Amante del rey de España disfrutaba de una residencia en el Palacio del Pardo

Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de marzo de 2013, p. 38
Madrid, 5 de marzo.

La princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstien, señalada como la amante del rey Juan Carlos, tuvo en los últimos cuatro años una residencia asignada en el Palacio del Pardo, la residencia oficial de los monarcas españoles. Ahí, en una finca conocida como La Angorrilla, cerrada al público y comunicada de forma directa con el palacio real, dormía la amiga entrañable del monarca, quien además tenía guardaespaldas y en el servicio de espionaje tenía el nombre en clave de Ingrid.

Esta información fue confirmada por el vocero del Sindicato Independiente de la Policía, Alfredo Perdiguera, quien incluso relató que además de que esa residencia en el Palacio del Pardo fue la vivienda oficial de Corinna zu Sayn-Wittgenstien durante los días que pasa en España, contó con el apoyo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y tenía un nombre secreto.

El secretario general de la organización sindical de la policía, José Manuel Sánchez Fornet, publicó en su cuenta de Twitter que “el nombre en clave de Corinna era Ingrid. Hay muchas minutas sobre ello.

Los escándalos que rodean a la familia real española no cesan. En los últimos dos años se han multiplicado los hallazgos que han puesto en evidencia excesos y corruptelas. La irrupción en las noticias del caso del yerno del rey, Iñaki Urdangarin, acusado de haber desviado decenas de millones de euros de dinero público a cuentas personales, han provocado que todo lo que rodea a la casa real sea visto con lupa.

El monarca español, hasta hace unos años figura intocable que despertaba adhesiones en el grueso de la población, sufre una importante merma en su prestigio y en su condición de imprescindible. El caso del yerno fue el punto de partida de otros escándalos, como la participación del monarca en una cacería de elefantes en Botswana mientras España sufría una de las peores semanas de la crisis financieras.

Aquel viaje destapó otras historias, además de la afición del rey por matar elefantes: la caída que sufrió que le provocó una rotura de cadera y el traslado a España para ser operado de urgencia; y que en aquel viaje siempre estuvo acompañado por Corinna zu Sayn-Wittgenstien, hasta ese día una desconocida, que después fue señalada en la prensa alemana e inglesa de ser la amante del monarca.

Conforme pasan los días se van conociendo más detalles de la profunda relación que tiene el monarca español con Ingrid, como la llaman en clave los escoltas y agentes de inteligencia españoles. Y ahora, mientras el rey se recupera de otra operación de cadera, trascendió que esta mujer y su hijo han gozado de una finca del sector público, donde se hospedaban siempre que estaban en el país y al que se accedían desde el palacio de la Zarzuela, en el Pardo.

Se trata de información relevante ante la polvareda que levantó esta mujer en una de las pocas entrevistas que ha ofrecido –la semana pasada al periódico El Mundo– en la que aseguró que había tenido un papel crucial en la resolución de una crisis muy grave y de carácter clasificado que afectaba al país.

A partir de ahí se preguntó en sede parlamentaria y en las conversaciones con el gobierno de Mariano Rajoy, si Corinna zu Sayn-Wittgenstien tenía algún cargo en los servicios de inteligencia españoles o por qué había tenido acceso a información clasificada. El canciller español, José Manuel García Margallo, lo negó rotundamente.

El escándalo de la amante del monarca llegará hasta el Parlamento, donde el 19 de marzo comparecerá ante la comisión de secretos oficiales el director del CNI, Félix Sanz Roldán, quien deberá responder a los cuestionamientos de los grupos parlamentarios de la oposición. Las sesiones de esta comisión suelen ser a puerta cerrada.

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