Se pacta en Brasil la recomposición mundial de la lucha obrera
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En
Brasil, donde en agosto pasado la derecha derrocó a la presidenta Dilma
Rousseff mediante un golpe de Estado parlamentario, el movimiento
sindical independiente más importante a nivel mundial, agrupado en la
IndustriALL Global Union (IGU), anunció en Río de Janeiro acciones de
lucha en contra de las agresiones cometidas por las multinacionales y
los organismos financieros en perjuicio de los derechos de millones de
trabajadores.
Al II Congreso de la IGU, realizado del 3
al 7 de octubre, asistieron delegados de 144 sindicatos y 50 países, en
representación de más de 50 millones de afiliados, siendo una
alentadora muestra de la recomposición de estrategias que en todo el
orbe está emprendiendo la clase obrera.
El evento cobró especial relevancia al
ser el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva el encargado de
inaugurarlo, recibiendo el apoyo y reconocimiento de las organizaciones
asistentes por la lucha de resistencia popular que encabeza en la nación
sudamericana en contra de los embates de la oligarquía y las
trasnacionales que con la complicidad de su títere impuesto en el poder,
Michel Temer, tratan de socavar los derechos de los asalariados y la
población carioca.
La delegación mexicana de la que formó
parte el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), manifestó a Lula da
Silva su repudio total al encubierto golpe de la derecha para destituir
de manera ilegítima a Dilma Rousseff, y le expresó su absoluta
solidaridad con el pueblo trabajador brasileño, en los momentos actuales
donde en el marco de una desigual globalización se siguen cometiendo
ataques en contra de los trabajadores y sus organizaciones en todo el
mundo, que hacen imprescindible el contar con sindicatos industriales
democráticos, independientes y fuertes, que hagan frente a los abusos y
atropellos del capital mundial.
A 4 años de su fundación, el 20 de junio
de 2012, en Copenhague, Dinamarca, la IndustriALL Global Unión se ha
convertido en la organización mundial más importante en áreas como la
industria metalúrgica, la industria minera, la de energía y la textil
por citar algunas de las más importantes controladas por las
multinacionales, tras lograr la fusión de federaciones internacionales
que ahora comparten objetivos comunes, teniendo como ejes de su Plan de
Acción 2016-2020: defender los derechos de los trabajadores; consolidar
el poder sindical; plantar cara al capital mundial; luchar contra el
trabajo precario y promover políticas industriales sostenibles.
Aunque ya se han colocado los cimientos,
la tarea por venir será ardua si se considera que a nivel mundial sólo
el 7 por ciento de la fuerza de trabajo está afiliado a sindicatos
libres e independientes, de tal manera que son millones y millones los
trabajadores, sobre todo jóvenes, que en todo el planeta se enfrentan a
la precariedad e inestabilidad laborales, impuesta a los gobiernos por
los organismos financieros internacionales en clara violación a los
tratados internacionales de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Uno de los
postulados de la IGU resume su inaplazable tarea: “Nuestra misión no es
explicar lo que pasa en el mundo, sino procurar transformarlo”.
La presencia mundial que IndustriALL
está logrando se refleja en los trabajos que realiza en sus seis
regiones: Norteamérica; Latinoamérica y el Caribe; África Subsahariana;
Oriente Medio y África del Norte; Asia-Pacífico, y Europa. En cada una
de ellas prevalece la necesidad de crear redes de solidaridad nacional,
regional e internacional que permitan el fortalecimiento de la capacidad
de los sindicatos independientes y autónomos para responder a las
violaciones de los derechos laborales donde los gobiernos de muchos
países están siendo cómplices de las poderosas firmas multinacionales,
negándose a aplicar leyes laborales que garanticen un salario digno, la
negociación colectiva y una más justa participación en la riqueza que
generan.
En esta búsqueda de mecanismos de
justicia más eficaces, la IGU está luchando por la instauración de
marcos regulatorios que impongan a las trasnacionales sanciones más
severas por la violación sistemática de los derechos humanos y laborales
de sus trabajadores. De igual forma, busca modificar las afectaciones
que los desventajosos acuerdos de comercio tienen en las condiciones de
laborales de muchos países, pues considera que “el actual sistema de
comercio mundial no protege sus derechos”. Ante esto, plantea un nuevo
debate global sobre un “marco justo de comercio” que garantice los
principios democráticos y el interés público y de las personas.
Así también, IndustriALL está exigiendo
que los gobiernos eliminen “las políticas y legislaciones que fomentan
el empleo precario”. Sobre las outsourcings, legalizadas en
México a través de la reforma laboral, la organización mundial, señala:
“Consideramos que el trabajo por agencias y otras modalidades de trabajo
con relaciones de empleo triangulares, constituyen una amenaza real de
los derechos de los trabajadores para afiliarse a un sindicato y
negociar colectivamente con su empleador”. Y por añadidura, plantea: “No
aceptamos un futuro en el que los jóvenes estén expuestos a vivir toda
una vida sin un empleo seguro, sin la protección y el apoyo que les
confiere ser miembro de un sindicato”.
En los acuerdos pactados en su Resolución política
de su Segundo Congreso, la IGU hace notar la brutal desigualdad global
que actualmente prevalece y que conduce al mundo a una irremisible
crisis social y económica, si se considera que el 1 por ciento de las
personas más ricas del mundo posee más riqueza que el 99 por ciento
restante, siendo en consecuencia inaceptable que la desigualdad laboral
haya aumentado desde el año 2000, manteniendo una tendencia hacia la
precariedad de los trabajadores, pese a que “está ampliamente reconocido
que está agravación de la desigualdad” impide el crecimiento económico
de las naciones.
IndustriALL plantea que resulta
inaceptable la posición de muchos gobiernos de no adoptar medidas para
combatir las crecientes desigualdades, planteadas por organismos como la
OCDE y la OIT. Y al respecto, denuncia: “En la economía mundial existe
actualmente un vacío de responsabilidad. Muchas empresas pretenden
defender los derechos de los trabajadores en sus cadenas de suministro,
pero no toman las medidas necesarias para asegurar el respeto de esos
derechos. Los gobiernos tampoco asumen completamente la responsabilidad
por los derechos de las personas que trabajan para los proveedores
extranjeros de sus empresas”.
Es de destacarse que el Segundo Congreso
de la IGU no sólo marcó un nuevo punto de arranque de las luchas de la
clase trabajadora a nivel global; además, sirvió de punto de encuentro a
valiosas coincidencias resultando alentador para el SME haber alcanzado
importantes acuerdos con organizaciones sindicales brasileñas que han
desarrollado cooperativas de energía al sur de su país, logrando
entrelazar la actividad de los sindicatos y las comunidades propietarias
de los recursos naturales. Este intercambio de información y
experiencia será de gran valía para nuestra naciente cooperativa LF del
Centro.
Martín Esparza Flores*
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ARTÍCULO]
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