A pesar del uso de la fuerza, miles de catalanes expresan su reclamo de independizarse de España
El gobierno regional y los servicios de emergencia confirmaron que las cargas de los cuerpos antimotines provocaron 761 personas heridas, dos de ellas de gravedad, el caso de un hombre que entró al quirófano al ser herido en un ojo con una bala de goma disparada por la policía y otro que en Lleida tuvo que ser reanimado.
Al final de la noche, el asunto parece haber acrecentado el bloqueo de esta crisis. Por un lado, el presidente Mariano Rajoy dijo esta noche en Madrid, que “el referéndum nunca existió” y lo calificó como “una escenificación”, por ello aseguró que a partir de “mañana se debe empezar el restablecimiento de la normalidad institucional desde la unidad”.
Sin embargo, en Barcelona, el presidente catalán Carles Puigdemont dejó abierta la posibilidad de una declaración unilateral de independencia, al anunciar que en los próximos días trasladará los resultados de la consulta al Parlament de Cataluña, donde se pondría en marcha la puesta en funcionamiento de la Ley de Transitoriedad, con la declaración de independencia.
Rajoy también informó que este lunes convocará a todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso de los Diputados para iniciar un análisis sobre la situación en Cataluña y las posibles soluciones a la situación.
En su intervención desde La Moncloa, la sede del gobierno español, Rajoy aseguró que “el gobierno ha cumplido con su palabra, lo llevamos avisando desde hace meses”, al recordar que insistentemente declaró que el referéndum no se iba a celebrar y criticó a los promotores porque por su insistencia lograron “romper la convivencia” de los ciudadanos.
La consulta independentista, dijo, “se ha evitado con el fundamento de la ley, con la determinación de los tribunales y con la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, quien apoya a Rajoy en la posición de evitar el referéndum, aseguró que lo vivido hoy fue el “fracaso de la política” y le pidió al presidente Mariano Rajoy que abra una negociación política con la Generalitat.
A primera hora de la mañana, mientras esperaba en la fila de votación, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidió la dimisión de Rajoy, a quien tachó de “cobarde” por vulnerar los derechos fundamentales.
En una entrevista más tarde amplió al decir que Rajoy es un “cobarde” porque “primero se escuda detrás de jueces y fiscales y ahora detrás de los cuerpos de seguridad”.
En un recorrido de proceso.com.mx por varios colegios electorales en Barcelona se repetían problemas del acceso a internet de las mesas electorales, cuando lograban reinstalarla, era bloqueada por la Guardia Civil, por lo cual en muchos casos los nombres de los votantes se escribían manualmente.
Esto se debió a que, desde el sábado, la Guardia Civil tomó el control desde el sábado el Centro de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información (CTTI) del gobierno regional, lo que obstaculizó el acceso a la plataforma de acceso al censo para el voto telemático.
El ambiente era festivo pese a que casi todos los ciudadanos mostraban su indignación porque “el gobierno español ordenó el uso de la fuerza a las policías contra un pueblo que lo único que quiere es expresarse con el voto”, dijo un hombre treintañero que pidió no usar su nombre.
Por la tarde, mucha gente permanecía fuera de los colegios electorales para resguardarlos ante la eventualidad de que arribaran la Guardia Civil o al Policía Nacional para buscar asegurar las urnas con los votos sufragados.
La Generalitat de Cataluña anunció que más de 5 millones de catalanes estaban convocados a votar en este referéndum, suspendido por el Tribunal Constitucional y señalado como “ilegal” por el gobierno central.
Para ello se anunció la instalación de 2 mil 315 colegios electorales (de los que abrieron, aunque el Ministerio del Interior afirma que sus fuerzas lograron cerrar completamente 92 colegios.
La presión policial llevó a los organizadores del referéndum a aligerar las condiciones de voto, ya que los ciudadanos podían emitir el sufragio en un colegio distinto al que inicialmente le correspondía, solo presentando su tarjeta de identidad.
Escuelas, centros sanitarios, pabellones y locales municipales fueron habilitados como centros electorales. Desde el viernes pasado, vecinos y familias enteras de varias ciudades catalanas ocuparon las escuelas pretextando actividades lúdicas el fin de semana, aunque era para ocupar anticipadamente las instalaciones donde se organizaría el referéndum.
Alrededor de las 5:00 horas llegaron las urnas a muchos de estos colegios electorales, que empezaron a abrir al público a las 8:00 horas.
En ese momento el Ministerio del Interior ordenó el despliegue de la policía y guardias civiles para impedir por la fuerza las votaciones, debido a que los Mossos d´Esquadra, sólo tomaron nota de que había importantes concentraciones en las mesas de votación y por ello eludieron cumplir la orden judicial de impedir el funcionamiento de los colegios electorales.
La entrada de los agentes policiales y guardias civiles se produjeron casi simultáneamente en tres provincias de esta comunidad autónoma. En total clausuraron 41 colegios en Barcelona, 18 en Tarragona y 19 en Lérida.
El instituto Jaume Balmes, en pleno centro de Barcelona, fue de los primeros que fueron visitados por la Policía. Según testigos presenciales apenas pasaba las 8:35 de la mañana y decenas de policías antimotines rodearon a las personas y arremetieron contra ellas para entrar y tomar posesión de las urnas y las papeletas electorales.
En el colegio Ramón Llull hubo graves incidentes, se utilizaron gases lacrimógenos y disparos con balas de salva.
En la misma zona también hubo choques en el Instituto Pau Claris de Barcelona, donde un video muestra guardias civiles sacando gente con patadas y empujones lo que provocó que hombres y mujeres cayeran en una escalera de acceso.
La fotografía de una anciana ensangrentada y sentada en unas escaleras mientras es atendida por otra mujer más joven fue una de las primeras que circularon en los medios de comunicación y en las redes sociales.
La mujer fue herida por los policías irrumpieron en el colegio Freire del barrio Roquetes de Barcelona, para llevarse urnas y papeletas electorales.
En el colegio San Julià de Ramis (Girona), donde tenía previsto votar el presidente Puigdemont, fue intervenido por las fuerzas de seguridad, pero eso no le impidió votar, porque se trasladó a otra localidad en Cornellà del Terri, donde emitió su voto.
Según el gobierno regional, la actual policial no impidió que se abrieran el 73% de los colegios, aunque más tarde se aseguró que el porcentaje llegó al 96%.
Hasta el cierre de esta información no hay resultados oficiales sobre el referéndum, debido a que la falta de control sobre el censo y las actuaciones de la Policía han dificultado el conteo de los votos.
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