Coronavirus contagia el Día del Trabajo y expone debilidades del mercado laboral
El mundo del trabajo mexicano llega al 1 de mayo
entre informalidad, precariedad, poco acceso a servicios de salud e
incertidumbre por la conservación del empleo por Covid-19.
David Kaplan, especialista Senior en Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), expone que la tasa de informalidad es alta, a pesar de que ha tenido una tendencia a la baja. Incluso, el sector informal de México es superior al de otros países de Latinoamérica y el Caribe con un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita similar al de nosotros.
“México tiene mucha informalidad y salarios muy bajos,
y me refiero a comparación con otros países de la región. Estos son
resultados decepcionantes, porque para ser un país de ingreso medio, que
es México, en la región tiene el cuarto PIB per cápita más alto, estos
malos resultados en el mercado laboral son preocupantes”, dice en
entrevista.
Uno de los problemas del mercado informal es que ante una situación como la que se enfrenta con la pandemia del Covid-19, es una fuerza laboral más difícil de apoyar porque es complicado ubicar a las personas que se emplean en ella, a diferencia de un trabajador formal, puntualiza.
De acuerdo con el Índice de Mejores Trabajos del BID, nuestro país ocupa la posición 10 de 17 naciones en cuanto a formalidad del mercado, mientras que México cae hasta el lugar 14 en materia de trabajo con salario suficiente para salir de la pobreza.
Sin embargo, no todo era malo para el mercado laboral mexicano antes de la llegada del coronavirus. David Kaplan comenta que había buenas noticias, como una recuperación salarial y, pese a que el Instituto Mexicano del Seguro Social reportaba una desaceleración en la generación de empleo, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) reflejaba una baja en la informalidad.
“Lo más básico no lo tienen. No dudo que sea un número muy alto de informales que están expuestos al virus ahí en la calle sin un plan de salud o seguridad social”, expone el especialista en capital humano.
Para Mauricio Reynoso, una buena parte de los trabajadores que aún siguen exponiéndose en la calle son los que se emplean en la informalidad y que viven al día. “Es gente que se entiende el por qué está ahí, es la lucha del día a día”, acota.
Cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), revelan que en México 4 de cada 10 trabajadores no tiene acceso a una institución de salud como prestación. En una década, 2.7 millones de personas se sumaron a estas filas, para llegar a un total de 16.7 millones de asalariados en esta condición.
Elías Micha, director general de TallentiaMX, asegura que la informalidad implica tener una fuerza laboral sin estabilidad de ingresos, protegida por un contrato y sin seguridad social.
“Hay 20.4 millones de trabajadores formales contra 35 millones de informales. El desempleo en la informalidad es muchísimo más difícil de estimar, porque no tenemos mecanismos ágiles como estar inscritos. Sin embargo, se considera que a nivel informal la pérdida de empleo es todavía mucho mayor”, destaca el especialista.
“Varios expertos coinciden en que los estragos en materia laboral ya se están volviendo de dimensiones catastróficas”, apunta Elías Micha. Pero nadie conoce a ciencia cierta cuál será el saldo final en cuanto a empleos.
Mauricio Reynoso coincide en ese sentido, en estos momentos los trabajadores están en la incertidumbre y la ansiedad por saber si conservarán su empleo. Además, con una cifra importante de personas que ya perdieron su trabajo.
“No hay uniformidad en las proyecciones de desempleo, pero sí hay uniformidad en que, pues es nuestro escenario más probable hacia fin de año y ya lo estamos viviendo, así que llegamos a un primero de mayo con una depresión del mercado laboral”, agrega el director general de la Amedirh.
“Son momentos como estos en que, si hubiera ya en funcionamiento un seguro de desempleo, un poco ayudaría a enfrentar esta crisis”, agrega el especialista Senior en Mercados Laborales del BID
En materia de seguridad social, considera que sí es posible que México transite a un esquema en el cual el acceso a los servicios de salud no dependa de la condición laboral de las personas. “En momentos como estos se ve más la utilidad de eso”, enfatiza.
Aunque la transición es larga, David Kaplan asegura que es necesario dar los primeros pasos, pues si el tema hubiese tenido continuidad en el 2012, en estos momentos México ya tendría seguridad social universal.
“Aclarar la intención de que la situación laboral no tendrá nada que ver con la atención médica que uno reciba, eso es uno, y por el otro lado, hacer la reforma fiscal para sustituir las cuotas obrero-patronales por impuestos generales”, puntualiza.
Para Carlos Amtmann Ituarte, presidente del Instituto de Estudios de Productividad para la Competitividad (Inpro), el gran reto para transitar a este esquema de seguridad social es reconfigurar tanto el trabajo como la manera de aportar a estos esquemas.
“El nombre del juego son reservas, crear reservas. Tenemos canales débiles para hacer reservas y tenemos que ampliarlos haciendo que todos contribuyamos a ese sistema de reserva que sirva para todos”, comenta.
El presidente del Inpro asegura que, para la transición, nuestro país necesita tener un sistema recaudatorio en el que todos paguen en la proporción que les toca. “El del puesto, en vez de que pague su contribución de uso de piso a la delegación y la delegación lo use para campañas políticas, no, que pague su predial”, concluye.
Fuente
Escrito por:
Gerardo Hernández
Este 1 de mayo será un día de trabajo
atípico por la ausencia de marchas en las calles. Pero el coronavirus no
sólo frenó la conmemoración en las plazas públicas, también se ha encargado de exhibir la vulnerabilidad del mercado laboral, que llega a la fecha más significativa en materia de trabajo en medio de incertidumbre, informalidad y precariedad.David Kaplan, especialista Senior en Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), expone que la tasa de informalidad es alta, a pesar de que ha tenido una tendencia a la baja. Incluso, el sector informal de México es superior al de otros países de Latinoamérica y el Caribe con un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita similar al de nosotros.
Uno de los problemas del mercado informal es que ante una situación como la que se enfrenta con la pandemia del Covid-19, es una fuerza laboral más difícil de apoyar porque es complicado ubicar a las personas que se emplean en ella, a diferencia de un trabajador formal, puntualiza.
De acuerdo con el Índice de Mejores Trabajos del BID, nuestro país ocupa la posición 10 de 17 naciones en cuanto a formalidad del mercado, mientras que México cae hasta el lugar 14 en materia de trabajo con salario suficiente para salir de la pobreza.
Sin embargo, no todo era malo para el mercado laboral mexicano antes de la llegada del coronavirus. David Kaplan comenta que había buenas noticias, como una recuperación salarial y, pese a que el Instituto Mexicano del Seguro Social reportaba una desaceleración en la generación de empleo, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) reflejaba una baja en la informalidad.
Malas condiciones, en evidencia
¿Qué está evidenciando el Covid-19 y la emergencia sanitaria en México? Mauricio Reynoso, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh), opina que la informalidad y la vulnerabilidad de los trabajadores es una de esas características del mercado laboral mexicano que el coronavirus ha visibilizado más.“Lo más básico no lo tienen. No dudo que sea un número muy alto de informales que están expuestos al virus ahí en la calle sin un plan de salud o seguridad social”, expone el especialista en capital humano.
Para Mauricio Reynoso, una buena parte de los trabajadores que aún siguen exponiéndose en la calle son los que se emplean en la informalidad y que viven al día. “Es gente que se entiende el por qué está ahí, es la lucha del día a día”, acota.
Cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), revelan que en México 4 de cada 10 trabajadores no tiene acceso a una institución de salud como prestación. En una década, 2.7 millones de personas se sumaron a estas filas, para llegar a un total de 16.7 millones de asalariados en esta condición.
Elías Micha, director general de TallentiaMX, asegura que la informalidad implica tener una fuerza laboral sin estabilidad de ingresos, protegida por un contrato y sin seguridad social.
“Hay 20.4 millones de trabajadores formales contra 35 millones de informales. El desempleo en la informalidad es muchísimo más difícil de estimar, porque no tenemos mecanismos ágiles como estar inscritos. Sin embargo, se considera que a nivel informal la pérdida de empleo es todavía mucho mayor”, destaca el especialista.
Panorama de incertidumbre
Incertidumbre es una palabra que describe bien la llegada del mercado laboral mexicano a este 1 de mayo, dice el director general de TallentiaMX.“Varios expertos coinciden en que los estragos en materia laboral ya se están volviendo de dimensiones catastróficas”, apunta Elías Micha. Pero nadie conoce a ciencia cierta cuál será el saldo final en cuanto a empleos.
Mauricio Reynoso coincide en ese sentido, en estos momentos los trabajadores están en la incertidumbre y la ansiedad por saber si conservarán su empleo. Además, con una cifra importante de personas que ya perdieron su trabajo.
“No hay uniformidad en las proyecciones de desempleo, pero sí hay uniformidad en que, pues es nuestro escenario más probable hacia fin de año y ya lo estamos viviendo, así que llegamos a un primero de mayo con una depresión del mercado laboral”, agrega el director general de la Amedirh.
Opciones para mejorar
David Kaplan opina que el coronavirus también puede dejar grandes reflexiones para mejorar el mercado laboral a futuro. Dos ejemplos claros son, la seguridad social universal y el seguro de desempleo.“Son momentos como estos en que, si hubiera ya en funcionamiento un seguro de desempleo, un poco ayudaría a enfrentar esta crisis”, agrega el especialista Senior en Mercados Laborales del BID
En materia de seguridad social, considera que sí es posible que México transite a un esquema en el cual el acceso a los servicios de salud no dependa de la condición laboral de las personas. “En momentos como estos se ve más la utilidad de eso”, enfatiza.
Aunque la transición es larga, David Kaplan asegura que es necesario dar los primeros pasos, pues si el tema hubiese tenido continuidad en el 2012, en estos momentos México ya tendría seguridad social universal.
¿Qué se necesita?
Desde la perspectiva del representante del BID, hay dos pasos que se deben dar para llegar a la seguridad social universal. El primero, una reforma fiscal, por ejemplo, sustituir las cuotas obrero-patronales por impuestos generales. Y el segundo paso es tener claridad en la legislación en que, durante el periodo de transición, todos los mexicanos tendrán acceso a la misma atención médica en el sistema público de salud.“Aclarar la intención de que la situación laboral no tendrá nada que ver con la atención médica que uno reciba, eso es uno, y por el otro lado, hacer la reforma fiscal para sustituir las cuotas obrero-patronales por impuestos generales”, puntualiza.
Para Carlos Amtmann Ituarte, presidente del Instituto de Estudios de Productividad para la Competitividad (Inpro), el gran reto para transitar a este esquema de seguridad social es reconfigurar tanto el trabajo como la manera de aportar a estos esquemas.
“El nombre del juego son reservas, crear reservas. Tenemos canales débiles para hacer reservas y tenemos que ampliarlos haciendo que todos contribuyamos a ese sistema de reserva que sirva para todos”, comenta.
El presidente del Inpro asegura que, para la transición, nuestro país necesita tener un sistema recaudatorio en el que todos paguen en la proporción que les toca. “El del puesto, en vez de que pague su contribución de uso de piso a la delegación y la delegación lo use para campañas políticas, no, que pague su predial”, concluye.
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