El Cártel de la Electricidad, más voraz que los huachicoleros
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Autor:
Martin Esparza
La lista de
exfuncionarios relacionados con el saqueo y desmantelamiento de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE), dada a conocer por su director
general Manuel Bartlett Díaz, es apenas una muestra de la extensa cadena
de latrocinios cometidos en más de dos décadas por el Cártel de la Electricidad que tuvo su mayor auge en los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.
La caja negra de la CFE guarda
infinidad de sorpresas sobre los contratos y licitaciones otorgados al
amparo de la corrupción e impunidad que no sólo saquearon los estados
financieros de la exparaestatal, sino desmantelaron el Sistema Eléctrico
Nacional al otorgar más de la mitad de la generación de energía a
empresas trasnacionales con las que se firmaron contratos para la compra
de electricidad. Un negocio redondo para unos cuantos donde el país
salió perdiendo en todos los sentidos.
El actual director de CFE señaló en la
lista de saqueadores a personajes como el exasesor de Carlos Salinas, el
francés José María Córdova Montoya, promotor de los cambios legales
que abrieron el sector eléctrico a la iniciativa privada y a las
empresas extranjeras con las modificaciones a la Ley del Servicio
Público de Energía Eléctrica (LSPEE). Desde entonces participó en el
negocio de la electricidad y tiene la empresa Proveedora de Servicios de
Energía, SA de CV, que todavía actúa en el país, a decir de Bartlett.
Figura también Jesús Reyes Heroles
González Garza, que fue secretario de Energía y director general de
Pemex en la administración de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Felipe
Calderón; ha sido participante en grandes empresas y consejos
consultivos de energía, como Energy Intelligence Group, Morgan Stanley
Energy Partners, Mitsui de México.
Carlos Ruiz Sacristán, secretario de
Comunicaciones y Transportes con Ernesto Zedillo, es presidente y
director general del consejo de administración de la empresa IEnova, que
tiene ver con muchas actividades de generación de electricidad,
asociada con intereses privados y participa precisamente en el problema
de los ductos con contratos leoninos.
Entre los citados por el titular de la
CFE se encuentra además Luis Téllez, secretario de Energía y secretario
de Comunicaciones y Transportes en los gobiernos de Ernesto Zedillo y
Felipe Calderón; asesor de empresas extranjeras como Kravis Roberts.
En primera fila ubicó Bartlett Díaz al
expresidente Felipe Calderón Hinojosa, secretario de Energía de Vicente
Fox y consejero independiente de la empresa Avangrid; también Georgina
Kessel Martínez, secretaría de Energía de Calderón y actualmente
directora de Iberdrola México.
Jordy Herrera Flores, secretario de
Energía con Calderón, consultor de Energía y bróker. A través de una
serie de empresas ha trabajado al servicio en diversas actividades de
generación privada. Otro es Alejandro Fleming Kauffman, jefe de unidad
de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Energía en el sexenio de
Calderón y miembro de los consejos de Iberdrola México e Iberdrola
México Renovables.
Y por supuesto en el listado de Bartlett
no pudo faltar Alfredo Elías Ayub, exdirector general de CFE durante
los sexenios de Zedillo, Fox y Calderón, y consejero independiente de
Avangrid.
Este personaje encabezó por casi dos décadas el Cártel de la Electricidad
y fue cómplice tanto de la desatada corrupción como del
desmantelamiento de CFE y la firma de los contratos para la compra de
energía con empresas extranjeras a las que la Comisión Reguladora de
Energía (CRE) les otorgó 772 permisos de generación.
Ahora que su nombre salió a relucir como
uno de los principales responsables de la deplorable condición
financiera de la CFE y la entrega de la mitad de la generación de
electricidad a multinacionales, Calderón se dice ofendido, pero vale la
pena recordarle que siendo presidente desoyó las denuncias presentadas
en su momento por miembros de la Comisión de Energía de la LX
Legislatura, que en agosto de 2009 –2 meses antes de que emitiera su
autoritario decreto de Extinción de Luz y Fuerza del Centro–, le
advirtieron en un fundamentado análisis sobre la galopante corrupción
de la mal nombrada “empresa de clase mundial”.
Es impostergable adoptar decisiones que
pongan freno al insaciable apetito de funcionarios que ven en un puesto o
encargo público la mejor oportunidad de hacer negocios y enriquecerse a
costa del erario público, le expresó el diputado Cuauhtémoc Velasco
Oliva al hacerle llegar un voluminoso expediente sobre incontables actos
de corrupción y tratos comerciales sostenidos por CFE, con aval de
Elías Ayub, para empresas señaladas de evasión fiscal por las
autoridades hacendarias.
Pero lejos de atender las alertas del
Congreso, Calderón permitió que vía la CRE se otorgara un total de 772
permisos de generación de energía a empresas extranjeras como Iberdrola,
y CFE garantizaba su compra.
Calderón tampoco atendió las
recomendaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que en
el análisis de la Cuenta Pública 2009 le hizo notar que estos permisos
ya le habían costado al país 268 mil millones de pesos, siendo
contrarios al interés nacional.
El órgano auditor, señaló: “Los
permisionarios tampoco corren riesgo debido a que venden la electricidad
comprometida a la CFE y aunque se presenten paros y haya una menor
demanda del energético, la paraestatal tiene que colocar los excedentes
al costo que sea necesario”. Los permisos otorgados por Fox y Calderón y
los contratos de compra de energía a firmas como Iberdrola, EDF
International, Unión Fenosa, Mitsubishi, Intergen, Mitsui, TransAlta,
EDFI y AES, le costarán al país en los próximos 25 años 1.6 billones de
pesos.
Esta desnacionalización de la industria
eléctrica incluyó el autoritario e ilegal cierre de Luz y Fuerza del
Centro bajo el argumento de representar una carga a las finanzas
públicas al subsidiarla por “improductiva”. La ASF desmintió en su
momento a Calderón, al establecer que mientras LFC recibió de 2001 a
2009 subsidios por 248 mil millones de pesos, la CFE obtuvo por el mismo
concepto 563 mil millones en el mismo periodo. De hecho, el haber
subutilizado sus plantas de generación para comprar su energía las
empresas privadas, fue colocando a la Comisión Federal en una
insalvable quiebra técnica.
Como se aprecia ahora, los gobiernos
neoliberales siempre tuvieron en mente desnacionalizar y desmantelar la
industria eléctrica nacional. Los costos son muy altos y son
imprescindibles auditorías internas y externas para castigar a los
responsables de esta encubierta traición a la patria y llevarlos ante la
justicia. Todos ellos formaron parte del Cártel de la Electricidad tanto o más voraz que el de los huachicoleros.
Martín Esparza*Fuente
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