OPINIÓN | ZACHARY SHAHAN | ¿Cómo México avanza para ser líder en energías limpias?
Hace unos días escribí sobre el rol del transporte en la transición de México hacia las energías limpias. En mi opinión, si van a electrificar el transporte, es muy importante que sea con energías limpias. Asimismo, la electricidad utilizada en los hogares, empresas comerciales, industria, etcétera, debería ser generada limpiamente para que México pueda lograr y controlar sus problemas de contaminación y así cumplir con sus compromisos climáticos.
México se ha posicionado como líder indiscutible y está trabajando para convertirse en un jugador aún más grande en el mercado de las energías limpias. El año pasado fue el primer país en vías de desarrollo en el mundo en presentar su plan de acción climática (Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional INDC por sus siglas en inglés), el cual fue importante en el trabajo previo que llevó a la COP21 al éxito.
Esto fue consecuencia de promulgar una Ley sobre el cambio climático, la cual se remonta al año 2012. Fue entonces que el país se propuso la meta de obtener 35% de su electricidad de fuentes limpias para 2024; 40% para el 2035, y 50% para el 2050. Estas metas representan un aumento significativo sobre 18.5% del suministro eléctrico, obtenido de fuentes renovables en 2010.
De acuerdo con Jennifer Morgan, directora global del Programa Climático del World Resources Institute, “México entiende claramente la amenaza que supone el cambio climático, y los beneficios económicos de tomar ‘acciones inteligentes’ para sus ciudadanos, y ahora lo está llevando más lejos”.
Sin embargo, esas metas son sólo eso, metas. Pero, ¿de qué forma se ha trabajado en el sector para alcanzarlas?
Cuando México promulgó su Ley de Cambio Climático, también trabajaba en la construcción del proyecto de energía eólica más grande en América Latina; en el desarrollo de plantas de energía geotérmica; e incluso comenzaba a interesarse en las etapas iniciales de la energía olamotriz. En 2013, NPD Solarbuzz (ahora parte de IHS), identificaba a México como uno de los mercados solares más prometedores de América Latina. A lo cual, de acuerdo con Bloomberg New Energy Finance, en 2012 se sumó un crecimiento anual de 595% en inversiones de energías limpias en México – las inversiones de ese año (1.9 mil millones de dólares), lo convirtieron en el segundo mercado más grande de energías limpias en la región (superado solamente por Brasil). Para 2014, la energía solar residencial y comercial ya contaba con paridad de red en México, incluso encabezando a diferentes países que normalmente destacan como pioneros en energía solar. En 2015, las inversiones mexicanas en energías limpias crecieron otro 105%, al ser invertidos 4 mil millones, superando de forma importante el total de 2012. Sin embargo, ese fue solo el comienzo. El mercado ha estado creciendo de forma casi continua, y realmente comienza a “calentarse”.
Investigaciones recientes de GTM Research estiman que México podría representar 29% del mercado eléctrico en América Latina para 2016, y que podría tener una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR por sus siglas en inglés) de 71% del 2016 al año 2020, lo cual es cerca del doble del porcentaje esperado para toda la región Latinoamericana. Asimismo, se
espera que durante 2016 sean instalados 600 Megawatts de capacidad solar fotovoltaica (PV) en México. Este número incluso podría superarse si se considera lo que ha estado sucediendo este año en las subastas de electricidad en el país.
Recientemente en una subasta eléctrica de gran escala, la energía solar representó 72% de la capacidad otorgada. En el proceso, México registró el menor precio ofertado a nivel global por una planta de energía solar. Además, cerca de 2 Gigawatts (1,720 megawatts) de capacidad de energía solar y eólica fueron otorgados a las compañías que resultaron ganadoras.
Crecimiento dinámico
Para poner los 600 MW y 1,720 MW en perspectiva, es importante considerar que, en 2013, México solamente tenía 39 MW de energía solar instalada (tomando en cuenta el total acumulado y no las adiciones anuales) y 1,638 MW de energía eólica. Es decir, los proyectos otorgados durante la subasta que se realizó en marzo son más del doble de los anteriormente mencionados.
La capacidad eólica de México ya había crecido a más de 3 mil MW para finales de 2015 (casi el doble del total de 2013), gracias en gran medida, a la Reforma Energética aprobada al cierre de 2013. Su capacidad solar había crecido a 246 MW al final de 2015 (es decir, más de 6 veces el total de 2013). Algunos fragmentos de la reforma energética garantizaron a las energías renovables, el acceso a la red y además abrieron el mercado a participantes del sector privado, con lo cual se dio paso a los enormes proyectos que fueron ofertados y adjudicados a principios de este año.
Alejándonos del aumento en la capacidad y mirando específicamente a la producción eléctrica, las energías renovables generaron en 2013, 40 mil 095 GWh de electricidad; en tanto, la energía renovable no hidráulica representó solamente 12 mil 195 GWh (6 mil 069 GWh de energía geotérmica; 5 mil 755 GWh de energía eólica; 261 GWh de biogás, y solamente 110 GWh de energía solar).
Examinando el crecimiento de 2008 a 2013, nos damos cuenta de que la energía renovable no hidráulica aumentó de 9 mil 800 GWh a 12 mil 195 GWh. Cuando consideramos cuanta capacidad fue agregada de 2013 a 2015, y cuánta más está siendo agregada este año (debido a la subasta eléctrica de marzo), es probable que esta cantidad se multiplique varias veces al tiempo que se publica más información.
La Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés), estima que México podría aumentar, más de cuatro veces, su capacidad de energía renovable para el año 2030. Sin embargo, si esto no es planificado, podría ocasionar ciertas dificultades.
México debe ser cuidadoso para lograr que la electricidad limpia se utilice de forma eficiente a través de una infraestructura de transmisión moderna. Los altos porcentajes de energía renovable en la red requieren redes de infraestructura de primera, además de una implementación vanguardista de respuesta a la demanda y tecnología de redes eléctricas inteligentes. Líderes globales como ABB serán fundamentales en el impulso de la revolución de energías limpias en México. No podemos enfocarnos en instalar energía renovable sin antes construir esta base fundamental para respaldarla.
“De forma consistente con el contexto global, México está haciendo su parte para promover una transición audaz hacia fuentes de energía más limpias y renovables”, dijo el presidente Enrique Peña Nieto a principios de año y, en efecto, sí lo está haciendo, ahora es necesario que líderes globales de energías limpias visiten el país para asegurar que la promoción de un futuro más limpio se convierta en una realidad.
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