Miles de maestros impiden que diputados sesionen en San Lázaro
Mitin de profesores disidentes durante el plantón frente al Palacio LegislativoFoto Francisco Olvera
Laura Poy y Arturo Jiménez
Periódico La Jornada
Jueves 22 de agosto de 2013, p. 3
Jueves 22 de agosto de 2013, p. 3
Miles de maestros de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE) cercaron la Cámara de Diputados en
rechazo a la aprobación de las leyes secundarias de la reforma
educativa, e impidieron que el periodo extraordinario de sesiones del
Congreso se instalara en esa sede, lo que obligó a los legisladores a
trasladar el inicio de los trabajos al Senado y de ahí continuar el
proceso parlamentario de los diputados en el Centro Banamex.
El bloqueo –que incluyó el perímetro del Palacio de Justicia Federal e
instalaciones vecinas de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina–
comenzó desde las 4 de la madrugada de este miércoles en una
‘‘operación hormiga’’ del Zócalo a San Lázaro, y concentró a lo largo de
la jornada entre 15 mil y 20 mil docentes inconformes de Oaxaca,
Michoacán, Distrito Federal, estado de México, Veracruz, Morelos,
Chiapas, Guerrero y Puebla, entre otros estados.
En una acción coordinada, con la que por primera vez en los años
recientes una protesta social logró impedir la instalación de una sesión
extraordinaria del Congreso, los mentores disidentes acordaron mantener
campamentos tanto en la Plaza de la Constitución como en la sede
parlamentaria, luego de rechazar la propuesta de los diputados de
liberar las instalaciones a cambio de no discutir la iniciativa de Ley
del Servicio Profesional Docente, que normaría la recién aprobada
reforma educativa.
Los integrantes de la disidencia presentaron una contrapropuesta para
desechar los tres dictámenes, es decir, la ya mencionada, la Ley del
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, y la reforma a la
Ley General de Educación, pues demandaron la convocatoria a una
consulta nacional para una legislación consensuada.
A las 4 de la madrugada, en los alrededores de San Lázaro ya se
encontraban unos mil 500 profesores. Poco a poco fueron llegando
pequeños grupos de 5, 10 y hasta 20 mentores, y parecía imposible que
pudieran construir un cinturón humano que impidiera el ingreso no sólo
de los legisladores, sino de todo el personal administrativo, de apoyo y
de asesoría.
Adentro de San Lázaro sólo se veían de vez en cuando algunos
contingentes de la Policía Federal. Pero en la esquina de Congreso de la
Unión y la calle Sidar y Rovirosa estaba medio centenar de elementos de
seguridad, que al paso de las horas quedó también cercado por los miles
de inconformes.
Los que rompieron un poco ese flujo ‘‘por goteo’’ fueron los maestros
de Michoacán, quienes después de las 9 de la mañana arribaron en diez
camiones para concentrarse en la parte sur del cerco. Algunos diputados,
en su afán por ingresar a la Cámara, incluso enviaban a sus choferes
para tratar de mediar con los mentores su posible acceso, lo que era
negado.
Igual experiencia, pero sin chofer, vivieron secretarias,
asesores, asistentes y personal de apoyo, entre otros, quienes debieron
volver sobre sus pasos.
El ‘‘traslado hormiga’’ comenzó desde el Zócalo a través de las
calles que van al poniente, como Moneda y Corregidora, aunque un
contingente de la sección 9 del Distrito Federal partió de 20 de
Noviembre, dobló en Fray Servando y enfiló hasta avenida Congreso de la
Unión, donde a las 11 horas se sumó a los que ya eran miles de
manifestantes.
En la Plaza de la Constitución sólo se habían quedado los laberintos
de lonas y tiendas de campaña, los anafres con corundas michoacanas y
tlayudas oaxaqueñas, las ollas de café y una retaguardia de 20 por
ciento del magisterio disidente.
Poco antes de las 11 de la mañana, Juan José Ortega Madrigal, líder
de la sección 18 de Michoacán, confirmaba todo lo anterior. ‘‘Es una
acción sin precedentes, no ha logrado ingresar ningún diputado, no se
instalará la sesión extraordinaria. El presidente Enrique Peña Nieto
debería tener un gesto de humildad y congruencia y no intentar imponer
una reforma educativa que es rechazada por los maestros’’.
En ese tono se dieron las declaraciones y participaciones en el mitin
y las diversas microasambleas realizadas luego de la reunión en un
hotel cercano a San Lázaro, entre la dirigencia de la CNTE e integrantes
de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.
Pese a que los legisladores abrieron un receso para que los líderes
de la sección 22 de Oaxaca, Rubén Núñez Ginés; Francisco Bravo, de la
sección 9, y el propio Ortega Madrigal consultaran con las bases
magisteriales la propuesta ya citada, la respuesta fue contundente: la
instalación de decenas de casas de campaña y lonas a todo lo largo del
cerco, que incluía las avenidas Eduardo Molina, Emiliano Zapata,
Congreso de la Unión, Cecilio Robelo e Ignacio Zaragoza.
Mientras los legisladores acordaban la instalación del periodo
extraordinario en la Cámara de Senadores, como sede alterna, en las
mencionadas calles se realizaba una réplica de los campamentos del
Zócalo.
Mientras algunos maestros y maestras comían y otros realizaban nuevas
mantas, dormían, leían o bordaban, unos más platicaban, recorrían el
cerco o, como un grupo de jóvenes dentro de una enorme tienda,
simplemente echaban relajo. Entre los nuevos carteles se leían consignas
como: ‘‘Congreso, no tienes palabra, traicionas a tu pueblo’’.
Hasta el cierre de esta edición, la dirección política de la CNTE se
encontraba reunida en asamblea nacional representativa en las
instalaciones de la sección 9 del Distrito Federal, atentos a las
decisiones de los diputados en el Centro Banamex.
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