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Estudiantes repudian visita de EPN a la Ibero.
Foto: Germán Canseco
ÉXICO, DF, 16 de mayo (apro).- Ninguno de los estrategas de la campaña de Enrique Peña Nieto tenía previsto el efecto tan demoledor que han tenido para su candidato las protestas que realizaron los estudiantes de la Universidad Iberoamericana (UIA).
Los peñistas quizá esperaban una reacción violenta de alguna escuela pública, como la UNAM, el Politécnico o la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), pero no de una privada, como ocurrió en viernes 11 en las aulas de esa universidad fundada por la orden de los jesuitas.
Durante varias semanas el candidato presidencial del PRI aplazó el encuentro con los estudiantes de la Ibero al que ya se había comprometido formalmente. Peña Nieto y sus asesores dejaron que pasara el debate presidencial para ver si asistían, dependiendo del resultado del primer encuentro con los otros tres candidatos.
Confiados en las encuestas que lo evaluaron positivamente tras el debate, Peña Nieto y su equipo decidieron asistir a la Ibero y prepararon el terreno mandando de avanzada a sus huestes juveniles para ocupar los mejores espacios del auditorio y opacar con porras y pancartas cualquier intento de protesta en contra del mexiquense.
Pensaron que esto era suficiente, no obstante que un día antes del evento grupos estudiantiles de la Ibero ya enviaban mensajes para ponerse de acuerdo y manifestarse en contra de Peña Nieto, acusándolo de la represión en Atenco y de ser socio político de Carlos Salinas de Gortari.
Montados en la soberbia producida por las encuestas y el apoyo de las televisoras, los peñistas menospreciaron el coraje que tienen los jóvenes estudiantes de esta escuela, cuyas familias de clase media y alta han recibido duramente en los últimos años los severos golpes de la crisis y la violencia. Pronto se dieron cuenta del error.
Después de la rectoría apática y carente de compromiso social, mas no político, de Enrique González Torres –hermano del fundador del PVEM, Jorge González Torres, tío del Niño Verde y pariente del Dr. Simi–, en los últimos años la Universidad Iberoamericana ha retomado su papel social con un padre jesuita, el doctor José Morales Orozco, realizando múltiples actividades de defensoría de los derechos humanos y protección de los periodistas.
Más activos socialmente días antes de la asistencia del candidato del PRI, los alumnos de la Ibero habían recibido con claras muestras de apoyo al candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, quien salió bien librado y en medio de gritos de “¡Presidente!”.
Parecía una paradoja que los alumnos de una escuela privada apoyaran al candidato de la izquierda, pero no lo era tanto si se toma en cuenta que el tabasqueño ya había sido bien recibido con anterioridad en el Tecnológico de Monterrey (ITESM).
Las señales de oposición eran claras para el PRI pero no podían evitar el compromiso y llevaron a Peña Nieto lo mejor ‘blindado’ posible. Sin embargo, no pudieron desplegar los mismos mecanismos de protección que hacen en todos su actos, acorralando a la gente y a la prensa con vallas metálicas, y custodiadas por militares.
Los jóvenes de la Universidad Iberoamericana expresaron lo que un amplio sector de la sociedad piensa de Peña Nieto y el PRI: que representan a un sector corrupto y autoritario de la política mexicana, capaz de aplicar la mano dura contra expresiones de protesta como la de Atenco, o de proteger actos de corrupción como la del exgobernador mexiquense, Arturo Montiel, por cierto tío de Peña Nieto.
Con sus voces de protesta en el auditorio de la universidad, los jóvenes reflejaron el ánimo de inconformidad que los priistas pensaban había desaparecido en la sociedad mexicana por los gobiernos ineficientes del PAN en los últimos años.
Esta inconformidad contra el PRI y su candidato Enrique Peña Nieto ha comenzado a multiplicarse en otros centros escolares, donde el manto poderoso de las televisoras se diluye.
Los mítines anunciados para este fin de semana por las redes sociales en contra de Peña Nieto reflejan que no todo es hojuelas sobre miel para el candidato presidencial priista y tampoco que el camino a Los Pinos ya está allanado por las televisoras.
Falta la mitad de la campaña presidencial y las últimas expresiones de protesta de los jóvenes universitarios es un llamado de atención a la adormecida conciencia social y a los priistas que pensaban que la victoria ya estaba amarrada bajo el canto de las sirenas de una millonaria campaña publicitaria de seis años.
Fuente
Foto: Germán Canseco
ÉXICO, DF, 16 de mayo (apro).- Ninguno de los estrategas de la campaña de Enrique Peña Nieto tenía previsto el efecto tan demoledor que han tenido para su candidato las protestas que realizaron los estudiantes de la Universidad Iberoamericana (UIA).
Los peñistas quizá esperaban una reacción violenta de alguna escuela pública, como la UNAM, el Politécnico o la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), pero no de una privada, como ocurrió en viernes 11 en las aulas de esa universidad fundada por la orden de los jesuitas.
Durante varias semanas el candidato presidencial del PRI aplazó el encuentro con los estudiantes de la Ibero al que ya se había comprometido formalmente. Peña Nieto y sus asesores dejaron que pasara el debate presidencial para ver si asistían, dependiendo del resultado del primer encuentro con los otros tres candidatos.
Confiados en las encuestas que lo evaluaron positivamente tras el debate, Peña Nieto y su equipo decidieron asistir a la Ibero y prepararon el terreno mandando de avanzada a sus huestes juveniles para ocupar los mejores espacios del auditorio y opacar con porras y pancartas cualquier intento de protesta en contra del mexiquense.
Pensaron que esto era suficiente, no obstante que un día antes del evento grupos estudiantiles de la Ibero ya enviaban mensajes para ponerse de acuerdo y manifestarse en contra de Peña Nieto, acusándolo de la represión en Atenco y de ser socio político de Carlos Salinas de Gortari.
Montados en la soberbia producida por las encuestas y el apoyo de las televisoras, los peñistas menospreciaron el coraje que tienen los jóvenes estudiantes de esta escuela, cuyas familias de clase media y alta han recibido duramente en los últimos años los severos golpes de la crisis y la violencia. Pronto se dieron cuenta del error.
Después de la rectoría apática y carente de compromiso social, mas no político, de Enrique González Torres –hermano del fundador del PVEM, Jorge González Torres, tío del Niño Verde y pariente del Dr. Simi–, en los últimos años la Universidad Iberoamericana ha retomado su papel social con un padre jesuita, el doctor José Morales Orozco, realizando múltiples actividades de defensoría de los derechos humanos y protección de los periodistas.
Más activos socialmente días antes de la asistencia del candidato del PRI, los alumnos de la Ibero habían recibido con claras muestras de apoyo al candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, quien salió bien librado y en medio de gritos de “¡Presidente!”.
Parecía una paradoja que los alumnos de una escuela privada apoyaran al candidato de la izquierda, pero no lo era tanto si se toma en cuenta que el tabasqueño ya había sido bien recibido con anterioridad en el Tecnológico de Monterrey (ITESM).
Las señales de oposición eran claras para el PRI pero no podían evitar el compromiso y llevaron a Peña Nieto lo mejor ‘blindado’ posible. Sin embargo, no pudieron desplegar los mismos mecanismos de protección que hacen en todos su actos, acorralando a la gente y a la prensa con vallas metálicas, y custodiadas por militares.
Los jóvenes de la Universidad Iberoamericana expresaron lo que un amplio sector de la sociedad piensa de Peña Nieto y el PRI: que representan a un sector corrupto y autoritario de la política mexicana, capaz de aplicar la mano dura contra expresiones de protesta como la de Atenco, o de proteger actos de corrupción como la del exgobernador mexiquense, Arturo Montiel, por cierto tío de Peña Nieto.
Con sus voces de protesta en el auditorio de la universidad, los jóvenes reflejaron el ánimo de inconformidad que los priistas pensaban había desaparecido en la sociedad mexicana por los gobiernos ineficientes del PAN en los últimos años.
Esta inconformidad contra el PRI y su candidato Enrique Peña Nieto ha comenzado a multiplicarse en otros centros escolares, donde el manto poderoso de las televisoras se diluye.
Los mítines anunciados para este fin de semana por las redes sociales en contra de Peña Nieto reflejan que no todo es hojuelas sobre miel para el candidato presidencial priista y tampoco que el camino a Los Pinos ya está allanado por las televisoras.
Falta la mitad de la campaña presidencial y las últimas expresiones de protesta de los jóvenes universitarios es un llamado de atención a la adormecida conciencia social y a los priistas que pensaban que la victoria ya estaba amarrada bajo el canto de las sirenas de una millonaria campaña publicitaria de seis años.
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