El hidrógeno verde: puerta a la descarbonización de la economía

 

hidrogeno

Todavía desconocido por muchos, el hidrógeno verde se ha convertido en los últimos años en una de las alternativas más efectivas para avanzar hacia la descarbonización del planeta

Este es uno de los objetivos principales de la mayoría de países del mundo para 2050 e imprescindible en un país tradicionalmente dependiente de los combustibles fósiles como México.

El hidrógeno verde es una energía limpia que se obtiene tras descarbonizar el hidrógeno, que se estima que es responsable en la actualidad del 2 % de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) en el mundo.

Impulsar las energías limpias es imprescindible en un planeta en el que cada vez se usa más la electricidad.

Y también en México, pues según el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), se estima un crecimiento del consumo final de electricidad (GWh) del 3,2 % anual en promedio hasta el 2035, superior al pronóstico de alza del PIB por año durante ese mismo periodo.

De esta manera, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) pasaría de un consumo bruto de 328,213 gigavatio-hora (GWh) en 2021 a uno de 480,396 GWh para 2035, según pronósticos del Cenace.

Ante la evidente necesidad de más energía: ¿qué se puede hacer para que esta no contamine?

La electrólisis: ¿cómo se obtiene el hidrógeno verde?

Conformado por un protón y un electrón, el hidrógeno es el elemento químico más simple que existe, y el más abundante, en el universo. Aunque casi nunca se encuentra aislado sino que se junta con otros elementos y forma moléculas más complejas, como el agua (H2O).

El hidrógeno se puede usar como combustible y tiene la ventaja de que libera energía sin emitir gases contaminantes porque la reacción con el oxígeno durante la combustión es muy limpia, generando vapor de agua.

El hidrógeno tiene múltiples utilidades; movilidad, combustibles, generación de electricidad e incluso licuefacción y exportación.

Pero ello no implica que el hidrógeno sea limpio si durante el proceso de obtención -en la que se separa de otros elementos- se utilizan fuentes sucias.

Por ello hay hidrógeno marrón o negro (proveniente de la gasificación del carbón), gris (proveniente del metano o gas natural) e incluso azul (cuando se usan nuevas tecnologías para captura el carbono liberado).

Pero existe el llamado hidrógeno verde, que se obtiene por electrólisis. Este proceso consiste en la ruptura del agua lograda a partir de fuentes renovables, descomponiendo las moléculas de agua (H2O) en hidrógeno y oxígeno.

Antes de arrancar con el proceso, el agua utilizada para la electrólisis debe contener sales y minerales para conducir la electricidad.

Si en este proceso de electrólisis se usa electricidad de fuentes renovables, se producirá nuevamente energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera.

Es decir, con cero emisiones y en sintonía con el Acuerdo de París, del que México forma parte desde 2016.

Pionera en el sector

Con el objetivo de colocarse en la vanguardia de la transición energética, Iberdrola encabeza el desarrollo del hidrógeno verde con más de 60 proyectos en ocho países (España, Reino Unido, Brasil, Estados Unidos, entre otros) para responder a las necesidades de descarbonización del mundo.

Dentro del plan de inversión a 2030 de Iberdrola, que alcanza los 150.000 millones de euros, el hidrógeno verde será un gran vector de crecimiento porque se deberán invertir al menos 9.000 millones de euros hasta esa fecha en electrolizadores.

Con más de dos décadas de presencia en México, Iberdrola busca alternativas energéticas en beneficio del medioambiente y la generación eficiente de electricidad limpia a través de sus proyectos eólicos y fotovoltaicos.

Actualmente, las instalaciones de energía renovable de Iberdrola en México suman 10 parques; 7 de energía eólica (693 MW) y 3 de fotovoltaicos (470 MW), que aprovechan la excelente radiación solar del país, así como sus vientos, en estados como Puebla, Oaxaca, Guanajuato, San Luis Potosí y Sonora.

Smart Solar: paneles inteligentes

Smart Solar nació con la finalidad de ayudar a las empresas a contar con los beneficios que traen consigo los sistemas fotovoltaicos dentro de sus instalaciones y sin la necesidad de realizar fuertes inversiones requeridas para este tipo de proyectos.

Este programa se encarga de diseñar, construir e instalar un sistema fotovoltaico en las instalaciones de la compañía que lo requiera, permitiendo así generar energía para su autoconsumo.

Bajo el esquema Smart Solar, las compañías pueden destinar una superficie que normalmente no es aprovechada, como el techo de sus instalaciones, para reducir tanto su factura eléctrica mediante el autoconsumo como su huella de carbono.

Y todo ello sin la necesidad de realizar fuertes inversiones, ya que los riesgos tecnológicos y financieros asociados a la implementación de este tipo de proyectos se trasladan a Iberdrola.

El valor agregado de iniciativas como Smart Solar, así como del resto de las soluciones de la compañía, buscan justamente brindar a los clientes herramientas para ser más competitivos sin que esto represente un costo adicional para ellos.

 

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