A tres años… oxígeno puro en el SME

Revista Siempre!
 
Ampara tribunal a sindicalistas y avala patrón sustituto
 
Martín Esparza Flores


Al cumplirse tres años del injustificado despido de los 44 mil trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro, los oscuros trasfondos de la hoy aprobada contrarreforma laboral salen a la superficie trayendo consigo la irresponsabilidad e insensibilidad sociales que han privado en el actual gobierno, donde las exigencias de la clase empresarial terminaron por imponerse en contra de los principios protectores, en materia laboral, de millones de mexicanos.

Ensoberbecidos por su talante victoria ante un dócil Congreso, los patrones quieren todo a su favor y exigen una flexibilización absoluta ante la ausencia de contrapesos políticos, sobre todo de los priistas que al votar por consigna le dieron la espalda a sus documentos básicos y a su plataforma política, por mantener a salvo los derechos de la clase trabajadora consagrados en el artículo 123 constitucional. Con su actitud, el PRI terminó por traicionar a quienes sufragaron a su favor el pasado primero de julio.

No puede pasar inadvertido que en esta estrategia antilaboral del calderonismo estuvo inscrita la feroz tentativa oficial por acabar con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), con el evidente fin de que la organización gremial con más raigambre e independencia del país no fuera un factor de resistencia vivo y actuante. Y si bien con la complacencia de los senadores, la infamia legislativa terminará por consumarse, ni Calderón ni los panistas podrán aún echar las campanas al vuelo en su intención por atropellar sin el menor miramiento el futuro laboral de las nuevas generaciones de mexicanos.

La reciente publicación del amparo directo a favor del SME por el Segundo Tribunal Colegiado en Material de Trabajo del Primer Circuito viene a demostrar de lo que es capaz un sindicato que no ha bajado ni bajará la guardia en la defensa de sus derechos.

El tribunal califica en su resolución como injustificado el despido de que fuimos objeto los electricistas por parte de las autoridades federales, y obliga a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) a emitir el laudo donde se reconozca la existencia del patrón sustituto, así como la salvaguarda de los derechos de nuestros compañeros en su etapa de jubilación.

Es este sindicalismo combativo y vertical el que se intenta atacar con la contrarreforma laboral que más allá de buscar acrecentar la competitividad, como lo pregonan los empresarios, incrementará el hambre y la miseria de millones de mexicanos al privarlos de un salario digno, una estabilidad laboral y el acceso a los beneficios de la seguridad social como lo son la atención médica y el derecho a la vivienda.

No conformes con la legalización del outsourcing, los empresarios quieren todas las garantías para que las nuevas generaciones de trabajadores sean por siempre eventuales, contratados por temporada según las necesidades de producción de sus empresas.

Su sueño dorado es poder realizar, con la mano en la cintura, injustificados  despidos como el del 11 de octubre del 2009 en contra de los 44 mil trabajadores del SME.

La victoria legal del SME es oxígeno puro en los renovados bríos de la lucha de los sindicatos independientes por la defensa de los que menos tienen.

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