Las cuentas alegres (para abusos) de CFE
Álvaro Cepeda Neri
Tras la atropellada liquidación de Luz y Fuerza del Centro, más como venganza de Calderón contra la cúpula sindical, que para racionalizar el servicio de la Comisión Federal de Electricidad, los usuarios de todo el país sufrimos la ineficacia (cortes, lentas reparaciones y, sobre todo, cobros abusivos), y sin otras opciones para contratar electricidad, debemos someternos a ese monopolio... ¡cuando Calderón acaba de expedir nuevas normas para la competencia! Estas medidas son para molestar a Carlos Slim Helú, el multimillonario número uno del mundo capitalista, pero ni siquiera le ha causado un raspón a su imponente imperio, que se extiende desde Washington a la Patagonia.
Pues bien. El enloquecido secretario del Trabajo (administrando a favor de patrones y empresarios que tienen a los trabajadores, por los miserables salarios, como esclavos) y el inquilino de Los Pinos, tramaron en sigilo, liquidar a la empresa paraestatal LyFC, entregándole a la CFE lo que hacía aquella. No les importó llevarse entre las patas a quienes laboraban en la primeramente citada, dizque planteándoles la alternativa de entregarles su liquidación y, a los que la rechazaran se fueran a la huelga. Se trataba del clásico garrote y la zanahoria. Menos de la mitad optó por aceptar la liquidación y los otros continúan en pie de lucha.
Tampoco les importó que los cautivos usuarios quedaran al garete en medio del picadísimo conflicto. Empezaron los cortes de energía y las tardanzas en restituirla, ya que la Comisión Federal de Electricidad no se daba abasto por la falta de personal y porque éstos ignoraban dónde localizar las fallas, no obstante su pericia. No llegaron, en dos meses los recibos para pagar (con cortes y fallas) el consumo. A los tres meses empezaron, sin tomar el registro en los medidores, la CFE envió los cobros al arbitrio de los nuevos concesionarios. Van ya entre cuatro y cinco de ellos que llegan a los domicilios y son cobros excesivos.
Y para aclarar deben los usuarios desempeñarse como empleados de la CFE, tratando de que la empresa (al parecer de Calderón y Lozano) frene sus abusos con sus cuentas alegres en sus tarifas. Con todo, no hay manera de que CFE pare esos abusos que llevan implícitas las amenazas cumplidas de cortes en el suministro del servicio que sigue con súbitas interrupciones que llevan pérdidas mayores en los usuarios (con la falta de refrigeración de alimentos y medicinas; horas perdidas en las oficinas por la falta del fluido eléctrico y oscuridad en los hogares en las horas más urgidas de luz artificial y otras más como la carencia del servicio en hospitales y comercios. CFE como patrón sustituto de más de 30 mil trabajadores que fueron de LyFC, no ha cumplido y sus movilizaciones se suman al hervidero de manifestaciones que irrumpen por todo el país. Los usuarios de CFE no tienen más salida que pagar los cobros abusivos, que se suman a las alzas de precios, que están irritando a los mexicanos para aumentar lo explosivo de la crisis general.
cepedaneri@prodigy.net.mx
Fuente
Tras la atropellada liquidación de Luz y Fuerza del Centro, más como venganza de Calderón contra la cúpula sindical, que para racionalizar el servicio de la Comisión Federal de Electricidad, los usuarios de todo el país sufrimos la ineficacia (cortes, lentas reparaciones y, sobre todo, cobros abusivos), y sin otras opciones para contratar electricidad, debemos someternos a ese monopolio... ¡cuando Calderón acaba de expedir nuevas normas para la competencia! Estas medidas son para molestar a Carlos Slim Helú, el multimillonario número uno del mundo capitalista, pero ni siquiera le ha causado un raspón a su imponente imperio, que se extiende desde Washington a la Patagonia.
Pues bien. El enloquecido secretario del Trabajo (administrando a favor de patrones y empresarios que tienen a los trabajadores, por los miserables salarios, como esclavos) y el inquilino de Los Pinos, tramaron en sigilo, liquidar a la empresa paraestatal LyFC, entregándole a la CFE lo que hacía aquella. No les importó llevarse entre las patas a quienes laboraban en la primeramente citada, dizque planteándoles la alternativa de entregarles su liquidación y, a los que la rechazaran se fueran a la huelga. Se trataba del clásico garrote y la zanahoria. Menos de la mitad optó por aceptar la liquidación y los otros continúan en pie de lucha.
Tampoco les importó que los cautivos usuarios quedaran al garete en medio del picadísimo conflicto. Empezaron los cortes de energía y las tardanzas en restituirla, ya que la Comisión Federal de Electricidad no se daba abasto por la falta de personal y porque éstos ignoraban dónde localizar las fallas, no obstante su pericia. No llegaron, en dos meses los recibos para pagar (con cortes y fallas) el consumo. A los tres meses empezaron, sin tomar el registro en los medidores, la CFE envió los cobros al arbitrio de los nuevos concesionarios. Van ya entre cuatro y cinco de ellos que llegan a los domicilios y son cobros excesivos.
Y para aclarar deben los usuarios desempeñarse como empleados de la CFE, tratando de que la empresa (al parecer de Calderón y Lozano) frene sus abusos con sus cuentas alegres en sus tarifas. Con todo, no hay manera de que CFE pare esos abusos que llevan implícitas las amenazas cumplidas de cortes en el suministro del servicio que sigue con súbitas interrupciones que llevan pérdidas mayores en los usuarios (con la falta de refrigeración de alimentos y medicinas; horas perdidas en las oficinas por la falta del fluido eléctrico y oscuridad en los hogares en las horas más urgidas de luz artificial y otras más como la carencia del servicio en hospitales y comercios. CFE como patrón sustituto de más de 30 mil trabajadores que fueron de LyFC, no ha cumplido y sus movilizaciones se suman al hervidero de manifestaciones que irrumpen por todo el país. Los usuarios de CFE no tienen más salida que pagar los cobros abusivos, que se suman a las alzas de precios, que están irritando a los mexicanos para aumentar lo explosivo de la crisis general.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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