Cómo distinguir el cuadro clínico de Covid-19 en niños
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Autor:
Indra Cirigo
El pediatra infectólogo Luis Xochihua Díaz explica a Contralínea cómo identificar el cuadro clínico de Covid-19 en menores de edad. El experto en salud infantil detalla que de la experiencia internacional se desprende que la mayoría de los niños contagiados con el nuevo coronavirus supera la enfermedad. El problema, advierte, es cuando el cuidado de éstos se encuentra en manos de abuelos, por la probabilidad de que los adultos mayores –que son la población más vulnerable junto a los enfermos crónicos– se infecten
El doctor Luis Xochihua Díaz –pediatra
infectólogo presidente de la Asociación Mexicana de Infectología
Pediátrica (AMIP) y profesor titular Infectología en la Facultad de
Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México– explica que, con
base en la experiencia observada en otros países que han alcanzado la
curva máxima de la pandemia del coronavirus Covid-19, han permitido
observar cuadros clínicos de evolución benigna en los menores de edad.
-¿Los síntomas del Covid-19 se presentan de igual forma en los menores que en los adultos?
-Es una pregunta muy interesante porque
la experiencia que hemos observado con otros países, como han sido
Italia, España y China, nos han demostrado que el cuadro clínico que
tienen los niños presenta más evolución benigna: puede haber un cuadro
sobre todo gripal banal, donde hay una fiebre controlable, malestar
general en el cuerpo; vamos a tener, en su momento, un poco de tos seca,
e internamente también se ha estado describiendo que hay una falta de
percepción del olfato. Todos estos datos nos hacen pensar que en su
momento puedan tener un cuadro gripal común, pero aquí la cuestión es
que el siguiente cuadro gripal empieza a incrementar, empieza a tener
más tos o molestia. Empezamos a tener ese proceso inflamatorio más en la
garganta y sobre todo el aspecto de la temperatura, pero lo peor es
cuando empezamos a tener dificultad para respirar. Entonces, cuando
nosotros tenemos dificultad para respirar es cuando tenemos que acudir a
un hospital para descartar que tengamos un proceso de neumonía o algún
proceso tipo obstructivo para que no podamos respirar de forma adecuada.
Entonces cuando nosotros tenemos este cuadro clínico más habitual en el
niño, y en el adulto es muy similar al cuadro de una influenza: con
fiebre más alta, dolor de cabeza, dolor articular y muscular y sobre
todo esta situación de tos seca. El cuadro clínico varía mucho con
respecto al adulto y el niño: en el niño generalmente es mucho más
benigno, es más tolerado, la temperatura se controla más fácilmente.
El experto en salud infantil expone en entrevista con Contralínea
que el niño en edad preescolar y escolar que es cuidado por nanas o
abuelos –comúnmente esa población es la que va a recoger a los niños a
la escuela–, se puede volver “transmisor de la enfermedad a la población
de la tercera edad por ese cariño y ese amor que se le tiene a los
nietos”. Ello, explica, porque en la cultura mexicana se tiene ese
sentido humano de colaboración con los hijos, y por eso muchos abuelos
se cuidan de los infantes.
El doctor Luis Xochihua Díaz advierte
que es en el adulto mayor donde el cuadro clínico se vuelve, aparte de
diferente, peligroso: “se ha visto que los pequeños se vuelven más
trasmisores de la enfermedad con la población más vulnerable”.
Agrega que “el cuadro clínico es muy
similar, pero sobre todo hay que tomar en cuenta que muchos de estos
eventos respiratorios, dependiendo de la evolución, pueden favorecer que
haya una dificultad para respirar y en ese caso los que evolucionan
peor son los adultos de 70 años o más. No se compara el cuadro clínico
de un adolescente, de un preescolar o escolar: es diferente el contexto
del adulto al niño”.
El pediatra infectólogo indica que hay
que ser muy cautos en la interpretación de estos datos clínicos, porque
“no podemos a todo el mundo tomarle muestras, porque cuando se hace un
estudio formal o claro vemos que son estudios caros y no en todos lados
se pueden hacer estos estudios, o luego pueden confundirnos”.
Por ello, recomienda que “lo más
importante es quedarse en casa. Identificar este cuadro clínico y
manejarlo de forma para que sea asintomática y el pequeño tenga más
tolerancia a la temperatura, que no decaiga o tenga alguna otra
complicación clínicamente”.
Respecto de la fase pandémica en la que
se encuentra México, explica que la información del sector salud ya
habla de casos que ya no son importados: ya empieza a haber una
transmisión más comunitaria. Ante esta situación, refiere que “tenemos
que insistir mucho en las medidas de sana distancia y de esta forma
guardarnos un poco en nuestros domicilios para que esta transmisión sea
más lenta y no favorezca que todo el mundo vaya a querer ir al hospital y
se aglomere, junte o acumule la consulta que no es una urgencia. La
población tiene que estar vigilando la presencia de la dificultad para
respirar para poder, en ese momento, acudir a un hospital y que podamos
tener la prueba y hacer el seguimiento específico de este padecimiento,
como es la infección respiratoria por coronavirus y, más, porque la
mortalidad es más elevada con los abuelos”.
-¿Qué recomienda como opciones de
prevención para los niños y cómo hacer para que los menores sigan esas
recomendaciones de salud?
-Todo va de acuerdo a su edad. Nosotros
tenemos que insistir mucho en las medidas de higiene que están rodeando a
los padecimientos respiratorios: evitar estar tocándonos la cara
constantemente, porque las partículas virales que flotan pueden caer en
juguetes, en muebles, y como adultos tenemos que encausar a los pequeños
en actividades de prevención. Estas son medidas que tenemos que tomar
en cuenta para evitar que el niño llegue a contaminarse.
-¿Cómo informarles a los niños dependiendo de su edad sobre el coronavirus?
-Hablar de los niños y los padecimientos
que nos rodean en este caso depende mucho de los grupos de edad; pero
es importante tomar en cuenta que un grupo muy vulnerable son los niños,
sobre todo en esta época contemporánea con la violencia, guerras y toda
una serie de acontecimientos que traen como consecuencia que los
pequeños sufran de muchas maneras. En este caso, es realmente muy
importante que sepan de qué forma dar la información a este núcleo que
tenemos nosotros en la familia.
“Tenemos que ubicarnos en el contexto de
que vayan entendiendo a qué se debe [la pandemia], que cuando escuchan a
los adultos hablar de este problema de coronavirus se pongan tensos o
pongan ciertas actitudes. Uno tiene que explicarles al nivel de
entendimiento de los niños que se trata de una pequeña partícula que
sale cuando tosemos, porque flota el ambiente y que puede introducirse
en nuestro organismo al flotar en este ambiente y causarnos problemas de
este tipo de cuadros gripales, dolor de la garganta y de esta forma
también provocar temperatura.
“Tener el lenguaje de acuerdo al nivel
de entendimiento de los pequeños y también mediante dibujos poderles
explicar que esta partícula viral brinca de cuerpo en cuerpo por las
vías respiratorias. Nosotros debemos tener mucho énfasis en las medidas
de higiene, el lavado de manos y limpiar constantemente los juguetes,
los muebles donde estas pequeñas partículas pueden flotar y caer.”
Hablar con los infantes también implica
decir la verdad. El doctor Luis Xochihua Díaz explica que el diálogo
debe basarse en la veracidad: explicar el pronóstico benigno pero
haciéndoles notar que puede tener un escenario diferente, con un
desenlace fatal. No obstante, indica que es recomendable “mantener un
positivismo en la información con el niño, para que evitemos
preocupación o angustia”.
Ello, en especial cuando ya hay un ser
querido, un abuelo o una persona cercana que está infectada y tenga una
complicación grave, “para que en su momento el niño pueda digerir [la
situación] y saber de los dos escenarios. Habría que tener mucha buena
voluntad para que la información se le dé real, sin caer en ninguna
mentira, contándole sobre los dos desenlaces y dependiendo del rubro de
edad e incluso del género, tenemos que ser un poco mediadores sobre la
información negativa”.
El pediatra infectólogo agrega que la
edad es muy importante, porque un menor de 6 años es diferente al que
tiene 12 años de edad. También recomienda “ver hasta qué nivel pueden
entender y ser prácticos para que él o ella pueda tolerar y solventar el
obstáculo que puede ser una mala noticia o repercusiones que pueden ser
como el insomnio o angustia. Ser cuidadosos y tratar de decir siempre
la verdad, haciendo un poco menor el escenario negativo de acuerdo a la
cercanía con los miembros de la familia”.
Medidas de higiene
En este escenario de pandemia, las medidas de higiene para los menores son las mismas que para los adultos:
-Lavarse las manos frecuentemente con
agua y jabón por al menos 20 segundos, especialmente después de haber
estado en un lugar público, o después del aseo de la nariz, de toser o
estornudar.
-Si no hay agua y jabón fácilmente
disponibles, usar un desinfectante de manos que contenga al menos un 60
por ciento de alcohol. Cubra todas las superficies de las manos y
frótelas hasta que sienta que se secaron.
-Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.
-Evitar el contacto cercano con personas que estén enfermas.
-Mantener un espacio entre usted y las
otras personas de metro y medio para conseguir lo que se ha denominado
como la sana distancia.
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