Argentina: El capitalismo serio es "salvaje"
miércoles 30 de noviembre de 2011
MDZOL
Raquel Blas, dirigente gremial de los trabajadores del Estado, siempre polémica, expone una mirada crítica de la Mendoza que viene sino se abordan los conflictos vigentes de manera drástica. En el análisis Blas inserta a la provincia en el espectro nacional.
No existe el capitalismo serio y el capitalismo salvaje, el último es el superior estadío del otro y hoy los pueblos pagan los costos. En una de las marchas de los indignados vi un cartel que simbolizaba esto que planteo: "No es la crisis, es el sistema".
Recuerdo dos momentos en el que el capitalismo resolvió su llamada "crisis": las dos guerras mundiales. Y no tengo que contar a qué costo para los pueblos. Por eso, me resultó entre patético y triste ver a nuestra presidenta reclamar la vuelta a un capitalismo en serio, de consumo... vale decir el que en su fase final mostró su verdadera cara, la de hoy.
Parte de ese capitalismo de nuestros días, es el modelo extractivo y saqueante de nuestros recursos naturales. Megaminería contaminante y saqueante, eliminación de bosques nativos enteros alterando el ecosistema para plantar soja que deja, con el transcurso de los pocos años, el suelo muerto para cualquier cultivo.
Por otra parte, capitales extranjeros avanzan sobre el territorio nacional apropiándose de las nacientes del agua. Para ejemplo basta un botón: la neciente del Río Grande en Malargüe es de acceso vedado para cualquier ciudadano mendocino.
Recuperar la soberanía sobre nuestros recursos es ponerlos nuevamente en manos del Estado. Mientras el petróleo. entre otros recursos, sigan en manos extranjeras o de mercenarios capitalistas locales (con "K"), nos dejarán sin reserva para otros tiempos obligándonos a la importación tal como sucede hoy y fijando condiciones de precio y distribución.
Pero si hablamos de Estado, la corrupción no puede dejar de tomarse como tema central. Lo primero sería cambiar la legislación penal de tal manera que robar en el Estado sea doblemente penado que el "robo de gallinas". Pero eso no sucede, porque los que hacen las leyes cubren sus espaldas. Profundizar los instrumentos de democracia directa sería otro elemento sustancial para avanzar en esto. y por supuesto repensar todos los órganos de control hoy vigentes.
Nada bueno ni nuevo puede construirse desde la injusticia. Mendoza resulta ser una de las provincias más desiguales donde la relación entre producto bruto geográfico y presupuesto provincial resulta una brecha lejos incluso de las recomendaciones de los organismos mundiales más liberales. Acá los que más ganan no pagan y los que menos ganan pagan todo. Tiene que haber una reforma impositiva seria, un nuevo esquema de coparticipación nacional, resultan elementos centrales de cualquier proceso mínimo de transformación.
La quita de subsidios es un tema largamente reclamado, esperemos que lo que antes pagaba el Estado no lo terminemos pagando en los precios de los artículos de consumo masivo. Sin controles en la rentabilidad empresa y en las cadenas de producción y consumo masivo. Sin controles en la rentabilidad empresaria y en las cadenas de producción y consumo vamos a un escenario complicado en términos de precios y salarios.
Para tener en cuenta: en el capitalismo (de antaño, serio y/o salvaje) se cierra por consenso (inexistente hoy por parte de nuestros pueblos por los derechos elementales que nadie está dispuesto a renunciar) o por ajuste y represión.
Fuente
MDZOL
Raquel Blas, dirigente gremial de los trabajadores del Estado, siempre polémica, expone una mirada crítica de la Mendoza que viene sino se abordan los conflictos vigentes de manera drástica. En el análisis Blas inserta a la provincia en el espectro nacional.
No existe el capitalismo serio y el capitalismo salvaje, el último es el superior estadío del otro y hoy los pueblos pagan los costos. En una de las marchas de los indignados vi un cartel que simbolizaba esto que planteo: "No es la crisis, es el sistema".
Recuerdo dos momentos en el que el capitalismo resolvió su llamada "crisis": las dos guerras mundiales. Y no tengo que contar a qué costo para los pueblos. Por eso, me resultó entre patético y triste ver a nuestra presidenta reclamar la vuelta a un capitalismo en serio, de consumo... vale decir el que en su fase final mostró su verdadera cara, la de hoy.
Parte de ese capitalismo de nuestros días, es el modelo extractivo y saqueante de nuestros recursos naturales. Megaminería contaminante y saqueante, eliminación de bosques nativos enteros alterando el ecosistema para plantar soja que deja, con el transcurso de los pocos años, el suelo muerto para cualquier cultivo.
Por otra parte, capitales extranjeros avanzan sobre el territorio nacional apropiándose de las nacientes del agua. Para ejemplo basta un botón: la neciente del Río Grande en Malargüe es de acceso vedado para cualquier ciudadano mendocino.
Recuperar la soberanía sobre nuestros recursos es ponerlos nuevamente en manos del Estado. Mientras el petróleo. entre otros recursos, sigan en manos extranjeras o de mercenarios capitalistas locales (con "K"), nos dejarán sin reserva para otros tiempos obligándonos a la importación tal como sucede hoy y fijando condiciones de precio y distribución.
Pero si hablamos de Estado, la corrupción no puede dejar de tomarse como tema central. Lo primero sería cambiar la legislación penal de tal manera que robar en el Estado sea doblemente penado que el "robo de gallinas". Pero eso no sucede, porque los que hacen las leyes cubren sus espaldas. Profundizar los instrumentos de democracia directa sería otro elemento sustancial para avanzar en esto. y por supuesto repensar todos los órganos de control hoy vigentes.
Nada bueno ni nuevo puede construirse desde la injusticia. Mendoza resulta ser una de las provincias más desiguales donde la relación entre producto bruto geográfico y presupuesto provincial resulta una brecha lejos incluso de las recomendaciones de los organismos mundiales más liberales. Acá los que más ganan no pagan y los que menos ganan pagan todo. Tiene que haber una reforma impositiva seria, un nuevo esquema de coparticipación nacional, resultan elementos centrales de cualquier proceso mínimo de transformación.
La quita de subsidios es un tema largamente reclamado, esperemos que lo que antes pagaba el Estado no lo terminemos pagando en los precios de los artículos de consumo masivo. Sin controles en la rentabilidad empresa y en las cadenas de producción y consumo masivo. Sin controles en la rentabilidad empresaria y en las cadenas de producción y consumo vamos a un escenario complicado en términos de precios y salarios.
Para tener en cuenta: en el capitalismo (de antaño, serio y/o salvaje) se cierra por consenso (inexistente hoy por parte de nuestros pueblos por los derechos elementales que nadie está dispuesto a renunciar) o por ajuste y represión.
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