Pemex, entre la deuda y la corrupción heredadas
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Autor:
Tania Damián
El 18 de marzo Pemex llegó a su 82 aniversario arrastrando una pesada herencia: la quiebra técnica por la deuda de aproximadamente 2 billones de pesos y los problemas causados por la corrupción, como las compras innecesarias de plantas chatarra que distraen recursos. Con el cambio de rumbo, apenas empieza a remontar el desplome de la producción que se registró con Peña
En el marco del 82 aniversario de la
Expropiación Petrolera, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) aún
enfrenta una severa crisis producto de la deuda que arrastra del sexenio
de Enrique Peña Nieto, pero también de tres décadas de saqueo y
corrupción, advierten académicos. A ello se suma la caída de los precios
internacionales del crudo y la volatilidad de los mercados
internacionales energéticos.
El investigador Emilio Zorrilla Vázquez
–doctor en ingeniería industrial por la Pacific Western University y por
Georgia Institute of Technology– resume las peores herencias que aún
afectan a la petrolera: la quiebra técnica, porque sus pasivos
(aproximadamente por 2 billones de pesos) superan su capital; el
desplome de la producción –con Enrique Peña se pasó de 2.5 millones de
barriles a 1.6 millones–, el abandono de las refinerías que operaron al
35 por ciento de su capacidad instalada; “haber creado un monstruo de
filiales privadas por medio de PMI Comercio Internacional”; y el saqueo
por dos vías: el régimen fiscal que implicaba una grabación de entre 80 y
110 por ciento de las utilidades y la corrupción.
Por más de 30 años, la principal empresa
productiva del Estado ha sido golpeada por una política de
desmantelamiento y privatización, que ha convertido a México de
productor de crudo a importador de productos refinados. Al respecto, el
economista Eduardo Romero Bringas explica a Contralínea que el
esquema de exportación e importación de hidrocarburos de Pemex, así como
la crisis que enfrenta en sus diferentes sectores, se deben a que ha
sido concebida erróneamente como empresa con fines de lucro cuando en
realidad debería ser con fines de desarrollo nacional.
El académico de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) detalla que “una empresa de desarrollo
nacional, al menor costo posible, proporciona beneficios para la
industrialización del país; sin embargo, una empresa con fines de lucro
saca la máxima utilidad a cualquier precio: si se daña el país o el
mundo es lo de menos, ellos tienen que sacar lucro”.
De esa visión, advierte, se deriva el
hecho de que el país ha comercializado el petróleo crudo sin ningún
valor agregado. “Es la máxima estupidez: es una obtención rápida de
utilidades por una sola vez, porque el petróleo no se va a renovar”.
El economista Eduardo Romero considera
que es necesario que Pemex abandonde su esquema exportador y apueste por
la industria de los refinados “con muy alto valor agregado y tener
mucho más ingresos, mucho mayores de lo que obtendríamos con el crudo.
[…] Además estaríamos reduciendo el agotamiento de nuestras reservas”.
Por su parte, el investigador Fabio
Barbosa explica que en este momento el problema número uno que enfrenta
Petróleos Mexicanos y toda la industria petrolera internacional es la
guerra de precios que acaba de estallar, complicada por el fenómeno del
coronavirus.
Por el problema de salud pública que se
viene extendiendo en el mundo, la trasnacional Goldman Sachs –“un grupo
de inversión fundado en 1869 y que tiene ramificaciones en todo el mundo
petrolero”– advierte “que debemos irnos preparando para un escenario de
20 dólares [en los precios del barril] en Estados Unidos en el futuro.
Éste sería el principal problema, porque los aceites mexicanos son, en
su mayor parte, pesados y amargos, es decir con un contenido muy elevado
de azufre lo cual indica costos de extracción y de procesamiento mucho
más elevados que los crudos dulces y ligeros, y esto nos expulsa del
mercado. Es un problema para la mayor parte de nuestros campos
petroleros, pero es también un problema muy grave, inminente para los
petróleos de Estados Unidos, que es nuestro gran proveedor, porque estos
aceites también llegan expulsados del mercado”.
La riqueza petrolera
Fabio Barbosa –investigador del
Instituto de Investigaciones Económicas y académico de la Facultad de
Ingeniería de la UNAM– observa que, en Pemex, “el gobierno del
presidente López Obrador significa una nueva etapa totalmente distinta,
diametralmente diferente a la de los gobiernos neoliberales de los
últimos sexenios”. La principal diferencia, indica, es que los gobiernos
pasados recurrirían a despidos masivos ante una crisis como la que
enfrenta México ahora con el coronavirus y la caída de los precios.
“El último gobierno neoliberal que
padecimos lo único que supo hacer fue correr de manera inmisericorde a
miles de trabajadores petroleros de campos, como los Poza Rica
[Veracruz], Tabasco y Campeche; lo único que hizo fue despedirlos,
cerrar instalaciones petroquímicas, cerrar todo tipo de infraestructuras
petroleras, pozos, suspender producción y abrir las puertas para
incrementar las importaciones mexicanas de gasolina e incluso de
petróleo gringo. Puedo asegurar que el actual gobierno del
licenciado López Obrador no va a despedir trabajadores, que no va a
cerrar instalaciones; por el contrario, tengo la esperanza de que, con
algunas sugerencias respetuosas que vamos hacer profesores y
trabajadores petroleros al gobierno, podría mantenerse la plantilla
laboral e incluso dar empleo a algunos de nuestros estudiantes”.
Para el economista Romero Bringas, fue
la política corrupta que ha operado en Pemex por años la que derivó en
que muchos trabajadores altamente calificados y con gran experiencia
fueran sustituidos por personal que “lo que sabía era hacer negocios, no
desarrollo”.
Sobre el tema, el doctor Zorrilla
menciona que es fundamental la reasignación de los trabajadores que
fueron despedidos entre 2012 y 2018, y que están afiliados al sindicato
de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros.
Por su parte, el economista Eliezer
Morales expresa que en la historia del Sindicato de Trabajadores
Petroleros de la República Mexicana, los intereses de los trabajadores
pocas veces han sido representados. “Yo nunca he creído que el sindicato
los represente”.
Prioritario, el tema petrolero
En este 2020 y a pesar del contexto
adverso y todo el saqueo al que ha sido sometida por años, Pemex sigue
siendo la principal empresa del Estado mexicano. Al respecto, el doctor
Zorrilla Vázquez señala que “no se acabó la gallina de los huevos de oro”, en referencia a la declaración que hizo Peña Nieto durante su sexenio sobre el declive de la producción de petróleo.
El experto indica que las reservas
petroleras de México ascienden a unos 8 mil millones de barriles, que
alcanzan para los próximos 11 años. Es un hecho que los gobiernos
anteriores “nos han querido convencer de ya no tenemos [petróleo] para
así dejar Pemex. Entonces estamos alimentados de mentiras”.
Producto de esa campaña de
desinformación, advierte, surgió una iniciativa que pretende que Pemex
abandone la exploración en yacimientos de aguas someras y terrenales,
con el argumento de que ya no hay reservas, y así se inicie la
exploración en aguas profundas que es sumamente costosa. “Hay una
desorientación para querernos llevar a aguas profundas, pero no es el
momento. Si alguien quiere irse pues que sean los extranjeros y que
gasten su dinero, ahí sí podemos irnos en asociación con ellos ¿por qué
no?”
El doctor Zorrilla considera que “es
evidente la estrategia de debilitar a Pemex hasta apagarlo”. Ello se
refleja en el aumento del costo de la deuda que, entre 2001 y 2018,
subió de 300 mil millones de pesos a 2 billones de pesos, es decir que
hubo un aumento de la deuda de casi 600 por ciento. Esto “puso en una
situación verdaderamente problemática a Pemex, es decir la quebró
técnicamente porque los pasivos eran superiores a los activos”.
Respecto de la corrupción, el
investigador se refiere a dos casos emblemáticos, de las decenas que
existen en la petrolera: la compra de las plantas chatarra de
Agronitrogenados (ProAgro) y Grupo Fertinal en el sexenio de Peña Nieto.
Por ello, indica, el actual gobierno recibió una empresa llena de
negocios sucios, corrupción, destrucción y abuso sistemático.
En Pemex abundan las formas de
corrupción. El economista Eliezer Morales Aragón –académico de la
Facultad de Economía de la UNAM– explica a Contralínea el
fenómeno del “contratismo”: la asignación a contratistas de tareas que
Pemex tenía la obligación de cumplir. Por ello, afirma, México debe
recuperar la industria petrolera e iniciar un proceso de reconstrucción
prácticamente total de empresa. “El país necesita tener bajo su comando
las fuentes energéticas para poder avanzar”.
Para el académico, recuperar la
capacidad operativa del sistema de refinación es pertinente; sin
embargo, la construcción de la refinería en Dos Bocas es cuestionable.
“Tenemos seis refinerías que tienen capacidad instalada y que
indudablemente pudieron haber sido sujetas de una recuperación de otro
tipo”.
Respecto de la corrupción en Pemex, el
economista Eduardo Romero menciona que, aunque se está combatiendo, no
se ha logrado acabar porque la empresa con fines de lucro permite hacer
negocios y por ello la probabilidad de corrupción es muy alta, debido a
los grandes intereses económicos que están en riesgo. Incluidos, dice,
los de las empresas extranjeras que operaban en colusión con los
servidores públicos mexicanos.
Añade que en el caso del robo de
combustibles de los ductos sí se ha combatido y ha disminuido. Sin
embargo, advierte, que aún hay huachicol grande, “que realmente
ha provocado grandes pérdidas en la riqueza del país y es la entrega de
contratos indebidos a empresas extranjeras, aunque sean legales son
indebidas y son ilegítimas”.
El académico Eliezer Morales afirma que
Pemex y, en general, la industria energética sufrió una política de
aniquilación, ya que pretendía ser sustituida por un “aparente sistema
de competitividad o de libre competencia que son absolutamente falsos
[…]. La destrucción del monopolio estatal se convirtió en un fin en sí
mismo”. Por ello, señala, es indispensable la depuración de la
estructura al interior de Pemex.
Al respecto, el doctor Emilio Zorrilla
afirma que, además de una selección cuidadosa de la gente que está en
puestos clave y así evitar el tráfico de influencias –“de lo que yo
llamo usos y costumbres de los regímenes anteriores”–, Pemex
necesita financiamiento. “Es importante saber cómo se va a financiar
para sacarla de este lío”.
Ello, porque el déficit fiscal de la
petrolera ha estado acompañado por un aumento en la deuda pública. “Es
indispensable irse a un déficit fiscal por el valor concreto de la baja
del precio del petróleo”.
El doctor Zorrilla agrega que la
petrolera otorgó a los bancos y empresas extranjeras 70 contratos para
extracción de hidrocarburos, de los cuales sólo han sacado del subsuelo
15 millones de dólares: “15 miserables millones de dólares de petróleo,
eso quiere decir que no han invertido, son una bola de devoradores”.
Señala que la Confederación Patronal de la República Mexicana, “y otros
adversarios del país –como las calificadoras y los bancos extranjeros–”
piden que se respeten esos contratos, pero tienen que ser evaluados y
ver si son legítimos; los que no sean o no tengan inversión se deben
cancelar.
En relación a estos temas, el economista
Romero Bringas afirma que la deuda que contrajo Pemex es impagable en
el sentido de que las ganancias de la empresa no serán suficientes. Por
ello debe impulsar el desarrollo, “para que con los ingresos del país se
pueda pagar esa deuda que es tremenda”. Si se pretende “seguir pagando a
Pemex con Pemex, lo único que vamos a hacer es entregar la empresa al
sector privado […]. Ése es el plan, endeudarla tanto para después
embargarla”.
Sin embargo, el doctor Emilio Zorrilla
asegura que la necesidad de solventar la deuda de Pemex es urgente.
Además, señala, hay que acabar con problemas muy relevantes, como el
hecho de que el sector privado no quiere invertir, “y ¿por qué?, porque
quieren que les regresemos el dinero y más aún la energía eléctrica.
Tenemos un adversario en casa, el sector privado, un adversario muy
serio”.
Por su parte, el académico Morales
Aragón recalca la importancia de los esfuerzos actuales para recuperar
las actividades de Pemex y reenfocar el papel de los hidrocarburos. Y
observa, es necesario instrumentar tareas urgentes de recuperación en
cuanto a sus capacidades extractivas, de refinación y producción, para
que se convierta en un instrumento eficaz que ayude al crecimiento y
después al desarrollo del país. “Esperemos que a partir del cuarto,
quinto o sexto año de este gobierno se pueda ver una situación
modificada”.
A esto se añade la opinión de Eduardo
Bringas, quien indica que los mexicanos tienen una tarea importante con
las empresas nacionales. En el caso Pemex, “debemos ser ciento por
ciento solidarios con ella, desde empezar con cosas tan insignificantes
como comprar gasolina con Pemex y no consumir a Chevron, Shell ni a
ninguna otra”, hasta hacer un uso racional en el consumo energético.
Derrochar el gas, la gasolina y demás
derivados de los hidrocarburos es estar “afectando la políticas que se
están haciendo actualmente para sacar adelante a la empresa y, más
importante, al país”. Por lo tanto, la sociedad tiene un compromiso en
el tema energético con el país.
El futuro de Pemex
El cambio de rumbo en Pemex podría
significar ampliar su rango de vida, sin embargo no es un camino fácil.
Eduardo Romero explica que ni siquiera con el descubrimiento de nuevos
yacimientos se facilita la situación de la petrolera. Aún no han
impactado al interior de Pemex: el impacto se reflejará cuando sean
explotados y aún no están en esa. Sin embargo, advierte que no hay
ninguna necesidad de acabar rápidamente con las reservas petroleras. “Lo
que sé es necesario para el desarrollo del país es procesar el ciento
por ciento del crudo extraído del subsuelo, no solamente por la
utilidades que se van a obtener, sino porque el efecto multiplicador es
muy grande: si se procesa dentro del país ese efecto multiplicador se
queda dentro del país”.
Añade que llegará un momento en el que
se agoten las reservas, entonces México importará crudo para procesarlo,
porque el negocio no está solamente en tener el petróleo en el
subsuelo, está en la capacidad de procesarlo.
El doctor Zorrilla Vásquez indica que,
para ese momento de declive total del potencial petrolero, deben operar
adecuadamente las plantas petroquímicas. Actualmente, dice, lo que se
requiere es satisfacer la demanda de gasolina y aumentar la producción
de crudo. Una vez cubiertas esas necesidades, el resto de la producción
podrá ser utilizada para petroquímica. Actualmente se están produciendo
1.7 millones de barriles diarios, y para que el país sea autosuficiente
en gasolina es necesario producir 1.3 millones de barriles extra. Es
importante la inversión en la producción de petrolíferos; sin embargo,
hay que establecer jerarquías en las necesidades”.
No obstante, para Eduardo Romero,
mientras el país no cuente con la capacidad de procesar y tenga la
necesidad de solventar la deuda económica como la tiene Pemex, no hay
otra alternativa que exportar crudo. Es un mito, indica, que los
ingresos por exportaciones de crudo se estén utilizando para pagar deuda
pública: se están utilizando para comprar gasolina “y no nos alcanza ni
siquiera para eso”.
Untypp denuncia despidos de la cuarta transformación
Severiano Osorio Vásquez, representante
de trabajadores activos y jubilados y miembro del comité ejecutivo
nacional de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros
denuncia que Pemex ha venido aplicando una nueva estructura o
microestructura donde reduce algunos puestos y aprovecha “para meter
gente muy cercana a ellos y entonces hacen despido de trabajadores, sin
que les importe su antigüedad. Entonces cualquier trabajador es
vulnerable aunque tenga mucha antigüedad, no debería ser así porque la
ley establece preferencias de antigüedad y capacidad”. Advierte que es
en Coatzacoalcos donde más despidos se han registrado.
Respecto de la situación actual de la
empresa, indica que ante la austeridad republicana, en Pemex sí hay
personal en exceso pero en la áreas administrativas de la Ciudad de
México, “porque en las plantas, al contrario: con las rehabilitaciones
se requiere mucho más personal, que tenga experiencia y esté capacitado
para desarrollar el trabajo. Entonces, en este 82 aniversario creo que
es importante destacar el reforzamiento a las rehabilitaciones de las
plantas para tener una soberanía en los productos petrolíferos, que no
dependamos de ningún país, que no tengamos que importar productos
petrolíferos o hidrocarburos que tengamos nosotros la autosuficiencia,
aparte de que es más económico pues generamos empleo en México”.
Por su parte, Alejandro Corona Vare
–secretario de relaciones y difusiones de la Unión– explica que, más
allá de los despidos (más de 600), la Untypp ha logrado la membrecía de 2
mil 400 personas en 12 secciones de todo el país. “Con muchas
dificultades hemos logrado ampliar nuestros derechos de representación
que la empresa ha querido acotar mucho tiempo, esto es de los pocos
beneficios que hemos sentido, no en lo laboral donde hemos sufrido
terrorismo”.
Agrega que la Unión ha conseguido que al
profesionista se le diera el aumento del 3.9 por ciento del año pasado,
que sólo le iban dar a los manuales, así como que se les restituyera a
varios afectados el que les hubieran retirado la prestación de gasolinas
y gas. “Lo pedimos para nuestros afiliados y se lo dieron a todos los
trabajadores”.
Considera que Pemex ha buscado
invisibilizarlos: “por ejemplo no deja huella documental de los logros
administrativos que hemos conseguido. Actualmente tenemos atención a
nivel local, cosa que antes no: había una sola ventanilla aquí en la
Ciudad de México, actualmente se nos están descontando cuotas vía
nómina, pero esas cuotas no aparecen en el recibo; por ejemplo, nosotros
tenemos accesos a funcionarios de recursos humanos pero no hacen
pública esa cuestión. Tenemos que ir caso por caso. Lo que la empresa
quiere es que la Untypp no llame la atención, no se vuelva popular y no
cause un impacto positivo entre la población para que no aumente su
afiliación. Le temen a la Untypp, pero hemos ido creciendo y ha sido por
la persistencia y la tenacidad de liderazgos que vienen de hace a de 30
años o más de lucha contra el neoliberalismo y que ahora se han tenido
que enfrentar a que también tienen que luchar contra el abuso laboral
propio de la nueva administración”.
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