Las culpas de Creel y Fox en el Casino Royale
viernes 26 de agosto de 2011
Durante años, políticos, comerciantes y hoteleros, defendieron la idea de que en un país como México era necesario impulsar la instalación de casinos para fomentar el turismo.
La idea era falsa porque nuestro país tenía, y tiene, atractivos de sobra como para no necesitar de casinos para agradar a los visitantes.
Los turistas nos visitaban por nuestras bellas playas, ciudades coloniales, ruinas arqueológicas y hasta por la amplia oferta de entretenimiento de la Ciudad de México.
No había necesidad de casinos. No en nuestro país. En primer lugar, por lo ya mencionado: los atractivos reales de México son otros. En segundo, por la imposibilidad de competir con centros de juego tan poderosos como Las Vegas.
En el debate mucha gente sensata se opuso a los casinos argumentando que no iban a atraer turistas, porque estos iban a seguir prefiriendo acudir a Las Vegas o, los más refinados, a Montecarlo. Y que, lo único que iba a ocurrir, iba a ser que nuestros casinos se llenaran solo de mexicanos que se iban a envilecer y a caer en las redes de la mafia.
En el sexenio de Vicente Fox, el poder político no escuchó razones y trabajó para hacer posible que México se llenara de casinos.
Fue muy polémico, y tal vez irregular, que muchas de las concesiones para casinos las entregara el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, a Televisa.
Así, la televisora de Emilio Azcárraga se convirtió en competidora de los grandes operadores del juego en México, como Jorge Hank Rohn.
Otra empresa de entretenimiento, CIE-Ocesa, también entró al negocio, como lo hicieron “empresarios” independientes, que han resultado ser alfiles de la mafia.
El hecho es que, por obra y gracia de una mala decisión política, México se llenó de casinos. Y ocurrió lo previsto: no llegaron los turistas que se siguen jugando en Las Vegas, y en cambio han enfermado de ludopatía a cada día más mexicanos.
Ahora la mafia, en Monterrey, incendió un casino. Por alguna venganza, seguramente. Murieron más de 50 regiomontanos, se enlutó a México y como fue una noticia que dio la vuelta al mundo, segura estoy que muchos turistas que pensaban venir a México a pesar de la guerra contra el narco, ya han cancelado su viaje o pronto lo harán.
Así que los casinos, que iban a servir para atraer turistas, los han alejado. Y todavía uno de los responsables políticos principales, el panista Santiago Creel, se atreve a buscar la Presidencia de la República. Qué cinismo.
Publicado por Natalia Colmenares (@natcolmenares)
Fuente
Durante años, políticos, comerciantes y hoteleros, defendieron la idea de que en un país como México era necesario impulsar la instalación de casinos para fomentar el turismo.
La idea era falsa porque nuestro país tenía, y tiene, atractivos de sobra como para no necesitar de casinos para agradar a los visitantes.
Los turistas nos visitaban por nuestras bellas playas, ciudades coloniales, ruinas arqueológicas y hasta por la amplia oferta de entretenimiento de la Ciudad de México.
No había necesidad de casinos. No en nuestro país. En primer lugar, por lo ya mencionado: los atractivos reales de México son otros. En segundo, por la imposibilidad de competir con centros de juego tan poderosos como Las Vegas.
En el debate mucha gente sensata se opuso a los casinos argumentando que no iban a atraer turistas, porque estos iban a seguir prefiriendo acudir a Las Vegas o, los más refinados, a Montecarlo. Y que, lo único que iba a ocurrir, iba a ser que nuestros casinos se llenaran solo de mexicanos que se iban a envilecer y a caer en las redes de la mafia.
En el sexenio de Vicente Fox, el poder político no escuchó razones y trabajó para hacer posible que México se llenara de casinos.
Fue muy polémico, y tal vez irregular, que muchas de las concesiones para casinos las entregara el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, a Televisa.
Así, la televisora de Emilio Azcárraga se convirtió en competidora de los grandes operadores del juego en México, como Jorge Hank Rohn.
Otra empresa de entretenimiento, CIE-Ocesa, también entró al negocio, como lo hicieron “empresarios” independientes, que han resultado ser alfiles de la mafia.
El hecho es que, por obra y gracia de una mala decisión política, México se llenó de casinos. Y ocurrió lo previsto: no llegaron los turistas que se siguen jugando en Las Vegas, y en cambio han enfermado de ludopatía a cada día más mexicanos.
Ahora la mafia, en Monterrey, incendió un casino. Por alguna venganza, seguramente. Murieron más de 50 regiomontanos, se enlutó a México y como fue una noticia que dio la vuelta al mundo, segura estoy que muchos turistas que pensaban venir a México a pesar de la guerra contra el narco, ya han cancelado su viaje o pronto lo harán.
Así que los casinos, que iban a servir para atraer turistas, los han alejado. Y todavía uno de los responsables políticos principales, el panista Santiago Creel, se atreve a buscar la Presidencia de la República. Qué cinismo.
Publicado por Natalia Colmenares (@natcolmenares)
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