Impusieron patrones la tónica y mandaron al basurero a la OIT, acusa

Patricia Muñoz Ríos
 
Periódico La Jornada
Jueves 7 de junio de 2012, p. 43 

En un acto sin precedente, el Comité de Expertos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), suspendió este año sus trabajos por la oposición de la mayoría de los gobiernos y representantes patronales –entre ellos, los de México–, a que se ligue el derecho a la huelga como parte fundamental del convenio 87 de libertad sindical.
Representantes legales de la Familia Pasta de Conchos, y consejeros de la comisión Humanos del Distrito Federal, que asisten a la reunión en Ginebra, Suiza, de esta organización informaron que líderes patronales y empresariales de 187 países manifestaron su desacuerdo para que este año sesione el comité por diferencias sobre el tema del derecho de huelga.
Para los líderes empresariales fue inadmisible que el convenio que la OIT quiera considerar el derecho de huelga como principio esencial de la libertad sindical y cuestionaron, asimismo, que el Comité de Expertos se oponga a la existencia de legislaciones nacionales que limitan las huelgas y sometan los conflictos a un procedimiento de arbitraje obligatorio.
En esta reunión, los patrones impusieron la tónica y mandaron al basurero a la OIT, debido a que quieren libertad para imponer mayor flexibilidad laboral, que no tenga límites su actuar, prolongar los horarios de trabajo y que, por supuesto, los trabajadores no hagan huelgas, señalaron los abogados de la Familia Pasta de Conchos.
Expusieron que este año, el gobierno de México estaba enlistado para responder por la muerte de 30 mineros en 2011 y nueve más ocurridos en lo que va de 2012 en plantas de beneficio y transporte de carbón. En esta acusación ante la OIT se cuestiona que las viudas y huérfanos se enfrentan con el disimulo e incapacidad de funcionarios mexicanos y con la anulación de sus pensiones e indemnizaciones, recibiendo a cambio migajas como respuesta a una justicia siempre aplazada.
Para la organización, la suspensión de la reunión del comité redunda en mayor impunidad en centros de trabajo informales (pocitos), donde laboran menores de edad sin control alguno.

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