La libertad inexistente

 

La libertad, ¿es una abstracción, un deseo, una búsqueda, un engaño, pura demagogia, qué es?

Pedro Echeverría V.

1, Recuerdo que de niño me decían que estar en la cárcel es perder la libertad; luego escuché de los presos izquierdistas que en la cárcel se sentían libres porque no podían ya llevarlos a prisión. Luego escuchando la bellísima narrativa de La Caverna del filósofo Platón, entendí que los seres humanos estábamos en una gran cárcel sujetos a lo que el sistema esclavista, feudal o capitalista, nos obligaba a hacer. Con esa obra del filósofo pude entender que la libertad es una vacilada porque todos los que hoy habitamos en el capitalismo hacemos lo que el sistema nos ordena y los poquísimos que poseemos un grado de conciencia –que observamos que la gente se mueve como títeres obedeciendo enajenados como si fuera feliz- pues nos reímos o nos apenan.

2. Dicen los formales repetidores que no piensan: que la libertad es la facultad que posee una persona o grupo de personas para actuar en las diferentes situaciones de la vida según sus derechos y su propia voluntad. Que la libertad personal implica el conocimiento previo de las consecuencias de los actos y se ve limitada cuando afecta la libertad del prójimo. Habría que preguntar: ¿Quién otorga los derechos y de dónde viene la voluntad? Incluso ponen en el papel gran cantidad de libertades que ni ellos creen que sean reales y puedan ser instrumentadas: libertad de expresión, libertad de opinión, libertad de asociación, libertad de culto, libertad de elección, libertad de movimiento, libertad académica, y así puede llegar la lista a más de cien “libertades”.

3. Sin embargo, como casi todas las cosas, la tan cacareada libertad es de clase social porque ésta –si existe- se ejerce según la cantidad de privilegios económicos, políticos, culturales, que cada quien tiene. Yo digo que nuestros carceleros: políticos, empresarios, multimillonarios, poseen todas las libertades –no solo de ejercerla sin castigo- como robar, reprimir, hacer grandes negocios; sino también la libertad para una buena educación, un buen hospital y medicinas, así como poseer residencias, automóviles y aviones. ¿Con cuánta libertad de éstas cuenta la clase media y los miserables? Los campesinos y demás trabajadores cuentan con la libertad de reclamar, protestar sin ser escuchados, no comer, el engaño del voto, ir a misa. No es libertad alguna, sino sumisión total.

4. Ni el sistema electoral “democrático” ha sido libre nunca porque sigue –como hace más de un siglo- tan manipulada la elección por el dinero. Cada quien opina como le va “en la feria”. Si los electores, después de recibir dinero, regalos, promesas, votan mayoritariamente por un partido, el dirigente sale a gritar que son libres, inteligentes, sabios, conscientes; los que pierden, al contrario, señalan que fueron manipulados o trampeados. Se olvidan los partidos que todos son minorías despreciables y que el 90 por ciento de electores se han alejado de la política porque “todos son iguales de ladrones y asesinos, “cortados con la misma tijera”. Votan porque con dinero y regalos, los obligan.

5. ¿Quién puede olvidar el grito de los líderes de la Revolución Francesa de 1789? El grito de sus dirigentes burgueses de “Libertad, igualdad y Fraternidad” sólo fue un grito de combate para manipular seguidores; al final, después de golpes políticos, se construyó un sistema de explotación, opresión y desigualdad. Fuera del pensamiento de Platón en La Caverna que bien lleva al pesimismo, sólo puede haber libertad en un régimen de igualdad que podrá comenzar a construirse expropiando a los expropiadores que son los grandes millonarios –políticos y empresarios- y enterrando al sistema capitalista. ¿Se olvida que también el Covid 19 también es de clase social? Bastaría ver las estadísticas de muerte, de quienes han enfermado y los que se han vacunado. Lo demás es lirismo. (5/IV/21)

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