Editorial EMET: ¿Estarán preparados Televisa, el PRI y Peña Nieto para perder?

Cita con la historia 2012 - Viernes, 08 de junio de 2012

Como si fuera un añejo manual de procedimientos, las televisoras y el PRI –con la complicidad del PAN– volcaron su estrategia en contra de Andrés Manuel López Obrador, porque descubrieron que goza de mayor simpatía entre los ciudadanos mexicanos de lo que habrían imaginado; pero aún más, la guerra sucia que denuesta a AMLO la articulan porque nunca se imaginaron que el movimiento estudiantil que nació el 11 de mayo hubiese puesto a la luz pública sus intenciones de imponer no sólo al próximo presidente, sino sobretodo por mantener intocable el régimen de corrupción, autoritarismo y violencia que ha imperado en los últimos 70 y 12 años en el país.
Abiertamente, el priismo de siempre, desde 2009 pactó con la principal televisora del país para construir un candidato sólido que pudiese retornar a los Pinos. Luego de doce años, la torpeza y frivolidad de Fox y la obcecación violenta de Calderón, obligaron a que la cúpula del poder hiciera a un lado la alianza que de facto tenían con el panismo, para hacer perdurar el régimen de nueva cuenta con el PRI. Enrique Peña Nieto fue y es el conejillo de indias que –como rata de laboratorio– se le entrenó para obedecer a los estímulos del neoliberalismo. El trabajo de construcción política y de percepción mediática, podríamos advertir que venía siendo pulcro y hasta perfecto de no ser porque el guión se salió de control.
Televisa y el PRI, subestimaron el trabajo –persona a persona– que llevó a cabo López Obrador en todos los municipios del país y creyeron que después del platón de Reforma y de la supuesta violencia que representaba su proyecto de gobierno, no tendría oportunidad de renacer. No obstante, la realidad les dio un palmo de narices y hoy Andrés Manuel se ha convertido una vez más en un peligro pero no para México, sino para esa élite dominante que sabe perderá sus privilegios de llegar un gobierno honesto.
Por eso, es posible explicar la razón por la cual los periodistas del programa “Tercer grado” de Televisa lo atacaron, se burlaron y lo quisieron hacer pasar por un necio que no se sale del discurso del 2006 y que sigue siendo el mismo de siempre (apoyando el discurso de la guerra sucia del PRI y PAN). Pero López Obrador no se amedrentó y puso en su lugar a todos ellos. No tuvo recato en exponer abiertamente que el candidato de Televisa era Peña Nieto y ellos (sus interlocutores) era sus personeros.
Todo ello, nos lleva a preguntarnos si el guión y la estrategia están destinados al triunfo de Peña Nieto, qué pasaría si gana AMLO. ¿Televisa, el PRI y el propio Peña Nieto estarían preparados para perder la elección? Las circunstancias y evidencias políticas nos dicen que no; de tal manera que se abre una puerta que da acceso al fraude electoral, ese fraude que por cierto los periodistas de Televisa y el IFE se niegan a reconocer. Por eso, es bueno que más allá de la simpatía que pueda haber hacia AMLO, lo más importante es vigilar la elección, cualquier descuido representaría una vez más, un robo a la democracia.
Revista EMET 

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