México: Escote, disculpa y machismo
miércoles, 9 de mayo de 2012
Tras
el debate del escote, el vestido y la edecán, ayer el IFE se deslinda
de una decisión de la producción a la cual le dejó el primer debate
presidencial. De lo que no puede deslindarse el instituto es su falta de
seguimiento ante un acto político electoral donde él es la cabeza del
proceso.
Lucía Lagunes Huerta (CIMAC)
El
IFE no puede eludir su responsabilidad, si bien no contrató a la edecán
sí dejó en manos de una productora un acto político de gran
trascendencia, como si fuera la producción de un espectáculo menor.
Julia
Orayen ganó por su presencia en el debate 7 mil pesos (3,500 por cada
llamado), explicó el productor durante la entrevista con la periodista
Carmen Aristegui este martes.
El
monto total que le pagaron a la productora con fondos públicos fue de
240 mil pesos más IVA. Cualquier error tendría repercusiones no menores,
eso lo sabía el IFE y la productora.
Sin
duda este debate pasará a la historia no como el de las grandes
propuestas, sino donde el machismo y el sexismo hicieron gala. Una
modelo, un escote y un vestido blanco serán, sin duda, las imágenes de
la posteridad, como las frases que en torno a ello se dicen y muestran
el sexismo puro.
Hay
de todo, desde la vulgaridad del caló, hasta un presidenciable subido en
los cuernos de la luna que no tiene rubor de mostrar su machismo.
Gabriel
Quadri ha dicho de todo, que la presencia de Julia fue la pimienta que
le dio sabor al debate, y asegura que fue “una buena ocurrencia de los
organizadores”, por ello pedirá que en los próximos debate haya más
“playmates”.
Si este
es el candidato del partido que supuestamente abandera la defensa de la
educación, el ciudadano que nos defiende y en cuyo spot electoral uno de
los temas es la violencia contra las mujeres, ¿qué podemos esperar?
Quadri,
con sus expresiones, concentra todo lo que ha generado la presencia de
Julia: banalizar la discusión política para concentrarla en el
espectáculo sexista del escote, el vestido blanco y el cuerpo de una
mujer, usado como instrumento.
Nada
más lamentable para este primer debate. El IFE incurrió en una falta de
seguimiento casual o intencional que concentró la discusión en la
edecán.
Pero además con un párrafo busca eludir su responsabilidad en el proceso dejando a la productora como la mala de la película.
Más
allá de Julia, la preparación del próximo debate debe contar con un
seguimiento puntual del IFE para que las pifias se queden fuera y el
nivel de la discusión se eleve.
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