Más austeridad sólo incrementará la presión socioeconómica que vive Grecia, advierten

De la Redacción

Periódico La Jornada
Miércoles 22 de febrero de 2012, p. 4
El ministro de Finanzas y el primer ministro griegos, Evangelos Venizelos y Lucas Papademos, respectivamente, tuvieron que aceptar las severas condiciones impuestas por los acreedores internacionalesFoto Reuters

El manejo del sobrendeudamiento público en Europa ha sido "desastroso" y, en el caso particular de Grecia, el país se enfrenta a un proceso de ajuste "de largo plazo", que se extenderá por al menos 10 años, consideraron Guillermo Ortiz Martínez y Mario Blejer, ex gobernadores de los bancos centrales de México y Argentina, respectivamente.

"Los defensores de la salida de Grecia de la zona euro subestiman enormemente sus devastadoras consecuencias", subrayaron en un artículo publicado en The Economist, en el que rechazan que abandonar el euro sea una opción viable para el país europeo. “La experiencia de Argentina –que abandonó la caja de convertibilidad a inicios de la década– debe disuadir y no fomentar la idea de la salida”, expusieron.

Para los ex gobernadores Ortiz y Blejer, los líderes de la zona euro lograron convertir un problema económico manejable en Grecia en un acertijo político que pone en peligro a la moneda única.

Grecia se halla en una profunda recesión. Más austeridad, expusieron, sólo incrementaría la presión socioeconómica dentro del país.

“Dada esta sombría perspectiva, muchos analistas sugieren que sería mejor que Grecia saliera de la zona del euro. Frecuentemente citan la salida de Argentina de la ‘convertibilidad’ en 2002, como evidencia de los beneficios que recibiría Grecia, en caso de que reintrodujera su moneda”, el dracma, y abandonara el euro, la moneda común europea, consideran Blejer y Ortiz Martínez, quien también es presidente del consejo de administración del Grupo Financiero Banorte.

La gran diferencia

A diferencia de Argentina, Grecia pertenece a un acuerdo multilateral formal, que podría proporcionar el cuidado intensivo y el financiamiento oficial necesario para suavizar el ajuste.

Los autores sostienen que un análisis de los costos incurridos por Argentina –entre ellos el corralito, que impidió a los ahorradores disponer de sus recursos, así como la imposibilidad del país de acceder al crédito internacional– fortalece el argumento de que Grecia debe seguir dentro de la zona del euro.

“El fin del consejo de divisas de Argentina fue desgarrador. Llevó a interminables violaciones de contratos que dejaron una mancha indeleble en el ambiente inversionista. Sin embargo, reintroducir una moneda abandonada es incluso más difícil. Argentina nunca dejó de usar el peso, pero Grecia descartó totalmente el dracma.

"Por ende, generar confianza en el dracma, especialmente en medio de una crisis, sería una tarea titánica. Convencer a inversionistas potenciales a comprometerse con proyectos denominados en una moneda reintroducida, se antoja una tarea casi imposible", expusieron.

Lo que se requiere no es un abandono del euro, sino un marco adaptado al contexto específico de la zona del euro y de Grecia misma, consideraron. Este marco debe reconocer que el proceso de ajuste y reforma se extenderá en un horizonte a largo plazo, unos 10 años, apuntaron.

La competitividad surgirá como resultado de los ajustes y la reforma estructural, no como una precondición del apoyo. El programa debe reconocer la probabilidad de que los mercados permanezcan cerrados para Grecia, así como que se necesitará mucho financiamiento oficial a largo plazo, dicen.

También se debe poner un énfasis similar en los ajustes del sector público y en la reducción salarial nominal del sector privado, acotaron.

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