Otro escándalo en Europa de José Ángel Gurría
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Un
nuevo escándalo ha desatado en Europa el secretario general de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el
mexicano José Ángel Gurría Treviño, por el supuesto chantaje en el que
habría participado con el gobierno español para manipular estadísticas
que incluyeran a ese país entre las 10 naciones que más pruebas han
hecho en el mundo para detectar el coronavirus en la población, a cambio
de que España lo apoye en su reelección al frente de la OCDE.
Eso que sucede con Gurría en España no
es nuevo para los mexicanos, pues desde que ocupó el cargo de secretario
de Hacienda durante el gobierno priísta de Ernesto Zedillo, sus
negligencias, omisiones y corruptelas fueron denunciadas por la prensa,
como aquella narrada desde aquellos años en esta columna cuando
descubrimos documentos oficiales en donde se daban instrucciones para
encubrir y proteger a los hermanos de su entonces jefe, el presidente
Zedillo, a fin de evadir el pago de impuestos y que sus empresas
recibieran un “trato preferencial” ante los fraudes fiscales cometidos.
El portal español Vozpopuli
informó que fuentes diplomáticas vincularon el apoyo de Gurría Treviño
al gobierno español con su campaña para la reelección al frente de la
OCDE, que se decide este año.
Califica como un “terremoto
internacional” por la supuesta manipulación estadística que forzó a las
autoridades españolas a emitir un comunicado de madrugada en el que
“niega trato de favor de la OCDE”.
Vozpopuli asegura que el
gobierno español presionó para que la OCDE situara a España entre los
países que más pruebas de Covid-19 ha hecho. Así, la presencia de ese
país en los primeros puestos de la lista se fraguó en una
videoconferencia de alto nivel que tuvo lugar el viernes de la semana
anterior y fuentes diplomáticas vinculan el apoyo expreso de José Ángel
Gurría al ejecutivo Pedro Sánchez con su campaña para la reelección como
secretario general de la organización.
El caso mexicano
A Gurría Treviño lo marca una historia
de complicidad y servicio a gobiernos corruptos y abusivos del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), lo que no le ha impedido cada que
visita México hablar mal del gobierno de izquierda de Andrés Manuel
López Obrador, al que critica que haya dejado de depender de los
préstamos de organismos internacionales y de las difíciles condiciones
económicas y sociales por las que atraviesa el país. Sin duda, olvida
que fueron el PRI y el PAN los que durante 5 décadas fomentaron la
corrupción, incrementaron la violencia, motivaron la desigualdad social y
fomentaron la impunidad y la injusticia.
Oficio de papel guarda los
archivos con documentos oficiales que involucran a Gurría en actos de
corrupción cuando fue titular de Hacienda, como aquellos beneficios
fiscales que le otorgó a sus amigos, empresarios, políticos y,
principalmente, a los hermanos del entonces presidente de la República
Ernesto Zedillo Ponce de León.
Documentos de la Secretaría de Hacienda,
así como versiones de exfuncionarios en ese gabinete, confirman que en
1998 Gurría otorgó un trato preferencial a los hermanos del
expresidente, de nombres Rodolfo, Verónica Crystela y Luis Eduardo
Zedillo, así como a su empresa Grupo Intecon, para que pudieran liquidar
extemporáneamente impuestos sin recargo alguno que no enteraron al
fisco entre 1991 y 1996.
En los primeros días del gobierno
panista de Vicente Fox, su secretario de la Contraloría –Francisco
Barrio Terrazas– intentó investigar la corrupción de Gurría, pero el
entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, impidió que
avanzara la investigación.
En aquel entonces el contralor Barrio
pidió ayuda a Gil Díaz para que se sancionara a la familia del
expresidente Zedillo Ponce de León, pero su petición fue rechazada y le
negaron las pruebas de cómo se había beneficiado ilegalmente a la
empresa de los hermanos Zedillo.
En información publicada en esta columna
se dio cuenta de la explicación que el arquitecto Rodolfo Zedillo,
hermano de Ernesto y presidente del Grupo Intecon, hizo a Oficio de papel sobre los beneficios fiscales que recibieron por parte de Gurría, cuando su hermano Ernesto era el presidente de la República.
En aquella ocasión, Rodolfo Zedillo
juraba que “no había recibido un trato preferencial de la Secretaría de
Hacienda en la liquidación de sus adeudos fiscales”; sin embargo, sí
reconocía haber incurrido en retrasos de obligaciones tributarias “por
causas externas a las propias empresas”. Y agregaba que los adeudos
fiscales fueron liquidados con “cargos muy sustanciales en apego a la
ley”.
Es decir, sí les habían condonado
impuestos, pero cínicamente el hermano de Zedillo aseguraba que “jamás
he recibido un trato especial de autoridad alguna y que, por el
contrario, las autoridades han sido especialmente cuidadosas con mi
familia para que ésta cumpla con el pago de sus impuestos”.
Las pruebas que aún guardo en viejos
archivos confirman cómo las cuatro empresas de la familia del
expresidente Zedillo –Integración de Sistemas para la Construcción;
Conductores Eléctricos de México; Promociones Electro Iris, e
Inmobiliaria y Constructora Gegaza– acumularon deudas y recargos por
impuestos no pagados al gobierno federal, que sumaron hasta por 15
millones 275 mil 343 pesos entre 1991 y 1996.
Para resolver ese problema antes de que
su pariente dejara la Presidencia de la República, el arquitecto Rodolfo
Zedillo buscó un arreglo con las autoridades hacendarias para asegurar
que no fueran acusados posteriormente, por lo que en mayo de 1998
aseguraron haber pagado créditos fiscales por 8 millones 103 mil 779
pesos, lo que le significó una condonación de más de 7 millones de
pesos.
De acuerdo con una tarjeta informativa
que el exsubsecretario de Ingresos, Tomás Ruiz, le envió al entonces
secretario José Ángel Gurría, el SAT también les autorizó a las empresas
de la familia Zedillo incorporarse a los convenios del Programa de
Apoyo Fiscal, que les permitió pagar en una sola exhibición parte del
saldo de los adeudos y los relevó de las obligaciones de presentar la
garantía del interés fiscal y, por si eso fuera poco, los créditos que
les otorgó Hacienda no fueron garantizados y al final les condonó las
multas.
Cada uno de los créditos fiscales que
las autoridades hacendarias les fincaron por las omisiones en que
incurrieron los Zedillo al no pagar las contribuciones de sus cuatro
empresas, se encontraba sin garantía alguna, lo que es contrario a las
disposiciones fiscales, pues el espíritu de toda norma tributaria es en
el fondo salvaguardar el interés fiscal, mismo que debe ser garantizado a
plenitud en todos los créditos que las autoridades hacendarias
determinen. Situación que en el caso de las empresas de los Zedillo no
se cumplió, lo que confirma el trato preferencial del fisco federal a
favor de la familia del expresidente de la República.
Estas irregularidades de la familia
Zedillo, permitidas y solapadas por el entonces secretario de Hacienda,
ejemplifican cómo José Ángel Gurría fue parte de la maquinaria de
corrupción y abusos que mantuvo al PRI en el poder por tantos años y que
ahora el actual secretario general de la OCDE recurre a chantajes y
componendas en Europa para ser reelegido.
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