver la realidad a través de los medios de comunicación, y como la cobertura de los medios en la caravana al sur no fue igual que la anterior, entonces ellos decidieron que el movimiento ya no es fuerte, pero no leen la realidad que "hemos visibilizado y es la gravedad por la que pasamos y nos quieren diluir, porque seguimos siendo muy fuertes moralmente".

Eso, acusó el poeta, es no entender el nivel de emergencia nacional que se vive actualmente y el Movimiento por la Paz no está dispuesto a retroceder tres meses y regresar de nuevo al mismo discurso oficial de criminalizar a las víctimas y pensar que se mueran, porque al fin son criminales.

A pregunta expresa sobre la aparición de un grupo que se acreditó la ejecución de presuntos zetas en Veracruz, Álvarez Icaza lo calificó la situación de muy preocupante, porque evidencia signos de paramilitares que se han visto ya en lugares como Colombia. Aseveró que esto implica que la espiral de violencia en México podría pasar a otra etapa producto de la incapacidad, ineficiencia y complicidad de las corporaciones con la delincuencia organizada.

"No podemos permitir que la venganza sustituya a la justicia, venga de donde venga", derivado de una impunidad que ya es estructural en México, dijo.


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