CFE y SUTERM: corrupto amasiato
En:Articulistas Fecha:4 agosto, 2012
¿Qué dice Felipe Calderón?
Martín Esparza Flores
Revista Siempre!
Sería conveniente preguntarle a Felipe
Calderón si en la agonía de su sexenio aún se siente con la fuerza y los
argumentos necesarios para defender la Comisión Federal de Electricidad
(CFE) y seguirla publicitando como una empresa de “clase mundial”. Los
hechos demuestran que la paraestatal no sólo está en quiebra sino que ha
terminado por entregar la generación de energía eléctrica a las
trasnacionales, a las cuales tan sólo este año, y de manera obligatoria,
deberá pagar por la compra de su energía, nada menos que 180 mil 548
millones de pesos.
La empresa “modelo” de Calderón, y que
le sirvió de acicate mediático para justificar la extinción de Luz y
Fuerza del Centro, tendrá de acuerdo a sus propios estados financieros,
al cierre del segundo trimestre del 2012, un pasivo total de 849 mil 467
millones de pesos; o sea, un 12.24 % más que en el mismo periodo de
2011, que fue de 756 mil 768 millones de pesos.
Por si esto no fuera poco, gracias al
encubrimiento y pernicioso amasiato entre los directivos de la CFE y
los dirigentes del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la
República Mexicana (SUTERM), de filiación cetemista, se ha permitido el
robo de los ahorros que desde 1950 han generado los casi cien mil
trabajadores de esta organización y que ascienden a 638 mil millones de
pesos.
Sucede que mañosamente, y como ya es
costumbre, el gobierno de Calderón a través de la Secretaría del
Trabajo y Previsión Social (léase el nombre del inefable Javier Lozano
Alarcón y su incondicional discípula, Rosalinda Vélez Juárez) instruyó a
la Junta Especial núm. 5 de la Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje para que retardará el cumplimiento de los laudos en favor de
por lo menos 8 mil 600 afectados, cuya parte proporcional por lo
aportado durante su vida laboral supera el medio millón de pesos para
cada uno.
El asunto, que sigue esperando la
puntual aplicación de la ley, tuvo como antecedente una ardua lucha
jurídica en los Tribunales Colegiados Sexto, Tercero, Octavo y Décimo
Cuarto, en materia de trabajo del Primer Circuito, del Distrito Federal,
los cuales presionaron a la Junta para que emitiera el laudo a favor de
los defraudados.
La situación se hubiera mantenido oculta
en los sótanos de la ilegalidad sexenal de no ser porque un grupo de
legisladores del partido Movimiento Ciudadano presionaron desde el seno
de la Tercera Comisión de Trabajo de la Comisión Permanente del Congreso
para que el máximo órgano legislativo reciba tanto de la Secretaría del
Trabajo, como de la Secretaría de Energía, de la Función Pública, y
sobre todo de la CFE, los informes relacionados con la desaparición de
multimillonario fraude que se cobijó de 1950 a 1990, bajo la figura de
un fondo mutualista, el cual fue sustituido en abril de 1990, por mutuo
acuerdo de la CFE y el entonces dirigente del SUTERM, Leonardo Rodríguez
Alcaine, por un seguro colectivo obrero, según quedó establecido en la
cláusula 26 de Contrato Colectivo correspondiente al bienio 1990-1992.
Tanto el SUTERM, encabezado por Víctor
Fuentes del Villar, como la CFE, ahora dirigida por Jaime González
Aguadé, tendrán mucho que explicar no sólo a los trabajadores de ese
sindicato sino a todo el país sobre la desaparición de los cuantiosos
recursos públicos que debieron ser manejados con honestidad y
transparencia por ambas partes, y que ahora son la muestra más palpable
del grado de corrupción y complicidad que han mantenido por décadas
ambas partes en la “empresa de desastre mundial”, que para colmo de sus
males se encuentra en quiebra y a merced de las trasnacionales.
¿Qué dirá ahora Felipe Calderón de su “ejemplar” CFE?
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