Más de un millón protestan en España contra la reforma laboral
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 20 de febrero de 2012, p. 26
Madrid, 19 de febrero. Bajo el lema: "No a la reforma laboral injusta contra los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para el empleo", más de un millón de personas se manifestaron en España para repudiar la política ultraliberal del gobierno de Mariano Rajoy. En menos de tres meses, el actual mandatario ya subió los impuestos, aprobó recortes severos en servicios públicos básicos e impuso por decreto una nueva legislación laboral que abarata sensiblemente el despido y asume prácticamente íntegras todas las peticiones de la patronal, salvo el derecho de huelga, que está "en revisión" para una futura modificación.
Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Valencia y así hasta 57 ciudades españolas llenaron sus plazas de ciudadanos indignados con el recorte de derechos a la clase trabajadora, tras la reforma laboral del gobierno del conservador Rajoy, que además de abaratar el despido obliga a los desempleados que cobran un subsidio a realizar "tareas en beneficio de la comunidad".
Los sindicatos convocaron a la primera gran protesta de la "era Rajoy" y la respuesta de la sociedad fue masiva, para expresar en la calle un malestar profundo por la desastrosa situación económica –más de 5 millones 300 mil desempleados y al borde de entrar en recesión–, pero sobre todo para expresar su repudio a un gobierno que está "desmantelando en menos de tres meses derechos adquiridos durante décadas de lucha social y obrera", explicó a La Jornada Luis Alberto García, uno de los manifestantes que acudieron a la protesta y que se encuentra desempleado desde el lunes pasado, gracias a la nueva legislación laboral.
Según los principales sindicatos que convocaron las movilizaciones –Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT)–, en Madrid salieron a las calles más de 500 mil personas; en Barcelona, 450 mil; en Zaragoza, 70 mil; en Gijón, 50 mil; en Sevilla, 50 mil, y en Alicantes, más de 40 mil. En suma, más de un millón de personas que portaban banderas rojas y advirtieron al nuevo gobierno que responderán con la movilización al intento de seguir desmantelando el Estado de bienestar. "Queremos corregir en profundidad esta más que reforma laboral, y ese es nuestro objetivo; las manifestaciones de hoy son un cauce, un instrumento democrático para intentar conseguir ese objetivo", afirmó Cándido Méndez, líder de la UGT.
La marcha de Madrid fue tan grande que la última columna ni siquiera se pudo mover del sitio de arranque ante la enorme afluencia de personas que portaban carteles con lemas como: "Robando rehacen la lucha de clases"; un simple "No" junto a unas tijeras; "Guantánamo laboral, no"; "Recortes a banca y clero"; "No a mis recortes para pagar vuestros robos" o "Con esta reforma baja el consumo y hay más paro", entre otros.
A las movilizaciones de todo el país se sumaron políticos de partidos de izquierda y nacionalista, salvo los conservadores, que apoyan la reforma, el derechista Partido Popular (PP) y los catalanes de Convergencia i Unio (CiU). La siguiente jornada de protestas está convocada para el miércoles 29, a la espera de que las centrales sindicales convoquen a una huelga general como medida extrema para forzar una nueva negociación de la reforma.
Desde Sevilla, donde su partido celebra su congreso anual, Rajoy respondió a los manifestantes con una frase: "Lo urgente, más que construir, es frenar el deterioro. La reforma laboral sitúa a España al nivel de los otros países de la Unión Europea y acaba con las injusticias. Así que ésta es una reforma justa".
Fuente
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Periódico La Jornada
Lunes 20 de febrero de 2012, p. 26
Madrid, 19 de febrero. Bajo el lema: "No a la reforma laboral injusta contra los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para el empleo", más de un millón de personas se manifestaron en España para repudiar la política ultraliberal del gobierno de Mariano Rajoy. En menos de tres meses, el actual mandatario ya subió los impuestos, aprobó recortes severos en servicios públicos básicos e impuso por decreto una nueva legislación laboral que abarata sensiblemente el despido y asume prácticamente íntegras todas las peticiones de la patronal, salvo el derecho de huelga, que está "en revisión" para una futura modificación.
Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Valencia y así hasta 57 ciudades españolas llenaron sus plazas de ciudadanos indignados con el recorte de derechos a la clase trabajadora, tras la reforma laboral del gobierno del conservador Rajoy, que además de abaratar el despido obliga a los desempleados que cobran un subsidio a realizar "tareas en beneficio de la comunidad".
Los sindicatos convocaron a la primera gran protesta de la "era Rajoy" y la respuesta de la sociedad fue masiva, para expresar en la calle un malestar profundo por la desastrosa situación económica –más de 5 millones 300 mil desempleados y al borde de entrar en recesión–, pero sobre todo para expresar su repudio a un gobierno que está "desmantelando en menos de tres meses derechos adquiridos durante décadas de lucha social y obrera", explicó a La Jornada Luis Alberto García, uno de los manifestantes que acudieron a la protesta y que se encuentra desempleado desde el lunes pasado, gracias a la nueva legislación laboral.
Según los principales sindicatos que convocaron las movilizaciones –Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT)–, en Madrid salieron a las calles más de 500 mil personas; en Barcelona, 450 mil; en Zaragoza, 70 mil; en Gijón, 50 mil; en Sevilla, 50 mil, y en Alicantes, más de 40 mil. En suma, más de un millón de personas que portaban banderas rojas y advirtieron al nuevo gobierno que responderán con la movilización al intento de seguir desmantelando el Estado de bienestar. "Queremos corregir en profundidad esta más que reforma laboral, y ese es nuestro objetivo; las manifestaciones de hoy son un cauce, un instrumento democrático para intentar conseguir ese objetivo", afirmó Cándido Méndez, líder de la UGT.
La marcha de Madrid fue tan grande que la última columna ni siquiera se pudo mover del sitio de arranque ante la enorme afluencia de personas que portaban carteles con lemas como: "Robando rehacen la lucha de clases"; un simple "No" junto a unas tijeras; "Guantánamo laboral, no"; "Recortes a banca y clero"; "No a mis recortes para pagar vuestros robos" o "Con esta reforma baja el consumo y hay más paro", entre otros.
A las movilizaciones de todo el país se sumaron políticos de partidos de izquierda y nacionalista, salvo los conservadores, que apoyan la reforma, el derechista Partido Popular (PP) y los catalanes de Convergencia i Unio (CiU). La siguiente jornada de protestas está convocada para el miércoles 29, a la espera de que las centrales sindicales convoquen a una huelga general como medida extrema para forzar una nueva negociación de la reforma.
Desde Sevilla, donde su partido celebra su congreso anual, Rajoy respondió a los manifestantes con una frase: "Lo urgente, más que construir, es frenar el deterioro. La reforma laboral sitúa a España al nivel de los otros países de la Unión Europea y acaba con las injusticias. Así que ésta es una reforma justa".
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