Energía: privatización vergonzante
Periódico La Jornada
Editorial
Tras varios meses de
postergaciones y anuncios en falso, el gobierno que encabeza Enrique
Peña Nieto envió ayer su iniciativa de reforma constitucional para
legalizar la participación privada en las industrias petrolera y
eléctrica, cuya explotación está actualmente reservada de manera
exclusiva a la nación.
La presentación de la iniciativa oficial ha ido acompañada de promesas numerosas, pero vagas, de mayor desarrollo económico, mejores sueldos, generación de más puestos de trabajo y, en general, mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
Sin embargo, el proyecto ha sido objeto de señalamientos críticos. Los más relevantes se refieren a la cesión de control territorial a empresas energéticas trasnacionales, con los consiguientes riesgos para el estado de derecho y para la soberanía nacional y a los
contratos de utilidad compartidapropuestos, los cuales implicarían privar al erario de una parte de la renta petrolera, que representa una porción sustancial del presupuesto público, con lo cual se afectaría la capacidad del Estado para invertir en educación, cultura, programas sociales e infraestructura. Asimismo, se cuestiona la perspectiva de que la carencia de recursos derivada de la privatización sea solventada mediante una reforma fiscal, ya anunciada, que incremente los impuestos –especialmente, el IVA– y las tarifas del sector público.
no a la privatización.
Pemex no se privatiza, reza el discurso, en lo que constituye una declaración tramposa, habida cuenta de que no es necesario convertir a la paraestatal en una entidad privada para transferir a manos de particulares tramos sustanciales de la industria petrolera. En efecto, en la lógica de la modificación legal propuesta, Pemex podría terminar como oficina pública encargada de asignar contratos de exploración, explotación, refinamiento y transporte a consorcios privados nacionales pero, sobre todo, extranjeros.
Se trata, pues, de una iniciativa vergonzante que no se atreve a enunciar su razón y su esencia verdaderas: la transferencia a manos privadas de una parte fundamental y estratégica de la riqueza pública del país y una operación sumamente lesiva para los intereses nacionales y populares.
Fuente
Comentarios