FMI cree ahora que sería útil limitar entrada de capitales

Reuters y Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 4 de diciembre de 2012, p. 24
 
Washington, 3 de diciembre. El Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló principios sobre la forma en que los países deberían gestionar sus flujos de capital, al acordar que algunas medidas para limitar las entradas de capitales podrían ser útiles, pero deberían ser específicas, transparentes y temporales.
Los mercados emergentes responsabilizan a las laxas políticas monetarias de naciones ricas por generar olas de flujos desestabilizadores de capitales especulativos, y el FMI está intentando forjar un consenso sobre cuándo tiene sentido que los países recurran a limitar estos dineros. El Fondo puso énfasis en que su nueva postura institucional no es obligatoria.
El organismo indicó que en ciertas circunstancias puede ser útil fijar límites a los flujos de capital, cuando las condiciones macroeconómicas subyacentes son altamente inciertas; que las medidas pueden ayudar a salvaguardar la estabilidad financiera cuando las entradas de capital contribuyen a riesgos sistémicos, y que los países deberían garantizar que sus políticas no perjudiquen a otros.
Los flujos de inversión pueden ayudar al desarrollo y crecimiento de los países, pero también pueden impulsar la inflación y los tipos de cambio. Adicionalmente, una repentina retirada de los inversionistas puede ser desestabilizadora.
Alerta ante crisis
Desde 2009, desde Brasil a Indonesia, Corea del Sur, Perú y Tailandia han impuesto controles para limitar el ingreso de flujos, mientras unos pocos, como Argentina, Islandia y Ucrania, han buscado frenar la salida repentina e importante de capitales.
No está claro que una liberalización total (de los flujos de capitales) sea un objetivo adecuado para todos los países y para todos los periodos, estimó el FMI.
El Fondo, que defiende la liberalización, matizó su postura al reconocer que este proceso a menudo fue seguido de crisis financieras, como la de México entre 1994 y 1995. Así, ya no considera negativas las medidas que países como Brasil o Islandia tomaron para restringir los flujos de capitales y atenuar los efectos nefastos para su economía, como la apreciación de la moneda y las burbujas inmobiliarias.

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