Preocupante, reducción de apoyo a damnificados, alertan voluntarios
Fernando Camacho y Carolina Gómez
Periódico La Jornada
Viernes 29 de septiembre de 2017, p. 16
Viernes 29 de septiembre de 2017, p. 16
Aunque la actividad de voluntarios y la donación
de comida y ropa para los damnificados del sismo del 19 de septiembre no
se han detenido por completo, en algunos centros de acopio empieza a
notarse menos movimiento del que había durante los primeros días de la
emergencia.
Es el caso del instalado afuera de la estación Parque de los Venados
del Metro, donde miércoles, jueves y viernes pudo observarse a cientos
de personas entregando víveres o preguntando en qué lugares hacían falta
manos para quitar escombros. Hoy, nueve días después del temblor, ese
frenesí ha desaparecido.Bajó bastante del domingo para acá. Aquí estábamos cargando unos 100 coches al día (con ayuda para los damnificados), pero el lunes pasado fueron 50 y el martes 40. Ahorita no tenemos más que 10 paquetes de despensas. Siguen viniendo personas, pero sí bajó el apoyo, y eso es preocupante, narró Juan Manuel Peralta, uno de los coordinadores del lugar.
En los primeros días éramos como 300 voluntarios y ahora hay alrededor de 30. Tampoco está mal, porque el trabajo se hace más ágil. Creo que esto se explica porque, en el afán de quitarse el estrés, mucha gente retoma su vida normal y baja el ritmo de la ayuda, pero tengo fe en que con las redes de información, la gente va a seguir ayudándose, afirmó el joven voluntario.
A unas cuadras de ahí, en Pilares 770, en la colonia Letrán
Valle, la terapeuta Ana Ávila sigue contestando llamadas y mensajes para
coordinar el acopio de los víveres que ella y un grupo de compañeros
quieren llevar a Chiapas y Oaxaca, pero coincide en que la euforia de
ayuda de los primeros días se está extinguiendo demasiado rápido.
“Al principio todo mundo quería ayudar: ‘ya fui a donar mi despensa y a comprar víveres’, pero a partir del domingo empezó a bajar mucho, porque la gente regresa a su ritmo de vida y dice: ‘ya doné una despensa, ya deposité en tal cuenta’, y piensa que con eso las personas van a vivir dos meses, y no es así”, alerta.
“Están cerrando muchos centros de acopio por esa percepción de que ‘ya pasó’. Nos estamos quedando muy cortos; esto apenas empieza”, subraya Ávila, quien afirma que en Chiapas, Oaxaca y Puebla hace falta mucha ayuda, sobre todo cobijas y lonas para guarecerse de la lluvia, y comida para bebé.
Por su parte, integrantes de diversas órdenes religiosas, como los sacerdotes claretianos y los misioneros Servidores de la Palabra, también se sumaron a las labores de apoyo a la población afectada y habilitaron centros de acopio en las colonias Del Valle y Condesa, así como en el multifamiliar de Tasqueña derrumbado y en la delegación Xochimilco.
Fuente
“Al principio todo mundo quería ayudar: ‘ya fui a donar mi despensa y a comprar víveres’, pero a partir del domingo empezó a bajar mucho, porque la gente regresa a su ritmo de vida y dice: ‘ya doné una despensa, ya deposité en tal cuenta’, y piensa que con eso las personas van a vivir dos meses, y no es así”, alerta.
“Están cerrando muchos centros de acopio por esa percepción de que ‘ya pasó’. Nos estamos quedando muy cortos; esto apenas empieza”, subraya Ávila, quien afirma que en Chiapas, Oaxaca y Puebla hace falta mucha ayuda, sobre todo cobijas y lonas para guarecerse de la lluvia, y comida para bebé.
Por su parte, integrantes de diversas órdenes religiosas, como los sacerdotes claretianos y los misioneros Servidores de la Palabra, también se sumaron a las labores de apoyo a la población afectada y habilitaron centros de acopio en las colonias Del Valle y Condesa, así como en el multifamiliar de Tasqueña derrumbado y en la delegación Xochimilco.
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