SUTERM, el sindicato que baila al son que le toque el poder Cómplice de Calderón, enemigo del SME, lacayo de AMLO.

 

SUTERM, el sindicato que baila al son que le toque el poder
Cómplice de Calderón, enemigo del SME, lacayo de AMLO.
 
Enrique Gómez
 
Uno de los principales beneficiarios del golpe anticonstitucional contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) de octubre del 2009, cuando Felipe Calderón Hinojosa decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro y el despido ilegal de más de 44 mil trabajadores, fue sin duda el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) y del cacique que lo controla desde 2005, Víctor Fuentes del Villar, heredero de la Secretaría General que su tío, Leonardo “La Güera” Rodríguez Alcaine, regenteó durante largos 30 años.
 
Rodríguez Alcaine amasó una enorme fortuna, con suntuosas propiedades y numerosas empresas, al colocarse como contratista de la Comisión Federal de Electricidad, al igual que hoy lo es su sobrino, quien también acumula numerosas propiedades multimillonarias y recibe contratos para su empresa de aeronáutica. Sin embargo, la gestión sindical de Fuentes del Villar es menos ostentosa que la de su tío, prefiere mantener un silencio cómplice con los distintos gobiernos, discreción que en la actualidad lo mantiene sin el menor cuestionamiento del gobierno, a diferencia de los constantes ataques contra el SME por parte del director de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, y del propio presidente López Obrador.
La llamada 4T condena “la falta de democracia” en el SME, pero pretende ignorar la tremenda corrupción y el descarado control charril que se ejerce en el SUTERM, sindicato con más de 75 mil trabajadores, cuyo dominio le permitió al gobierno de Calderón la utilización de empresas contratistas vía outsourcing que ejercieron una brutal explotación de miles trabajadores inexpertos, sin derechos laborales, para suplir la mano de obra calificada de los trabajadores del SME y así evitar el previsible colapso eléctrico en la zona centro del país. Golpe con el uso del ejército y las diversas policías, incluida la Federal, contra el SME y sus agremiados.
 
El silencio cómplice del SUTERM
 
A cambio de su apoyo al golpe contra el SME, Fuentes del Villar recibió el 2 por ciento del valor de todos los contratos firmados por la CFE, una cantidad multimillonaria que en su momento denunció el dirigente del SME Martín Esparza en 2010. Esa complicidad se mantuvo durante el gobierno de Peña Nieto cuando emprendió la privatización del sector eléctrico a través de la llamada Reforma Energética, que entregó la explotación petrolera y la generación de energía eléctrica a empresas privadas, principalmente transnacionales.
 
Y ahora se acomoda de forma por demás oportunista a la política de la 4T, “apoyando” la Reforma Eléctrica emprendida por AMLO para, supuestamente, tratar de rescatar a la CFE, aunque sin cortar de tajo la explotación privada de la generación y distribución de la energía eléctrica. Como buenos charros, los charros del SUTERM se ajustan a la música que les toque el gobierno en turno, que en el caso de AMLO les permite continuar con su férreo control de los trabajadores electricistas quienes sufren de bajos salarios, pérdida de prestaciones y, por supuesto, el control corporativo de sus corruptos dirigentes.
 
El SME defiende su zona de influencia
 
Además de resistir durante más de 11 años al golpe ilegal de Calderón, el SME ha demostrado una gran capacidad política a través de su movilización permanente con el objetivo de lograr la “reinserción laboral” de los más de 16 mil trabajadores y trabajadoras que rechazaron el ilegal decreto calderonista así como la privatización de Peña Nieto. También han enfilado sus esfuerzos a pelear por la recuperación de su zona de influencia laboral en la región centro del país, demandando el cumplimiento de un acuerdo firmado con el SUTERM para dividir legalmente sus respectivas zonas de influencia en el país.
 
Y ante la sorpresiva y limitada iniciativa de Reforma en la Industria Eléctrica emprendida por el actual gobierno, que lejos de renacionalizar solo busca reordenar la distribución de la energía privilegiando a la CFE para cambiar las desventajosas reglas privatizadoras impuestas por el gobierno anterior, el SME ha declarado su acuerdo con dicha iniciativa, al tiempo que exige ir a fondo en el proceso para lograr la renacionalización y, por supuesto, la contratación de todos los agremiados del SME por parte de la CFE.
 
Es, sin duda, una exigencia correcta en un contexto que refleja las enormes contradicciones de un gobierno burgués como el de López Obrador, que con un discurso “nacionalista” busca equilibrar los intereses nacionales con el enorme poder de las transnacionales, pero con un indudable objetivo electoral que se acerca a la prueba intermedia del 2021.
 
Por la renacionalización de la industria energética y su modernización
 
La iniciativa de Reforma a la Ley de la Industria Eléctrica de AMLO no sólo es limitada porque no recupera la plena soberanía sobre la energía eléctrica y petrolera, que el gobierno de Peña Nieto entregó a las transnacionales de forma corrupta y descarada, también lo es porque no resuelve el conflicto más grave y anticonstitucional en contra del SME, que buscaba su desaparición, perpetrado por el ilegal Decreto de Felipe Calderón y avalado vergonzosamente por la Suprema Corte de Justicia, mediante un golpe contra más de 44 mil trabajadores que hasta hoy persiste con la heroica resistencia de más de 16 mil electricistas.
 
Además, es limitada e insuficiente porque no considera la imperiosa necesidad de modificar a fondo los procesos de generación de energía, pues aún se utilizan viejos métodos como la quema de combustóleo, carbón y diesel para generar electricidad, por lo que carece de un proyecto de transición hacia energías menos dañinas contra el planeta. La producción propuesta por el actual gobierno contribuye a la tremenda contaminación.
 
De ahí que podemos concluir que esas tres tareas son indispensables si realmente se busca una solución de fondo al tema eléctrico en el país. Por supuesto, el gobierno de la 4T es absolutamente incapaz de emprender esos cambios de fondo, solamente un gobierno de la clase trabajadora podrá tomar las medidas necesarias para romper la lógica neoliberal, la dependencia de las grandes empresas capitalistas, la solución al emblemático conflicto del SME y a dirigir la producción energética con un plan que resuelva la enorme contaminación.
 


 

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