Cataluña vive huelga general en repudio a la violencia policiaca

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Miles de trabajadores de la Confederación General del Trabajo pasan frente a la emblemática Casa Milà, conocida popularmente como La Pedrera, obra del arquitecto Antoni Gaudí, en Barcelona, en una marcha de condena a la represión del domingo pasado en Cataluña durante el referendo independentistaFoto Afp
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de octubre de 2017, p. 31
Barcelona.
Cataluña vivió este martes una huelga general en la que además de la paralización casi total de la actividad económica y social, también marcharon decenas de miles de personas que repudiaron la represión del pasado domingo. La protesta asumió como propia la exigencia del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de exigir la salida de la Policía Nacional y de la Guardia Civil de la región.
Empresas, escuelas, hospitales, transporte público, servicios sociales y hasta el comercio mediano y pequeño de Cataluña respaldaron una huelga general que se convocó a raíz de la violencia de los agentes antidisturbios españoles el pasado domingo, cuando provocaron alrededor de 900 heridos en el operativo para evitar el referendo de independencia.
El paro de labores fue a iniciativa de la plataforma Taula por la Democracia, integrada por partidos políticos independentistas y de izquierda, así como sindicatos y agrupaciones civiles, pero dado el nivel de indignación fue apoyado toda la sociedad.
Las principales carreteras de Cataluña estuvieron cerradas, la actividad comercial prácticamente se paralizó en toda la región, ninguna escuela pública abrió sus puertas, numerosos comerciantes decidieron no abrir sus locales, incluso grandes corporaciones, como el FC Barcelona, no tuvieron actividades. La mayoría de las empresas que respaldaron la huelga enviaron mensajes en los que expresaron las razones del paro y su repudio a la violencia de la policía española.
El gobierno catalán realizó un seguimiento masivo de la huelga, que superó 75 por ciento en los sectores de salud y educación, y en la administración pública, donde pararon cerca de cien por ciento de los empleados de servicios centrales de los departamentos de la Generalitat. Se sumó 54 por ciento de las pequeñas y medianas empresas; en los grandes corporativos el paro tuvo menor incidencia, así como en el sector financiero. El sector turístico prácticamente funcionó con normalidad.
Decenas de miles de personas salieron de nuevo a las calles en las principales ciudades para expresar su rechazo a la presencia de los policías españoles. En Barcelona, la principal concentración se registró en la Plaza de Cataluña. También se realizaron protestas en Girona, Lleida, Tarragona y otras localidades que enarbolaron la bandera de la independencia y gritaron de nuevo: ¡Vergüenza! Afuera de las sedes de Ciudadanos y del Partido Popular, que han respaldado el operativo policial, se reportaron protestas.
En Barcelona se leyó un manifiesto: hoy hemos paralizado el país porque la ciudadanía rechaza la violencia ejercida por los agentes españoles y para denunciar la vulneración de las libertades democráticas. La represión ejercida es inadmisible y una violación flagrante de los derechos civiles. Por todo ello, el conjunto de la sociedad catalana, en su pluralidad y diversidad, sale hoy a defender un marco democrático que tenga como principal herramienta el principio del diálogo y no de la fuerza, la política y no el autoritarismo, el respeto y no la intolerancia.
Desde las calles abarrotadas de ciudadanos indignados en toda la región, insistieron en hacer un llamado a Europa para que no mire hacia otro lado e intervenga en una situación en la que ya se presentan duros enfrentamientos verbales entre vecinos y policías españoles que permanecen en la región.
Un numeroso grupo de jóvenes protestó a las puertas de la jefatura superior de policía, en Barcelona.

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