Sector social, el único que puede sacar adelante al país: Manuel de la Rosa

24 abril, 2020 Noticias Opinión 1

En temas de abasto, existe el riesgo que se rompa la cadena de comercialización.

El panorama es gris con el inicio de las lluvias y la fase 3 de la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2 en México. La OMS ha alertado que viene la fase más cruda para Latinoamérica. No solamente los sistemas de salud y la economía pueden colapsar, el sistema alimentario está a prueba a pesar de que la Secretaría de Agricultura ha insistido que las cadenas de producción y abasto están garantizadas.
Sin embargo, Manuel de la Rosa, integrante de la Confederación Nacional de Cooperativas de Abasto (Conabasto), avizora un riesgo de ruptura en la cadena que une la producción de alimentos con el consumo.
Explica que las cosechas del año pasado fueron buenas, que este año ha iniciado con lluvias tempranas, las heladas fueron benignas y se espera una buena producción, no existe una política para mejorar la comercialización y un riesgo de quebrar esa cadena. Solamente el 50% de lo que produce el campo llega a las mesas y la principal vía es el coyotaje.
Conabasto es una organización integrante del Consejo Superior del Cooperativismo (COSUCOOP), con presencia en 14 estados de la República.  De la Rosa, a pesar de ser especialista en Derecho Cooperativo, habla también desde su experiencia en la organización social del abasto de alimentos.
“En los centros de abasto la pandemia ha pegado de forma bárbara, han disminuido las ventas en 50%. No hay formas de comercializar ni de transportar. Las restricciones al transporte aíslan a la Central de Abasto”, expone.
A pesar que usuarios de mercados públicos locales han reportado un incremento en sus visitas, locatarios señalan que comienza a darse un freno en los productos que salen de la abastecedora más importante de la Ciudad de México.
El tapón visto por De la Rosa, consiste en que sigue vigente el horario restrictivo de 5 de la mañana a 11 de la noche para los abastecedores que no tienen un vehículo de carga nuevo. El 90% del transporte de abasto es obsoleto, dice.
“Existe un problema económico claro. La gente está por agotar sus reservas pero tampoco les está llegando los alimentos”, afirma.
Una organización cooperativa michoacana, integrante de Conabasto, por tanto, del COSUCOOP, Gladiolas de México, Gladimex, ha implementado dos iniciativas: Una para llevar a domicilio despensas, y la otra para donar alimentos a familias que se han quedado sin sustento por un día; ambas a través de sus plataformas de Facebook y Twitter.
El único que puede sacar adelante al país
Los trabajadores del campo y las cooperativas, forman parte del denominado sector social de la economía. De la Rosa afirma que en la coyuntura económica crítica se debe visibilizar a dicho sector como “el único que puede sacar adelante al país, pues ofrece empleo al 82% de la población”.
De acuerdo al Artículo 25 Constitucional, en este sector también se encuentran los sindicatos, ejidos, comunidades, “todas las empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores”, así como “formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios”, es decir, las micro y pequeñas empresas. El otro 18% del empleo lo ofrecen el Gobierno y las grandes empresas, explica De la Rosa.
Hay que darle el lugar que le corresponde con políticas reales, expone. Se debe fomentar su organización y el derecho que tienen las cooperativas, “pues actualmente el sector social no se puede autofinanciar aunque hay organizaciones como las cooperativas de ahorro que tienen esa capacidad”.
Urge legislar para que las cooperativas de ahorro puedan prestar a proyectos productivos del sector social, subraya el asesor legal de varias cooperativas, y recuerda que en la Cámara de Diputados existen al menos dos iniciativas con esa propuesta.
Expone que “la pandemia reventó el esquema económico denominado neoliberalismo”, la alternativa está en el sector social y el Estado debe asumir su fomento como lo marca el Artículo 25 Constitucional, retomando la definición de cooperativas de José Héctor Macedo como “sociedades mercantiles acapitalistas”, como una sociedad de personas, no de capitales. “Se debe otorgar un reconocimiento a este tipo de economías, basadas en una relación de cooperación y abandonar el modelo de dádivas”, concluye.

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