Los directores del Cobaep son sustituidos por cuadros del PAN
FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA
Por más que intente el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Luis Maldonado Venegas, legitimar la escalada violenta contra el Sindicato Único de Trabajadores del Colegio de Bachilleres de Puebla (Sutcobp) y su líder Refugio Rivas Corona, persisten las evidencias de que se trata de un movimiento de carácter político, sin sustento jurídico y sin ningún proyecto de mejora académica para la institución, ya que los nuevos directores de planteles, en varios casos, son personajes que se seleccionaron por ser miembros o simpatizantes del Partido Acción Nacional (PAN).
A lo largo de los últimos días el gobierno del estado ha desplegado un discurso para intentar acusar al Sutcobp de todos los males del Colegio de Bachilleres (Cobaep), la cual es una actitud similar a la que uso la administración de Felipe Calderón contra el Sindicato Mexicano de Electricistas, al que señalaba de ser responsable de todos los males de la Compañía Luz y Fuerza del Centro y de esa manera ocultar los vicios de los directivos que pasaron por dicha paraestatal. Sin embargo, cada argumento que se ha utilizado contra el Sutcobp puede ser rebatido. Veamos tres ejemplos.
1. De manera inédita y autoritaria el gobierno del estado mandó a la fuerza pública a los 37 planteles del Cobaep para notificar la destitución de 71 directores y subdirectores. Al respecto, Luis Maldonado ha dicho que esos funcionarios serán sustituidos por docentes que tendrán como meta la mejora académica de la institución.
Esa aseveración de Luis Maldonado se pone en tela de duda al conocerse los nombres de los nuevos directores de los planteles del Cobaep. Estos son algunos ejemplos:
En el plantel 28 de Atlixco se nombró a Dante Ramírez Rosas, un profesor de apenas 30 años de edad, que no tiene la suficiente experiencia, y cuyo único mérito es que es hijo de Julio Ramírez, quien es el fundador del PAN en esa ciudad.
Otro plantel importante es el de Tehuacán, en donde fue designado Enrique Bravo Cruz, quien se desempeñaba como director académico del Instituto Tecnológico de Tehuacán y es alguien ajeno al Cobaep. La designación parece ser resultado de que fue recomendado por Enrique Martínez Moran, quien es un opositor a Refugio Rivas Corona y es un destacado militante del PAN.
Un caso grave es lo ocurrido en el plantel 35 de Chilchotla, ya que ahí se le dio el nombramiento de director al profesor Ignacio Sosa, quien es maestro de educación física en el nivel de primaria y está jubilado. Es decir, es alguien totalmente ajeno a una institución de educación media superior.
En el plantel de Izúcar de Matamoros ocurre algo similar, ya que se designó a Juan Tufiño Vargas, quien es un contador que no sabe nada de educación, y su nombramiento es resultado de que es cercano al ex diputado local Miguel Cazares, quien es un tránsfuga del Partido de la Revolución Democrática y ahora es integrante del partido de la derecha.
Al conocerse esos nombramientos surge una pregunta básica: ¿Cuál es el proyecto de mejora académica del que habla Luis Maldonado? Queda claro que con esos directores no se podrá mejorar nada y que su nombramiento parece más un pago de cuotas políticas.
2. Con la incursión policiaca al Cobaep y el cambio de directivos, Luis Maldonado señaló que se ponía fin a nueve años de “secuestro” de la institución por parte del sindicato.
Si realmente Maldonado quisiera proceder contra quienes en los últimos nueve años abusaron en el Cobaep, tendría que empezar por unos de los asesores de la SEP, llamado Alberto Guerrero Gutiérrez, quien fue parte fundamental de la campaña electoral de la coalición Compromiso por Puebla.
Apenas hace un lustro, en 2006, Alberto Guerrero todavía tenía control de varias áreas del Cobaep y por esa razón en ese año cuando fue candidato a diputado federal por el distrito de Teziutlán el entonces político del Partido Revolucionario Institucional utilizó recursos humanos y materiales del colegio para su campaña electoral.
Y hasta apenas hace unos meses, el sindicato hizo una reforma estatutaria para eliminar a Alberto Guerrero como asesor vitalicio de la organización.
Hace cuatro años, Alberto Guerrero promovió la candidatura de Abner Castelán para que fuera secretario general del sindicato y al perder, fue nombrado coordinador académico del colegio, sin importar que no tuviera habilidades para ello. Ahora, Castelán ha aparecido al lado de Ricardo Ordaz, el dirigente “charro” del nuevo sindicato blanco que ha sido impulsado desde la SEP.
Hace cuatro años para que Refugio Rivas pudiera ser reelecto como dirigente del Sutcobp tuvo que luchar contra Alberto Guerrero, la dirección del colegio y la maquinaría del gobierno del estado, que no lo quería de dirigente. Al final los derrotó con los votos de los docentes y el personal administrativo.
¿Entonces quién ha tenido secuestrado al Colegio de Bachilleres? Todo indica que el verdadero beneficiario fue Alberto Guerrero y la burocracia que dominó al colegio, y no los miembros del sindicato, que de acuerdo con la Constitución tienen derecho a la libre asociación.
3. Dice Luis Maldonado que Refugio Rivas no tiene “argumento moral ni legal” para desplegar su lucha contra las acciones de la SEP.
Nos caiga bien o mal Refugio Rivas, el dirigente tiene un factor decisivo que la de autoridad moral y legal para desplegar su lucha, y es que fue votado por los trabajadores del Cobaep, 96 por ciento lo respaldó como dirigente y hasta ahora la Constitución establece que es licito que la gente ingrese a un sindicato y se agrupe.
En cambio, Ricardo Ordaz hasta ahora no ha sido votado por los trabajadores del colegio y su comité directivo lo forman en su mayoría personas ajenas al Colegio de Bachilleres. Por tanto, la Secretaría de Educación Pública lo que no tiene es calidad moral y jurídica para reconocer al sindicato “charro” que busca desplazar a la organización de Refugio Rivas.
Fuentes
Por más que intente el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Luis Maldonado Venegas, legitimar la escalada violenta contra el Sindicato Único de Trabajadores del Colegio de Bachilleres de Puebla (Sutcobp) y su líder Refugio Rivas Corona, persisten las evidencias de que se trata de un movimiento de carácter político, sin sustento jurídico y sin ningún proyecto de mejora académica para la institución, ya que los nuevos directores de planteles, en varios casos, son personajes que se seleccionaron por ser miembros o simpatizantes del Partido Acción Nacional (PAN).
A lo largo de los últimos días el gobierno del estado ha desplegado un discurso para intentar acusar al Sutcobp de todos los males del Colegio de Bachilleres (Cobaep), la cual es una actitud similar a la que uso la administración de Felipe Calderón contra el Sindicato Mexicano de Electricistas, al que señalaba de ser responsable de todos los males de la Compañía Luz y Fuerza del Centro y de esa manera ocultar los vicios de los directivos que pasaron por dicha paraestatal. Sin embargo, cada argumento que se ha utilizado contra el Sutcobp puede ser rebatido. Veamos tres ejemplos.
1. De manera inédita y autoritaria el gobierno del estado mandó a la fuerza pública a los 37 planteles del Cobaep para notificar la destitución de 71 directores y subdirectores. Al respecto, Luis Maldonado ha dicho que esos funcionarios serán sustituidos por docentes que tendrán como meta la mejora académica de la institución.
Esa aseveración de Luis Maldonado se pone en tela de duda al conocerse los nombres de los nuevos directores de los planteles del Cobaep. Estos son algunos ejemplos:
En el plantel 28 de Atlixco se nombró a Dante Ramírez Rosas, un profesor de apenas 30 años de edad, que no tiene la suficiente experiencia, y cuyo único mérito es que es hijo de Julio Ramírez, quien es el fundador del PAN en esa ciudad.
Otro plantel importante es el de Tehuacán, en donde fue designado Enrique Bravo Cruz, quien se desempeñaba como director académico del Instituto Tecnológico de Tehuacán y es alguien ajeno al Cobaep. La designación parece ser resultado de que fue recomendado por Enrique Martínez Moran, quien es un opositor a Refugio Rivas Corona y es un destacado militante del PAN.
Un caso grave es lo ocurrido en el plantel 35 de Chilchotla, ya que ahí se le dio el nombramiento de director al profesor Ignacio Sosa, quien es maestro de educación física en el nivel de primaria y está jubilado. Es decir, es alguien totalmente ajeno a una institución de educación media superior.
En el plantel de Izúcar de Matamoros ocurre algo similar, ya que se designó a Juan Tufiño Vargas, quien es un contador que no sabe nada de educación, y su nombramiento es resultado de que es cercano al ex diputado local Miguel Cazares, quien es un tránsfuga del Partido de la Revolución Democrática y ahora es integrante del partido de la derecha.
Al conocerse esos nombramientos surge una pregunta básica: ¿Cuál es el proyecto de mejora académica del que habla Luis Maldonado? Queda claro que con esos directores no se podrá mejorar nada y que su nombramiento parece más un pago de cuotas políticas.
2. Con la incursión policiaca al Cobaep y el cambio de directivos, Luis Maldonado señaló que se ponía fin a nueve años de “secuestro” de la institución por parte del sindicato.
Si realmente Maldonado quisiera proceder contra quienes en los últimos nueve años abusaron en el Cobaep, tendría que empezar por unos de los asesores de la SEP, llamado Alberto Guerrero Gutiérrez, quien fue parte fundamental de la campaña electoral de la coalición Compromiso por Puebla.
Apenas hace un lustro, en 2006, Alberto Guerrero todavía tenía control de varias áreas del Cobaep y por esa razón en ese año cuando fue candidato a diputado federal por el distrito de Teziutlán el entonces político del Partido Revolucionario Institucional utilizó recursos humanos y materiales del colegio para su campaña electoral.
Y hasta apenas hace unos meses, el sindicato hizo una reforma estatutaria para eliminar a Alberto Guerrero como asesor vitalicio de la organización.
Hace cuatro años, Alberto Guerrero promovió la candidatura de Abner Castelán para que fuera secretario general del sindicato y al perder, fue nombrado coordinador académico del colegio, sin importar que no tuviera habilidades para ello. Ahora, Castelán ha aparecido al lado de Ricardo Ordaz, el dirigente “charro” del nuevo sindicato blanco que ha sido impulsado desde la SEP.
Hace cuatro años para que Refugio Rivas pudiera ser reelecto como dirigente del Sutcobp tuvo que luchar contra Alberto Guerrero, la dirección del colegio y la maquinaría del gobierno del estado, que no lo quería de dirigente. Al final los derrotó con los votos de los docentes y el personal administrativo.
¿Entonces quién ha tenido secuestrado al Colegio de Bachilleres? Todo indica que el verdadero beneficiario fue Alberto Guerrero y la burocracia que dominó al colegio, y no los miembros del sindicato, que de acuerdo con la Constitución tienen derecho a la libre asociación.
3. Dice Luis Maldonado que Refugio Rivas no tiene “argumento moral ni legal” para desplegar su lucha contra las acciones de la SEP.
Nos caiga bien o mal Refugio Rivas, el dirigente tiene un factor decisivo que la de autoridad moral y legal para desplegar su lucha, y es que fue votado por los trabajadores del Cobaep, 96 por ciento lo respaldó como dirigente y hasta ahora la Constitución establece que es licito que la gente ingrese a un sindicato y se agrupe.
En cambio, Ricardo Ordaz hasta ahora no ha sido votado por los trabajadores del colegio y su comité directivo lo forman en su mayoría personas ajenas al Colegio de Bachilleres. Por tanto, la Secretaría de Educación Pública lo que no tiene es calidad moral y jurídica para reconocer al sindicato “charro” que busca desplazar a la organización de Refugio Rivas.
Fuentes
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