‘Coincido con Cordero, pero apoyaré a quien quede’: Lozano
Por El Universal
21/07/2011 - 06:37 AM
México, DF.- Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo, declinó a sus aspiraciones para buscar la candidatura presidencial del PAN. Dijo que su decisión responde a los resultados de una encuesta que mandó a hacer.
En entrevista con El Universal —posterior a su declinación—, dijo que había tensión en su partido y que pidió a su líder nacional, Gustavo Madero, que le prestara la sala de prensa para dar a conocer su decisión. “Le dije: ‘Como tú quieras, si quieres bajar conmigo o me prestas solamente la sala’”. Explicó que tenía listo su mensaje y que casi no lo leyó porque se lo sabía.
¿Su decisión debe entenderse como una declinación en favor de Ernesto Cordero?
No, porque falta mucho tiempo, faltan cinco meses antes de que empiece la interna. No sé si al final Ernesto se va a inscribir o no. Reitero que con quien más coincidencias tengo y a quien yo apoyaría, si termina por ganar en la interna, es a él. Esta declinación es por una cuestión de conciencia, estrictamente de conciencia, para más precisión; y la tomo a tiempo para facilitar que esto tome otro ritmo, porque de otra forma estamos arrebatándonos unos a otros y disputando los espacios en los medios de comunicación, la atención entre los panistas. Ya la tensión entre los equipos empezaba a crecer, ya empiezan las declaraciones encontradas. Yo declino en aras de esa unidad, y eventualmente si Ernesto decide seguir adelante, con mucho gusto, pues es con quien más tengo coincidencias. Pero al final, el que quede, con ese me voy a ir. No es una declinación a favor de Ernesto o que le voy a coordinar la campaña, ¿pues cuál campaña? Todavía falta mucho para saber lo que va a pasar.
¿Cuáles son los indicios que estaba viendo de tensión?
Mi confrontación con Santiago Creel; por cierto, acabo de recibir un mensaje de él felicitándome. Pero cualquier declaración es un poco un reto a nosotros, un desafío. Cuando él [Creel] pide licencia, dice: “También le pido a los otros que renuncien”. No debemos abrir espacios a ese tipo de manifestaciones públicas, que uno diga “piso parejo”, “candidato oficial” o “la cargada” o “la línea”. Sobre todo los equipos, golpes y tensiones; las directas e indirectas y los arrebatos de la gente y los apoyos. Hasta aquí...
¿Piensa que ahora está estorbando tanta gente?
El marco jurídico es restrictivo; insisto en que fue una pésima reforma legal porque coartó la libertad de expresión y de participación, restringió muchísimo los tiempos. La combinación de esa restricción de tiempo con el hecho de que sean tantos legítimos aspirantes, pero que ninguno quiera ver su propia realidad, es mala. En un principio todo mundo dijo ‘yo levanto la mano’, ‘¡qué padre!’, pero debe llegar un momento en el camino en el que se piense si es pertinente o no seguir adelante. Ahora debe encontrarse un método en el que cada quien, como lo quiera, que lo consulte con su almohada, con su equipo, que haga sus cuentas, que también mande a hacer su encuesta, tome una decisión y se tengan dos o tres candidatos.
¿Llama a compactar la lista?
Sí, yo creo que es un gravísimo error que lleguen estos seis [aspirantes] y que francamente estaríamos poniendo los intereses del partido en segundo término. Por eso dije que para mí es tan claro distinguir una legítima aspiración de una ambición personal o de una obsesión vulgar. Cuando se rebasan esos límites sí se puede sacrificar el proyecto.
Fuente
21/07/2011 - 06:37 AM
México, DF.- Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo, declinó a sus aspiraciones para buscar la candidatura presidencial del PAN. Dijo que su decisión responde a los resultados de una encuesta que mandó a hacer.
En entrevista con El Universal —posterior a su declinación—, dijo que había tensión en su partido y que pidió a su líder nacional, Gustavo Madero, que le prestara la sala de prensa para dar a conocer su decisión. “Le dije: ‘Como tú quieras, si quieres bajar conmigo o me prestas solamente la sala’”. Explicó que tenía listo su mensaje y que casi no lo leyó porque se lo sabía.
¿Su decisión debe entenderse como una declinación en favor de Ernesto Cordero?
No, porque falta mucho tiempo, faltan cinco meses antes de que empiece la interna. No sé si al final Ernesto se va a inscribir o no. Reitero que con quien más coincidencias tengo y a quien yo apoyaría, si termina por ganar en la interna, es a él. Esta declinación es por una cuestión de conciencia, estrictamente de conciencia, para más precisión; y la tomo a tiempo para facilitar que esto tome otro ritmo, porque de otra forma estamos arrebatándonos unos a otros y disputando los espacios en los medios de comunicación, la atención entre los panistas. Ya la tensión entre los equipos empezaba a crecer, ya empiezan las declaraciones encontradas. Yo declino en aras de esa unidad, y eventualmente si Ernesto decide seguir adelante, con mucho gusto, pues es con quien más tengo coincidencias. Pero al final, el que quede, con ese me voy a ir. No es una declinación a favor de Ernesto o que le voy a coordinar la campaña, ¿pues cuál campaña? Todavía falta mucho para saber lo que va a pasar.
¿Cuáles son los indicios que estaba viendo de tensión?
Mi confrontación con Santiago Creel; por cierto, acabo de recibir un mensaje de él felicitándome. Pero cualquier declaración es un poco un reto a nosotros, un desafío. Cuando él [Creel] pide licencia, dice: “También le pido a los otros que renuncien”. No debemos abrir espacios a ese tipo de manifestaciones públicas, que uno diga “piso parejo”, “candidato oficial” o “la cargada” o “la línea”. Sobre todo los equipos, golpes y tensiones; las directas e indirectas y los arrebatos de la gente y los apoyos. Hasta aquí...
¿Piensa que ahora está estorbando tanta gente?
El marco jurídico es restrictivo; insisto en que fue una pésima reforma legal porque coartó la libertad de expresión y de participación, restringió muchísimo los tiempos. La combinación de esa restricción de tiempo con el hecho de que sean tantos legítimos aspirantes, pero que ninguno quiera ver su propia realidad, es mala. En un principio todo mundo dijo ‘yo levanto la mano’, ‘¡qué padre!’, pero debe llegar un momento en el camino en el que se piense si es pertinente o no seguir adelante. Ahora debe encontrarse un método en el que cada quien, como lo quiera, que lo consulte con su almohada, con su equipo, que haga sus cuentas, que también mande a hacer su encuesta, tome una decisión y se tengan dos o tres candidatos.
¿Llama a compactar la lista?
Sí, yo creo que es un gravísimo error que lleguen estos seis [aspirantes] y que francamente estaríamos poniendo los intereses del partido en segundo término. Por eso dije que para mí es tan claro distinguir una legítima aspiración de una ambición personal o de una obsesión vulgar. Cuando se rebasan esos límites sí se puede sacrificar el proyecto.
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