No se aprobará con facilidad un ataque a Siria, coinciden legisladores, analistas y medios de EU

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Un manifestante sostiene pancartas que representaban al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ayer, durante una protesta en El Cairo, Egipto, ante un posible ataque militar contra Siria. En uno de las carteles se lee Alto al apoyo a terroristas, y en el de la derecha Obama, legalidad primeroFoto Foto Ap
 
 
Ap, Reuters y Dpa
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de septiembre de 2013, p. 25
Washington, 1º de septiembre.
La solicitud de autorización que el presidente estadunidense, Barack Obama, presentó al Congreso para emprender una acción armada limitada contra Siria no será fácilmente aprobada, y lo exhibió como un mandatario débil e indeciso, consideraron hoy por separado legisladores, analistas y medios estadunidenses.
Obama la tendrá difícil para convencerme, porque creo que ha manejado mal la situación, dijo el republicano Tim Griffin, representante por Arkansas. Con todo respeto quiero decir que no estoy convencido de que sepa lo que hace, puntualizó el legislador.
El viernes pasado, el gobierno de Obama acusó al ejército de Siria de haber atacado con armas químicas a la oposición armada en Ghuta, un suburbio del este de Damasco, el 21 de agosto, lo cual fue interpretado en Medio Oriente como el anuncio de una inminente ofensiva contra blancos militares sirios.
Sin embargo, el presidente comenzó a batallar con su propia decisión el mismo viernes, dijeron funcionarios de alto rango que pidieron el anonimato, consultados por la agencia de noticias Ap.
Después confió sus puntos de vista al jefe de gabinete Denis McDonough y finalmente convocó a sus colaboradores a una reunión nocturna en la Oficina Oval de la Casa Blanca, a fin de comunicarles que había cambiado de opinión, que pediría autorización al Congreso y que lo haría público el sábado.
La reacción a la postura de Obama fue elogiada en un principio por varios legisladores, debido a que cumple con una ley emitida en 1973, la cual obliga al Ejecutivo a pedir la aprobación del Legislativo para intervenir con las fuerzas armadas en una guerra de más de 60 días. Sin embargo, este domingo los escépticos pusieron en duda la decisión del mandatario.
El republicano Rand Paul, senador por Kentucky, alertó a Obama que la acción armada podría acarrear consecuencias desastrosas para Estados Unidos y manifestó que, en principio, no existen suficientes evidencias que culpen al presidente Bashar Assad de la ofensiva con gases neurotóxicos.
Otro problema que enfrentará el mandatario estadunidense será el relativo a la capacidad para convencer a los miembros de su propio partido, el Demócrata, no únicamente a los opositores republicanos.
Miembros de ambas fuerzas obstaculizaron sus iniciativas para crear un seguro médico universal y para reducir la deuda pública.
Además tienen paralizada la reforma migratoria y la ley para el control de armas de asalto, dos caballitos de batalla del mandatario demócrata.
Muchos representantes republicanos siempre se oponen a sus iniciativas, destacó The New York Times en un editorial publicado este domingo. Una muestra de lo anterior fue la declaración conjunta de los senadores John McCain y Lindsey Graham, quienes advirtieron que un plan limitado no será suficiente. Otros integrantes del Congreso consideraron que si el presidente Obama quiere su respaldo necesita convencer a cada uno de ellos, dado el aislamiento en que ha caído.
Jon Alterman, analista del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, dijo: Me parece una apuesta la decisión de sumar al Congreso, cuando Obama no ha tenido éxito trabajando con los legisladores. Un ex miembro de la Cámara Baja, Peter King, republicano por Nueva York, consideró que la petición de Obama al Congreso mina la autoridad que le confiere la Constitución como comandante en jefe, lo que facultó a presidentes como Bill Clinton y George W. Bush a hacer guerras en las décadas de 1990 y 2000, sin acudir al Legislativo como lo indica la ley de 1973.
La decisión de postergar el ataque sobre Siria también fue vista en Washington como una forma de dar tiempo al ejército sirio para que se reacomode en el terreno. Las tropas tendrán oportunidad de dispersarse y colocarse entre zonas habitadas por civiles donde ellos saben que no habrá ataques, sostuvo Jack Keane, ex subjefe del estado mayor del ejército.
También el cineasta John Cusack entró en el debate respecto de la petición de autorización de Obama al Congreso al criticar, en su cuenta de Twitter, que la solicitud que hizo el sábado significaría que el presidente violó la ley en 2011, cuando Estados Unidos atacó Libia al lado de Francia, Gran Bretaña y algunos aliados árabes.
El proyecto de Obama también enfrentará resistencia del presidente ruso Vladimir Putin en la reunión del G-20 de esta semana. Putin cuestionó el sábado si alguna de las guerras lanzadas por Estados Unidos en la última década sirvió para resolver algún problema.

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