México: ¡Basta de sangre!

miércoles 12 de enero de 2011

Eduardo Ibarra Aguirre

Con el propósito de iniciar una movilización de la ciudadanía, en demanda de un alto a la violencia que padece el país, el historietista Eduardo del Río, mejor conocido como Rius, lanzó la iniciativa “¡Basta de sangre!”, exigencia que pidió hacer propia y reproducir por millones en autos, puertas y ventanas de los domicilios particulares y por medio de las redes sociales.

Enseguida hicieron suya la pertinente propuesta del maestro de los cartonistas del país, la mayoría de los más leídos y vistos, además del diario La Jornada y la revista Proceso. Oportuna porque la campaña se inserta en la coyuntura del comienzo del quinto año del declinante grupo gobernante, artífice de la Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, entre otras cosas para que Felipe Calderón Hinojosa se legitimara en Los Pinos; además porque las dirigencias de los partidos de oposición si bien impugnan aspectos medulares de la estrategia oficial, no hacen nada trascendente para enfrentarla; y finalmente porque en Ciudad Juárez y Morelia, Chihuahua capital y Tijuana, por ejemplo, tenaces núcleos ciudadanos hacen frente a los daños que les ocasionan tanto las bandas delincuenciales como las fuerzas regulares.

Cumplidos 49 meses de iniciada la estrategia gubernamental que privilegia los enfoques militares y policiacos para combatir con las armas a los mal llamados cárteles, en detrimento del trabajo de inteligencia, la abulia ante el lavado de decenas de miles de millones de dólares y la desatención de las vertientes socioeconómicas y socioculturales de la delincuencia, el secretario técnico y vocero del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Alejandro Poiré, dio datos y evaluaciones que niegan la razón de ser de la movilización que auspician los moneros.

En el marco del asesinato de 30 personas en Acapulco, Guerrero, y de 56 en todo el país, lo que establece un récord para una jornada criminal de un día, el sábado 8; y de 300 asesinatos en una semana, el vocero postuló que “se esta debilitando como nunca” a todas las organizaciones criminales, causándoles “un daño severo e irreversible a sus estructuras de organización”, con lo cual desnudó a la peregrina idea de que pueden caer 800 mil narcos y el excelente negocio trasnacional seguirá reproduciéndose.

Poiré informó que 51 por ciento de los “líderes criminales más peligrosos de México” fueron abatidos –algunos asesinados con alevosía y ventaja, como Arturo Beltrán Leyva-- o capturados, lo que significa que “se ha hecho más de la mitad de la tarea”. Y auguró que se derrumbaron enormes árboles torcidos “y cuyos retoñitos no se permitirá que vuelvan a crecer igual que antes”.

Entre los logros del gobierno federal, anunciados por el vocero, y la visión de los promotores de la plausible campaña, existe una diferencia como entre la noche y el día que rebasa, y con mucho, la condición de gobernantes y gobernados.

Dice Rius que con “¡Basta de sangre!” --movilización propagandística que arrancó el lunes pasado y tendrá como momentos estelares protestas en las calles el miércoles 13 y una cadena de mensajes dirigidos a Calderón Hinojosa el día 17--, “tratamos de combatir a esa sociedad de agachados que no quiere abrir la boca porque tiene miedo” (La Jornada, 11-I-11, p. 3).

Miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Y es inherente al ser humano, siempre y cuando tenga un mínimo aprecio por la vida. Como lo sabe bien el historietista que, en 1966, solicitó permiso a sus compañeros del Partido Comunista Mexicano para replegarse en su militancia, porque advirtió un peligro para su integridad.

Bienvenida la iniciativa ciudadana que seguramente será útil para una sociedad que no requiere de redentores.

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