¿2012, institucionalizar al mediocre?

Manuel García Estrada

/Para Milenio/

Tengo muchos años escribiendo sobre la necesidad de la recomposición de la izquierda para poder enfrentar los embates del ultraderechismo y del pensamiento único, o neoliberal, pero pareciera que a la gente que se dice izquierdista lo único que le importa es mantenerse en su estadio de cómoda mediocridad en la que se culpa a los que no votan o a los que anulan de sus desgracias que en realidad de basan en la ineptitud, mediocridad, negligencia, poco profesionalismo y cerrazón. Es como si el resentimiento social que tienen contra la gente de clases socioeconómicas altas lo llevaran al terreno del odio a las clases de nivel socio cultural altas.

La clase socioeconómica alta solo posee mucho dinero y no conocimiento, esta gente aparentemente está dominando el mundo pero lo cierto es que ante lo que vivimos en ciencia y artes la clase dominante que está comenzando su hegemonía es la del nivel sociocultural alto.

Muchos en la izquierda al venir de hogares jodidos atentan con sentimiento de inferioridad contra los de niveles superiores no sólo en economía sino también contra los que tienen más conocimientos aunque no tengan tanto dinero. Por ejemplo, si el equipo de AMLO y él mismo fueran gente más preparada tendrían la mente más abierta y la posibilidad de desarrollar estrategias frescas, novedosas, sin tanto alegato de culpar a todos de sus desgracias y de derramar bilis porque el país ya está harto de tanto chillido y que le recuerden su desgraciada existencia de muerte, violencia, hambre, injusticia, atraso y humillación, la gente quiere la realidad pero con ruta de salida.

En 2012 es muy probable que veamos el desdén hacia la inteligencia creativa en la izquierda para dejar el paso amplio y vigoroso a los que llenarán de spots de condena y resentimiento, si eso se combina a las campañas de odio que el PAN y el PRI harán lo que viene es el desastre que inundará de miedo a las mayorías y votarán por lo que les de certeza de poder despertar igual de jodido al otro día, pero despertar y tronarse los dedos porque no tienen dinero ni para alimentar a los niños. La izquierda hará los mismos bodrios de spots planos sin explosión de ideas.

Imaginen una campaña alegre, en donde el país reconozca el fraude y la corrupción pero que encuentre que hay una posibilidad de transformarse y ser otro; en donde pudiéramos ver equipos de campaña sonrientes y alejados de todo lo malo que hemos visto porque a estas alturas resultaría estúpido poner al refrito resentido acompañando al candidato en los mitines, es como ver a Elba Esther con Peña Nieto, Muñoz Ledo con AMLO o a Fox con el que resulte del PAN, que puede ser Marcelo, por cierto.

La mediocridad es el enemigo a vencer en el país, en ella militan los que no gustan de esforzarse, los que solo repiten lo que dice el candidato sin pensar qué más pueden alegar, en esa mediocridad están los que creen que desarrollo es poder comprar ropa de marca en centros comerciales o tener el dinero para pagar una zona VIP que excluye a los demás; en esa mediocridad están los que encienden el televisor y babean aplaudiendo al fútbol o a las telenovelas, en la mediocridad están los que no quieren leer o escuchar de la violencia y que niegan la tragedia de más de 1,300 niños asesinados en la supuesta guerra contra el narco diciendo que “era obvio” que tenía que pasar, “es el costo que hay que pagar” para vivir en paz.

La mediocridad vive en la derecha o en la izquierda, entre católicos o protestantes, en el PRI o en el PRD, por ello es el enemigo a vencer. De nada sirve cambiar el vestuario del estúpido si la mente le sigue sin funcionar.

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