México, S. A.: Cambios en la Gerencia General

México, S. A.: Cambios en la Gerencia  General
Se sobreentiende que los empleados de esa enorme empresa somos el resto de los mexicanos, muy mal pagados, con cada vez menos derechos, laborando en condiciones peligrosas


Hoy México, en lugar de ser una nación de, por y para todos los mexicanos, la casa común que debiéramos compartir quienes habitamos en ella, es más bien una enorme empresa privada, un gigantesco corporativo que le genera réditos millonarios a sus accionistas, conformados por el pequeño grupo de familias que comparten los beneficios de tener en sus manos una muy lucrativa compañía.

Se sobreentiende que los empleados de esa enorme empresa somos el resto de los mexicanos, muy mal pagados, con cada vez menos derechos, laborando en condiciones peligrosas, trabajando sólo para reforzar el enriquecimiento y la perpetuación de los accionistas, algunos nacionales, otros extranjeros, pero con la misma saña explotadora.

Pues bien, el próximo primero de diciembre, los accionistas de la enorme compañía llamada México, harán cambios en su gerencia general, lo que no significa en absoluto que vaya haber cambios en las formas corruptas e inmorales a las que están acostumbrados a hacer negocios, y muchos menos en su trato para con los empleados, 60 millones de los cuales sobreviven sin poder cubrir todas sus necesidades básicas.

Esta empresa, este Estado nacional privatizado, en tanto que solo rinde cuentas a intereses privados, eligió a un nuevo gerente, un empleado que realmente ha sido nombrado por los verdaderos dueños de la empresa como su nuevo CEO, con la intención más bien de darle un rostro fresco a la compañía que para darle un cambio sustancial a sus políticas internas, que sin duda permanecerán intactas.

Esto es lo que realmente significa la llegada de Peña Nieto a la presidencia, es la simple llegada de un nuevo gerente que sustituirá al actual, y que seguirá conduciendo los destinos de esta nación-empresa bajo los mismos criterios, los mismos parámetros y las mismas políticas que su antecesor, con cambios de imagen, más no de forma, y mucho menos de fondo.

De ahí que el resto de los mexicanos no podamos sembrar ninguna esperanza de cambio o transformación con la nueva administración gerencial nombrada por los dueños, o más bien usurpadores, del país.

Pero por otro lado, esto tampoco significa que debamos dejarnos arrastrar por la desesperanza, la apatía y la tristeza. Más bien es hora de sembrar esperanza, mucha, pero no en la nueva gerencia del país que está a las órdenes de un pequeño grupo, sino en nosotros mismos, en nuestra propia capacidad transformadora, que hará posible, más temprano que tarde, la renacionalización de nuestro país y la conquista de un verdadero México para todos.

Twitter: @alfredordz_
Alfredo Rodríguez - Opinión EMET
 

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