Con protesta, familiares de desaparecidos dicen adiós al presidente Felipe Calderón

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La movilización se llevó a acabo frente al Palacio de Bellas ArtesFoto Marco Peláez
Víctor Ballinas
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de noviembre de 2012, p. 3
En la explanada del Palacio de Bellas Artes, organizaciones ciudadanas y de familiares de desaparecidos de todo el país realizaron una protesta de despedida al presidente Felipe Calderón.
Allí, con más de 100 fotografías de algunas de las miles de víctimas de la guerra contra el crimen organizado, exigieron ¡justicia! y corearon su grito de lucha: ¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?
Había, entre otros, madres, esposas, hermanas e hijas de los miles de desaparecidos que dejó el gobierno de Calderón al desatar su guerra. Somos de Tijuana, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango, San Luis Potosí, Chihuahua, Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Zacatecas, entre otras entidades.
Yolanda Morón, de Fuerzas Unidas de Desaparecidos en México, expresó: Te vas, Calderón, y pasarás a la historia como el presidente más cruel, sanguinario e inepto. Dejas cientos de miles de familias destrozadas. No hiciste nada para evitarlo, a pesar de que tenías dinero y poder. Nuestro pueblo juzgará tu guerra fallida, y la historia y nuestras familias se encargarán de recordártelo.
María Elena Salazar, de Torreón, Coahuila, madre de Hugo Marcelino Salazar, desaparecido el 20 de julio de 2009, manifestó ante unas 200 personas reunidas: Para despedir a Calderón decidimos unir las historias de nuestros hijos, esposos, hermanos. Historias bordadas con hilo verde como símbolo de la esperanza. Recuerda, Calderón, que las deudas se pagan solas. El destino las cobra. Vivos los queremos, porque vivos se los llevaron. ¿Dónde están nuestros hijos?
Lourdes Herón, quien tiene varios familiares desaparecidos, entre ellos su esposo, su pequeño hijo y dos cuñados, llevó una piñata que representaba al Presidente. Ésta la queremos entregar como símbolo de lo que sufrimos miles de familias mexicanas fragmentadas, con nuestros corazones llenos de impotencia y coraje. Dejas a México como el cementerio más grande de la historia. Quisimos representar en esta piñata al presidente sordo, ciego, mudo, atado de manos y pies, insensible. Te vas contento, con los nulos resultados de tu guerra.
Y entregó la piñata, que de inmediato recibió palazos. ¡Duro, duro, duro!, gritaban. Uno tras otro, los familiares expresaron su rabia, impotencia y dolor. Con lágrimas que no pudieron contener, primero golpearon la figura con un palo. Luego la patearon y zarandearon.
Lucha Castro, defensora de los derechos humanos en Chihuahua, aseveró: Venimos madres, hijas, abuelas, hermanas y esposas. Venimos jefas de familia, indígenas, mestizas, obreras, vendedoras ambulantes y empresarias que acudimos a despedir a Calderón en el marco del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres y en recuerdo de las hermanas Patria, Teresa y Minerva Mirabal. Venimos a escuchar las distintas voces de las mujeres. A todas nos une la discriminación con rostro de violencia. Es evidente que Calderón no previó la afectación emocional y las consecuencias de su ocupación militar.

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