Jesusa cuestiona “la falta de eficacia de los artistas en un régimen autoritario”
Tania Molina Ramírez
Periódico La Jornada
Sábado 17 de julio de 2010, p. a16
Jesusa Rodríguez alzó un ejemplar de La Jornada de este viernes y lo usó como ejemplo: en la contraportada aparecía una entrevista con Diana Taylor, reconocida investigadora del performance, quien ese día compartía mesa con ella, y en la portada estaba la imagen de Cayetano Cabrera, uno de los electricistas en huelga de hambre, en el día 82 de su ayuno. “Es uno de los performances más tristes que hayamos visto”, dijo la actriz y cuestionó “la falta de eficacia de los artistas ante un régimen autoritario”. Se entiende que se incluía ella misma.
Rodríguez contrastó cómo en el caso del huelguista cubano Guillermo Fariñas los intelectuales criticaron al régimen cubano y cómo con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) “no hemos visto la reacción de los intelectuales mexicanos”.
Diana Taylor, directora del Instituto Hemisférico de Performance y Política, en Nueva York, acababa de describir, en su intervención durante la mesa redonda sobre arte y política, cómo acciones del tipo de las realizadas por las Madres de Mayo en Argentina son performances. La huelga de hambre de los integrantes del SME y el plantón por el recuento de votos en 2006 también se pueden describir como tales.
Taylor dijo que, por ejemplo, la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador, como presidente de la nación, fue un performance. Si bien no fue real, en el sentido en que no fue una verdadera toma de posesión, sí había una esencia de verdad en ese acto, aclaró a La Jornada al finalizar la plática. Hay verdad en el performance, aunque no sea real.
La actriz mexicana se mostró profundamente preocupada de que frente al “miedo cotidiano” que se vive en México, y “la gran depresión” que se sufre como sociedad, por la situación política, económica y social, la sociedad sea incapaz de lograr cambios profundos.
“Estamos asistiendo a la muerte lenta de un trabajador y no estamos pudiendo hacer nada, ni los artistas ni los intelectuales”, ni nadie más, dijo Rodríguez en la charla que se llevó a cabo este viernes en la Universidad del Claustro de Sor Juana, como parte del Festival Internacional de Cabaret.
Advirtió que a fin de cuentas, “mientras no cambiemos al Estado, por más que hagamos protestas no conseguiremos nada”.
La artista, cofundadora de Resistencia Creativa, iniciativa de artistas surgida en defensa del voto en 2006, advirtió que parte del problema es que hay pocos creadores “dispuestos a perder su capital artístico por estar ahí” (en luchas sociales). “¿Dónde están todos los que podrían estar haciendo acciones?”.
Lanzó más preguntas relacionadas: “¿De qué sirve hacer cabaret si estamos frente a esta realidad? ¿Hasta qué punto está siendo eficaz el performance en México?”
Rodríguez dijo que “como nos imponen una realidad” a través de la mayoría de los medios electrónicos, “en todas las áreas -no sólo en el cabaret –del cual se le había cuestionado– deberíamos de estar alertados” acerca de lo que en realidad está ocurriendo en el país.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, con un público de unas 50 personas, conformado sobre todo por artistas y activistas, planteó que “al cabaret hay que meterle academia y calle”. O sea, hay que estudiar y salir a la calle.
Fuente
Periódico La Jornada
Sábado 17 de julio de 2010, p. a16
Jesusa Rodríguez alzó un ejemplar de La Jornada de este viernes y lo usó como ejemplo: en la contraportada aparecía una entrevista con Diana Taylor, reconocida investigadora del performance, quien ese día compartía mesa con ella, y en la portada estaba la imagen de Cayetano Cabrera, uno de los electricistas en huelga de hambre, en el día 82 de su ayuno. “Es uno de los performances más tristes que hayamos visto”, dijo la actriz y cuestionó “la falta de eficacia de los artistas ante un régimen autoritario”. Se entiende que se incluía ella misma.
Rodríguez contrastó cómo en el caso del huelguista cubano Guillermo Fariñas los intelectuales criticaron al régimen cubano y cómo con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) “no hemos visto la reacción de los intelectuales mexicanos”.
Diana Taylor, directora del Instituto Hemisférico de Performance y Política, en Nueva York, acababa de describir, en su intervención durante la mesa redonda sobre arte y política, cómo acciones del tipo de las realizadas por las Madres de Mayo en Argentina son performances. La huelga de hambre de los integrantes del SME y el plantón por el recuento de votos en 2006 también se pueden describir como tales.
Taylor dijo que, por ejemplo, la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador, como presidente de la nación, fue un performance. Si bien no fue real, en el sentido en que no fue una verdadera toma de posesión, sí había una esencia de verdad en ese acto, aclaró a La Jornada al finalizar la plática. Hay verdad en el performance, aunque no sea real.
La actriz mexicana se mostró profundamente preocupada de que frente al “miedo cotidiano” que se vive en México, y “la gran depresión” que se sufre como sociedad, por la situación política, económica y social, la sociedad sea incapaz de lograr cambios profundos.
“Estamos asistiendo a la muerte lenta de un trabajador y no estamos pudiendo hacer nada, ni los artistas ni los intelectuales”, ni nadie más, dijo Rodríguez en la charla que se llevó a cabo este viernes en la Universidad del Claustro de Sor Juana, como parte del Festival Internacional de Cabaret.
Advirtió que a fin de cuentas, “mientras no cambiemos al Estado, por más que hagamos protestas no conseguiremos nada”.
La artista, cofundadora de Resistencia Creativa, iniciativa de artistas surgida en defensa del voto en 2006, advirtió que parte del problema es que hay pocos creadores “dispuestos a perder su capital artístico por estar ahí” (en luchas sociales). “¿Dónde están todos los que podrían estar haciendo acciones?”.
Lanzó más preguntas relacionadas: “¿De qué sirve hacer cabaret si estamos frente a esta realidad? ¿Hasta qué punto está siendo eficaz el performance en México?”
Rodríguez dijo que “como nos imponen una realidad” a través de la mayoría de los medios electrónicos, “en todas las áreas -no sólo en el cabaret –del cual se le había cuestionado– deberíamos de estar alertados” acerca de lo que en realidad está ocurriendo en el país.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, con un público de unas 50 personas, conformado sobre todo por artistas y activistas, planteó que “al cabaret hay que meterle academia y calle”. O sea, hay que estudiar y salir a la calle.
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